Pocas veces se ve un debut tan completo y emocionante como el que tuvo Sonata Arctica en 1999, entrando de lleno con un gran repertorio de temas que representaban el potencial y la ambición de una banda que, en tan sólo unos pocos años, conquistó su sitio en la escena marcando las bases de su sonido.
David Campos
Impulsados por la gira acompañando a Stratovarius y Rhapsody ya consiguieron una notoriedad considerable, pero con la salida de su segundo disco, «Silence´´, pusieron patas arriba diversos escenarios acompañando a Gamma Ray en una gira irrepetible, demostrando que su éxito era toda una realidad; desde entonces, aunque sin el impacto de sus tres primeros lanzamientos y con mayor o menor fortuna según el caso, no se les puede acusar de repetirse, y eso es justo lo que hizo de ellos, si no un grupo grande en la escena, por lo menos si uno muy querido para mí, además de un referente en el estilo, la intención de renovarse; sorprendieron con un sonido más duro y progresivo en Unia y consiguieron un efecto oscuro y dramático en The Days of Grays, hasta la versátil exploración de estilos con Stones Grow Her Names .
Pero últimamente algo está pasando con Sonata; cuando se anunció Pariah´s Child también se anunció un regreso a los orígenes, porque según Tony Kakko podía entender lo que tanto gustaba de sus primeros discos, sin embargo, aunque con algunos buenos temas y momentos divertidos es algo que no llegó a suceder; Pariahs Child estaba a la deriva entre cualquier línea de evolución y lo dicho en esas declaraciones, no llegaba a ser ni una cosa ni la otra; y siguiendo en esa línea de «regreso al pasado´´ y coincidiendo con sus 15 años desde la salida de aquel impecable comienzo no se les ocurre otra cosa que, animados por su sello japonés, volver a grabar Eclíptica. Miedo me dio solo conocer la noticia.
Ellos mismos lo han dicho. –“Pensamos que era una locura, el entusiasmo de entonces no puede ser recreado, pero podía ser divertido”. “Es más un homenaje a aquella época y una actualización de como suenan actualmente estos temas”. Más o menos discutible si es así como suenan actualmente en según qué aspectos o si es como quieren que suenen a partir de ahora; pero metiéndonos de lleno en el disco que nos ocupa lo que está claro es que ha habido una bajada de velocidad, y que algunas de esas pequeñas libertades que se han permitido a lo largo de estos años en directo se han quedado en las nuevas versiones, en las que el cambio más relevante desde entonces ha sido el de Jani Liimatainen por Elias Viljanen en 2007.
En el plano vocal determinadas partes están conseguidas y trabajadas, en cambio a otras les falta garra y pasión en unos temas que en general adolecen del empuje de sus primigenios, y aunque a veces se divisan alguna buena idea esta no se acaba de desarrollar del todo. Han utilizado algunos coros en segundo plano que antes no estaban para dejar algunas partes más bonitas y adornadas, con alguna que otra voz doblada como en Blank File, pero sin llegar al nivel de entonces aunque en algunos momentos haya una mejor pronunciación.
Luego tenemos el caso de Replica y My land, que ya fueron regrabadas en 2006, o sea que esta será su tercera versión; en el caso de la primera hay que decir que sigue siendo muy buena, y que la segunda tiene algunas estrofas con un Tony brillante y bien apoyado, pero que una vez más carece del empaque y la energía que tenía la original, presentando unos coros más flojos, algo que seguirá repitiéndose en ocasiones en todo el disco, al igual que alguna que otra entonación menos atractiva que su tocaya.
8th Commandment sube algún punto a las voces, con un grito final que es de lo más destacado junto a algunas atractivas líneas de guitarras iniciales que son incluso mejores que en la original, mientras que Kingdom for a Heart poco o nada aporta a lo que conocíamos.
Unnopened lleva unos teclados más recatados y unas voces mucho más tranquilas y calmadas, (algo frecuente en este «revisted´´) pero se le acaba cogiendo el puntillo a esa nueva forma de enfocarlo, mientras que Letter to dana sigue teniendo un toque bello y emotivo, con algún adorno nuevo para disfrutar.
Un toque más misterioso en el comienzo de Fullmoon con unos atractivos coros inician el reencuentro, y aunque Tony le da en ocasiones un toque de emoción a alguna frase, cuando llega la hora del estribillo la cosa se desinfla por completo echando por la borda los esfuerzos de mantener el mítico tema a flote.
Con Destruction Preventer se nos da una buena ración de esos molestos ruidos que acompañan ocasionalmente al disco, algo bochornoso que bien podían haber evitado en las grabaciones y que no han quitado en las mezclas, impidiendo disfrutar de varios pasajes como es debido, lo que desmejora indudablemente el producto final.
Más o menos esa es la tónica del álbum, una lluvia continúa de aciertos y fallos, siendo más de estos últimos e inclinándose la balanza casi siempre a favor de su primera versión si entramos en comparaciones; ya que, intentar dejar los temas lo más fieles posible a sus originales, mientras tratas de quitarte complicaciones, es algo que no acaba de cuajar sin alterarlos de alguna forma, y como en ese apartado tampoco hay una apuesta por un cambio sólido, el resultado final se ve descafeinado por no tomar ni un rumbo ni otro.
Quizás lo más destacado del disco y una de las mayores sorpresas esté en la versión para Japón con I’m Haunted, un remake del tema de su demo cuando se llamaban Tricky Beans, donde vemos a un Tony más suelto y desinhibido, y es una pena que este «Revisited´´ no siga más esa línea, porque seguro hubiera habido mejores resultados. ¿O es que no hay un excelente trabajo vocal en Pariah´s Child desplegado en temas como Half a Marathon Man o What Did You Do In The War, Dad por poner algún ejemplo reciente?
A pesar de todo, Ecliptica «Revisited´´ en sí no es un mal disco, y como curiosidad tiene sus momentos, pero la sombra de su homónimo de 1999 lo eclipsa en casi todo, lo que hace de esta regrabación algo innecesario y prescindible (seguramente más valorable para los que no escucharon el original antes, que es más bien al público que va dirigido) por lo que para próximas reproducciones seguirás con aquel disco de finales de los noventa que demuestra que no le hacía falta ninguna revisión ni actualización, o con su remasterización de 2008.
David Campos
Temas:
01. Blank File
02. My Land
03. 8th Commandment
04. Replica
05. Kingdom For A Heart
06. Fullmoon
07. Letter To Dana
08. Unopened
09. Picturing The Past
10. Destruction Preventer
11. I Can’t Dance (Genesis Cover) (Bonus Track)
I’m Haunted (Japanese Bonus Track)