Cinderella – Still Climbing (Mercury)
Seguro que a todos se nos ocurren unos cuantos discos que nos parecen injustamente tratados y que consideramos auténticas joyas. Hoy hace 25 años que vio la luz el cuarto y último trabajo de la carrera de los americanos Cinderella, condenado por siempre a estar a la sombra de los tres anteriores, a pesar de ser a mi juicio incluso mejor que el anterior, Heartbreak Station.
A día de hoy Still Climbing sigue siendo el gran olvidado de la corta discografía de la banda, tanto por parte de los fans como por ellos mismos, pues ni siquiera en sus escasas idas y vueltas a los escenarios estos últimos años han querido recordarlo tocando temas de su repertorio, sino más bien olvidarlo y arrinconarlo al fondo del trastero como si estuviera castigado o fuera el culpable del fin de la carrera de la banda…
¿Por qué? Still Climbing podría ser uno de los mejores trabajos de hard rock que se editaron en un año realmente difícil para el glam. Ya hacía tiempo que un nuevo sonido alternativo había tomado los primeros puestos de las listas de éxitos en cadenas de radio y televisión, subían las ventas de discos por millares desinflando cada vez más el interés del público y de los medios por un estilo que durante casi una década había reinado glorioso en su época dorada y que ahora se echaba a un lado para dejar a otros escribir nuevas páginas en el gran libro del rock.
Es el relevo generacional y ya se sabe que las nuevas generaciones irrumpen siempre con fuerza. En los noventa, ese nuevo público más joven seducido por la distorsión y las melodías repetitivas y envolventes de letras melancólicas fue conformando una nueva y masiva escena en la que el grunge tomó el mando y relegó al fondo de las estanterías de las tiendas y de algunos hogares muchos de esos discos de un desdeñado Hard Rock que ya había dejado de brillar como antaño.
Still Climbing es uno de esos discos que se quedó en el camino, prácticamente ignorado en medio de tanto sonido nuevo y merece ser rescatado de esas estanterías para darle una oportunidad, ¿qué mejor momento que su 25 cumpleaños? Sólo por ese sonido a gramófono viejo y polvoriento que precede a los primeros tímidos guitarreos de ‘Bad Attitude Shuffle’ para luego ir poco a poco in crescendo hasta explotar en la cara ya merece la pena seguir escuchando. Tema directo y pegadizo que engancha con el siguiente ‘All Comes Down’ y que produce el mismo efecto que la primera, ambas en la misma línea de un hard rock sin grandes complicaciones técnicas pero enormes dosis de ritmo, dinamismo y feeling, del que bien se encarga Keifer.
Bajando un poco el ritmo te encuentras con la sinuosa ‘Talk Is Cheap’, uno de los puntos fuertes del disco, junto con las baladas ‘Hard To Find The Words’ y ‘Through The Rain’, maravillosas como no podía ser menos, porque hay que reconocer que nadie como ellos para ponerte los vellos de punta y la lagrimilla al borde de caer. A lo largo del disco te llevan de un extremo a otro con la frenética ‘Freewheelin’, que no se diga que sólo son masters en los lentos, he aquí el tema ideal para acompañar en una carrera de coches, muy poco habitual en ellos moverse en circuitos tan rápidos pero a la vista está que igual de efectivos.
‘Still Climbing’, comandada por solemnes tambores, la elegida para dar título al disco es un tema tranquilo rico en matices, cambios de ritmo y de registro vocal de Keifer, quizá el más elaborado del disco en contrapunto con ‘Blood From Stone’, que se me antoja el más sencillo pero igualmente disfrutable, que te vuelve a marcar el ritmo para que te enganches y acabes cantando el estribillo una y otra vez mentalmente hasta mucho después de que se acabe el disco.
‘Easy Come Easy Go’ es la que más se acerca al puro ‘estilo Cinderella’ de los discos anteriores, no es un mal tema pero si pretende ser un ‘Shake Me’ que se queda en el intento, lo sentimos, con ella se rompió el molde.
‘The Road’s Still Long’ es la típica que muchos dirían que es el de relleno, pero nada más lejos, es un discreto tema de toques cowboy que si le pones atención te puede dar una alegría llegando casi al final del disco, firmado por ‘Hot and Bothered’, tema 100% rock clásico, con sus panderetas, sus riffs lentos, riffs rápidos, sus pausas, coros, solos, subidas, bajadas… en definitiva todos los elementos para nota contemplados en el manual ceniciento.
El disco más infravalorado de la banda ojalá con el tiempo encuentre el lugar que merece y que posiblemente habría tenido de haber nacido en otra época o incluso ahora, mucho después, quizá le habríamos hecho más caso… a tiempo estamos.
Susana Manzanares