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Sexto disco de estudio de los suecos más extravagantes del panorama musical, Cult of Luna. En esta ocasión nos traen ‘Vertikal’, un álbum en el que, sin dejar de basarse en el post-metal/sludge, al que nos tienen acostumbrados, se han abierto a nuevos caminos como la electrónica, lo que ha dado lugar a un disco complejo y difícilmente clasificable. Los escandinavos han dado todo un puñetazo encima de la mesa y se postulan como una de las grandes bandas del ámbito metálico actual. Paris González |
| Nota:9,5/10 |
Difícil. Un disco difícil. Así se puede resumir este ‘Vertikal’ que nos traen los suecos Cult of Luna. Dos meses he tenido que esperar para sentirme preparado para lanzarme a realizar esta crítica. Las cuatro primeras escuchas entraron como la seda y ahora he tenido que realizar otras dos para empaparme del sonido que nos muestran los chicos de Umea. Y sé que todavía no estoy preparado para hablar de este disco. Disco que está basado en la película del director Fritz Lang, ‘Metrópolis’, de 1927, a la que han dado su toque más que personal y que han sabido armonizar para hacerlo propio.
En lo musical, los siete componentes de Cult of Luna (antes eran ocho pero el vocalista Klas Rydberg abandonó la banda el año pasado) han dejado de lado el post-metal “clásico” y tajante que venían practicando en álbumes previos y ahora han tomado como base ese género que tantos seguidores les había proporcionado pero le han dado otro toque. Ahora los sintetizadores, las atmósferas con teclado, el contexto…todo ello es mucho más importante. Lo mejor es que lo han sabido armonizar todo a la perfección. La mezcla de influencias se deja ver desde el primer al último sonido del álbum: ISIS, Neurosis, grupos más “suaves” como Mogwai o Pelican, pero dándole un toque diferente, especial, propio.
Nueve piezas componen este inconmensurable álbum. ‘The one’ sirve de introducción, algunos ruidos mecánicos, electrónicos y muy machacones nos preparan para lo que va a llegar. Un giro a la tuerca que ya estaba más que torcida por los suecos de Umea. Un disco que supone tremendamente complejo englobar.
Los verdaderos Cult of Luna llegan con ‘I: The weapon’, un tema de corte sludge con una base electrónica que se mantiene durante todo el tema y que le da una atmósfera muy diferente a lo que nos habían mostrado en discos previos. Las percusiones suenan donde tienen que hacerlos, los teclados de Teglund se convierten en fundamentales hacia la mitad del corte…Todo ello junto con el hecho de tener tres guitarras provoca que salga un tema con tantísimos detalles. El tramo final de la canción se enrosca en las mismas notas que el principio con menos brío e intensidad, dando lugar a una historia circular que crea un tema épico.
Ahora llega el momento de la verdad. La canción central, el eje de todo el disco: ‘Vicarious redemption’. Más de 19 minutos de corte que, aunque uno no esté acostumbrado, no se hacen absolutamente nada pesados. Los primeros momentos son de tanteo, el grupo quiere ver si el oyente es capaz de aguantar. Pocos sonidos, pocas notas, sobre todo es el ambiente lo que cautiva. Cuando en torno al minuto 5 suenan los primeros acordes y las primeras percusiones, uno se da cuenta de que lo que está por llegar: algo tremendo, enorme, imperial.
Pero es el parón del minuto siguiente lo que constituye uno de los mejores momentos del disco. Se van intuyendo notas, caracteres…que llegarán en el orgasmo musical…Empiezan a aparecer baterías, guitarras, bajos…para llevarnos a un primer éxtasis tras el que entran las voces que parecen aliviar el sentido de la angustia que habían creado en nuestra mente. Entramos en un pasaje en el que de nuevo aparece la electrónica, en esta ocasión con cierto toque onduleante, que nos deja en la cima, en el solo. Un solo que penetra en la mente, que extasia, marea…Han conseguido su objetivo, dejarnos en el éxtasis musical. El tema se va a mantener en ese ritmo mareante e hipnótico para dar las últimas pinceladas con claros toques post-metálicos que recuerdan a ISIS o Neurosis.
‘The sweep’ es un tema de transición en el que nos devuelven a esa esfera electrónica que parece haber descubierto el grupo. Así, entramos de lleno en ‘Synchronicty’, otro corte en el que la electrónica da la mano a las guitarras, sin perder ni un ápice de metal. Matrícula de honor habría que poner al batería, Thomas Hedlund, que realiza en este tema todo un repertorio de calidad y precisión en cada uno de sus golpes. Continúa este ‘Vertikal’ con ‘Mute departure’ donde la oscuridad vuelve a envolver al oyente, aunque el uso de voces limpias dan cierto descanso, aunque poco después el grupo se destapa con los característicos graves y oscuros riffs con el ambiente de ese sintetizador que nos acompaña durante toda la obra. El final que nos presenta el grupo es de lo bueno, lo mejor y de lo mejor, lo superior. Un riff electrizante, redondo, mareante…que sirve para cerrar otra obra maestra.
El séptimo tema, ‘Disharmonia’, con unas breves notas de piano y de apenas 45 segundos de duración da paso a ‘In awe of’, canción mucho más cercana a lo que nos tenían acostumbrados los escandinavos, en la que el sludge vuelve a hacer acto de aparición. Sin embargo, no dejan de lado la experimentación que llevan practicando todo el disco. Cerrando el disco queda ‘Passing through’. Otra vez las voces limpias nos dan la sensación de que estemos ante algo más lúcido que lo anterior. En esta ocasión sí, un tema mucho más relajado para concluir una fenomenal obra de arte, que deja con un agradable sabor de boca al oyente.
En resumen, estamos ante lo que, probablemente, sea uno de los mejores discos de este 2013. Extraño, difícil, experimental, inclasificable, novedoso, pero deja en el oyente la sensación de estar ante uno de esos álbumes que, con el paso del tiempo, se convertirá en una auténtica joya. No basta con una escucha, ni con tres, ni tan siquiera cinco. Hay que acercarse con calma y paciencia para poder disfrutar de este fenomenal ‘Vertikal’.
Paris González
Temas:
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The one
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I: The weapon
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Vicarious redemption
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The sweep
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Synchronicity
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Mute departure
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Disharmonia
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In awe of
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Passing through
