Si algo se le puede pedir a la organización, sobresaliente por otra parte, para futuras ediciones es un poco más de sombra en el ResuCamp, ya que en cuanto salió el sol la tienda de campaña se convirtió en un auténtico infierno, y ya que los conciertos no acaban precisamente pronto las horas de sueño escaseaban. Aunque en ese momento poco importaba, porque lo que quedaba por delante nos daba fuerzas para todo y más.
Texto: Alberto López
Fotos: Mario López
Tras pasar un mañana tranquila, tocaba acercarse al recinto a la hora de comer, como quién dice, para verlo ya todo abierto, comprobar que el acceso Pandemónium y el área de prensa eran una auténtica maravilla y que a lo largo del festival nos daría mucho más que poder cargar nuestros dispositivos, y, por supuesto, comenzar con los conciertos.
La hora no acompañaba, sin duda, pero ahí estaban Jardín de la Croix en el Chaos Stage probando sonido poco antes de comenzar su actuación, la primera que disfrutaríamos ese día. A las 14:50 exactamente daban comienzo a su concierto con “Topsy’s Revenge”, un tema de más de siete minutos que los define perfectamente, con una técnica exquisita y una estructura que más bien parece una montaña rusa. La mezcla de Math Rock y Rock Progresivo de los madrileños es sin duda novedosa y de lo más interesante del panorama nacional actual. Igual me equivoco, pero en Resurrection Fest. y, sobre todo, la hora no me parecieron el lugar adecuado para disfrutar de ellos, además de que el sonido tampoco les acompañó en exceso. Aún así engancharon al público allí presente.
La batería de Israel Arias en “Man Made Lightning” destacaba sobre todo, dando una auténtica lección, incluso cuando sus compañeros y sus incesantes tappings y arpegios estaban sobresalientes. “Colorado Springs” nos ofreció, por momentos, su cara más contundente. Otro derroche de técnica y feeling que me gustaría disfrutar en un ambiente más íntimo y recogido. Dada la extensión de sus temas, y el poco tiempo del que disponían, cerraron con “Talking With Planets”, tocando así al completo su más reciente EP: “187 Steps To Cross The Universe”. El día había empezado bien, ¡que envidia de técnica y gusto la de Jardín de la Croix!
El día estaba siendo de lo más caluroso y, casi sin tiempo para reponernos, nos desplazamos al Main Stage para ver a otra de las bandas españolas que más están dando que hablar y que más futuro atesoran: Aphonnic.
Tras su magnífico “Héroes” se presentaban jugando en casa, con una buena cantidad de público y con un montón de camisetas con la portada del mencionado disco pululando por todo el recinto. Tras la intro compuesta por Charlie Clouser para la película “Saw” arrancaron con “Amarga despedida”, donde enseguida la característica voz de Chechu nos atrapó sin remedio. Siguieron desgranando lo mejor de su último trabajo, como “Mi capitán”, donde Alén pisó el acelerador casi un poco más de la cuenta y Chechu seguía inconmensurable, muy bien apoyado por los coros de Richy.
El público estaba totalmente entregado y no dejó de cantar ni un momento, ovacionándoles cada vez que terminaban un tema. El repaso a “Héroes” fue exclusivo, basando su setlist en él y haciendo que vibrásemos con “Ahora tengo 33”, “Lux y Fer” o “58 hombres y 14 mujeres”. La mezcla de contundencia y melodía estaba resultando casi perfecta y la ejecución de los temas solo decía cosas buenas de ellos. Para terminar “Jerry” y “Mala Virgen”, una de las más potentes de “Héroes”. Acabábamos de ver a la segunda banda del día, la segunda banda nacional que tiene un futuro más que prometedor y que se merecen mucha más atención de la que se les presta.
La jornada había empezado fuerte, y pronto, así que nos acercamos al área de prensa para descansar y refrescarnos un poco y encarar con garantía la primera etapa alpina de este Resurrection Fest. ya que lo que venía a continuación no tenía perdida.
Tras unos cambios de horario de ultima hora que fueron debidamente anunciados, le tocaba el turno a Max Cavalera y compañía. Y es que quizá la compañía fue casi lo que más me gustó, ya que venía con Marc Rizzo a la guitarra, claro, pero tras la batería estaba su hijo Zyon y al bajo, tras la salida de la banda de Tony Campos, su otro vástago: Igor Cavalera Jr. Fue bonito ver a Max, visiblemente desmejorado, por cierto, compartir escenario con sus chavales.
Fueron de menos a más, y es que aunque el público estuvo totalmente entregado desde el primer momento la realidad es que el comienzo con “Frontlines” y “Fire” fue algo frío, y al mayor de los Cavalera se le veía algo desganado. La cosa mejoró sustancialmente con “Prophecy”, donde se les vio ya más asentados, con mayor movilidad y, aunque la voz estaba algo baja, el concierto empezó a parecerse a lo que esperaba de Soulfly.
“Seek ’N’ Strike” fue de los mejores momentos del show, donde grupo y público se movieron al unísono con uno de los cortes de los Soulfly más tribales, ya que en los últimos discos parecen haber dejado esas raíces de lado, internándose en sonidos más cercanos a los primeros Sepultura. Acto seguido comenzó a sonar la intro épica de “Blood Fire War Hate”, uno de los temas que se internan en el sonido antes comentado. Fue el preludio de uno de los momentos más esperados por todos los allí congregados: “Refuse/Resist”. El primer tema de Sepultura que caía aquella tarde no sonó tan bien como otras veces, pero la verdad es que poco importó ya que desde el timbaleo del comienzo el público se puso como loco. “Carved Inside” enfrió un poco el ambiente, aunque nos dejó un buen sabor de boca el buen hacer de Igor Cavalera Jr. al bajo. Estuvo soberbio.
Siguieron cayendo temas sin descanso, y, aunque a Max se le veía algo desganado, consiguieron que la audiencia entregada no dejase de botar. “We Sold Our Souls To Metal”, el adelanto que nos ofrecieron de su inminente “Archangel”, tuvo una buenísima acogida, pero nada comparado con lo que vendría después, que no fue otra cosa que el punto álgido del show: “Roots Bloody Roots”. El segundo corte de Sepultura que caía aquel día sigue funcionando igual de bien que siempre, y para colmo lo empalmaron con uno de los temas más exitosos de Soulfly: “Back To The Primitive”. Todos los allí reunidos nos dejamos la garganta con eso de “¡Back to the primitive!, ¡Fuck all your politics!…”
Ya solo quedaba esperar la traca final, que no pudo ser mejor, con dos medleys de infarto: “No Hope = No Fear / Umbabarauma” y el espectacular “Jumpdafuckup / Eye For An Eye”, incluyendo la jugada de hacer agacharse a todo el publico para saltar todo juntos al grito de “¡JUMPDAFUCKUP!”
No fue el mejor concierto de Max y compañía, pero poco importa cuando ves a la gente pasarlo tan bien, y la verdad es que, pese a cierta desgana por parte del cantante y un sonido no del todo satisfactorio, nos dejaron grandes momentos de buen Metal.
Tras pasar brevemente por el Pandemónium llegaba la hora de los cabezas de cartel del jueves, aunque, para mí, los suecos Refused no me parezcan un grupo tan grande como para considerarlos cabeza de cartel. Aun así, me dejaron un gran sabor de boca con ese estilo tan particular que tienen, a caballo entre el Hardcore Punk y el Rock/Metal alternativo, y esa imagen tan discordante respecto a su música.
A la hora indicada David Lyxzén y compañía hacían acto de presencia comenzando con “366”, uno de los mejores cortes de su reciente “Freedom”, que recordemos que es su primer álbum en diecisiete años, nada más y nada menos, ya que se separaron en 1998 y no fue hasta el 2012 cuando volvieron a reunirse.
Con un buen sonido y una solida actitud sobre el escenario, ya desde el comienzo tuvieron una gran respuesta de la buena cantidad de público allí congregado. “Rather Be Dead”, un tema que pronto cumplirá veinte años, fue el siguiente en caer. Con esa estructura tan particular dejó algo fríos a quien no conocían su trayectoria en profundidad, pero fue la única concesión que hicieron a otros discos que no fueran su nuevo lanzamiento o su ópera prima: “The Shape Of Punk To Come”
El repaso al mencionado álbum comenzó con “Summerholidays Vs. Punkroutine”, la cuál sonó infinitamente mejor que en estudio y nos demostró la fuerza y el buen hacer que tienen Refused en directo. “Françafique” sonó algo más descafeinada y pasó algo más desapercibida, pero con “The Deadly Rythm”, guiño a Slayer en forma de riff de “Raining Blood” incluido, la audiencia se desató y comenzó con lo que ahora se conoce como crowd surfing, que no es otra cosa que entre el resto del público te levanten y te vayan transportando al escenario, para caer al foso y tener que salir de allí corriendo azuzados por los de seguridad. Una práctica, por cierto, que en los día venideros veríamos hasta la saciedad.
Dennis estaba totalmente entregado, y aunque la puesta en escena de la banda es realmente simple, él es un frontman espectacular y se llevó al público en el bolsillo desde el minuto uno. Seguían ofreciendo una de cal y otra de arena, y es que “Freedom” no ha entusiasmado a todos sus seguidores, ni mucho menos, notándose cuando caía una de las nuevas, como “Dawkins Christ” o una de épocas pretéritas como “The Refused Party Program”. Pero era una simple cuestión de gustos, ya que ellos mantuvieron un alto nivel de principio a fin.
“The Shape Of Punk To Come” fue celebradísima y “Destroy The Man” sea quizá de los temas nuevos de los que mejor funcionó, sin duda. “Worms Of The Senses / Faculties Of The Skull” y “Tannhäuser /Derivè” mantuvieron al público totalmente encendido de cara al final de un concierto que se nos había hecho bastante corto. “Elektra” mantuvo el tipo porque se sabía lo que esperaba después, que no era otra cosa que “New Noise”, con la que todo el mundo se abalanzó hacia el escenario, saltó, vibró, cantó…
En definitiva, muy buen concierto de los suecos, que se entregaron al máximo, sobre todo Dennis, y nos regaló un show lleno de fuerza.
Entre que salimos de allí, recuperamos algo de fuerzas y llegamos al Chaos Stage, Decapitated casi estaba terminando su actuación, y como el siguiente plato en el Main Stage era Black Label Society que empezaba a la misma hora que acababan ellos, poco tiempo nos dio de apreciar nada. “Day 69” y “Nest” sonaron brutales, con un “Rasta” Piotrowski llevándose a la audiencia de calle. Ya de vuelta en el Main Stage, si que pude apreciar desde allí que tuvieron bastantes problemas de sonido al final de su show.
Llegaba el momento más esperado de la noche, los verdaderos cabezas de cartel para muchos de los que allí estábamos: Zakk Wylde y sus Black Label Society. Con el escenario ya preparado con toda la parafernalia que suele llevar el americano, comenzó a sonar el audio de “Whole Lotta Sabbath” y las luces se apagaron, para delirio de los asistentes que estaba impacientes porque aquello comenzase. La ensordecedora ovación cuando Zakk Wylde pisó el escenario casi hizo que no apreciásemos bien los primeros acordes de “The Beggining… At Last” que sonó realmente bien, y en la que pudimos ver que el estado de forma de toda la banda es espectacular.
Con el rubio guitarrista gustándose y posando para las cámaras que había en el foso dimos paso a “Funeral Bell”, uno de mis temas preferidos de toda su carrera. El riff atresillado y los armónicos, marca de la casa, se sucedían sin descanso.Que Zakk Wylde es uno de los personajes más carismáticos del panorama no se le escapa a nadie, pero sigue siendo impresionante ver como acapara todas las miradas y como llena el escenario con su simple presencia.
El sonido de maquinaria nos avisaba de lo que venía a continuación, otros de sus cortes más esperados: “Bleed For Me”. Combinando velocidad y pesadez, y con el público siendo una sola voz a la llegada del estribillo (“Bleed for meeeee, I’ve bled for youuuu”), fue uno de los mejores momentos del concierto. “Heart Of Darkness” de su último lanzamiento, “Catacombs Of The Black Vatican”, enfrió algo el ambiente, aunque hay que decir que en directo es un tema que gana bastante.
La cosa se volvió a caldear con el esperadísimo “Suicide Messiah”, con el que se puso el Main Stage patas arriba. Zakk seguía en su pose RockStar mientras el resto de la banda le daba un sólido acompañamiento. Hasta el momento estaba siendo un concierto perfecto. “My Dying Time” y “Damn The Flood”, ambas de su disco más reciente, nos mostraban a los Black Label Society más Stoner.
Y entonces llegó el momento de la discordia: Zakk comenzó su solo. Un solo que se extendió hasta los diez minutos, algo que a mucha gente le sorprendió y no le hizo demasiada gracia. Si, es cierto que un festival, con los tiempos tan justos, quizá no sea el mejor lugar para estos alardes. Si, también es cierto que si te paras a pensarlo gracias a la extensión del solo seguramente se quedaran fuera un par de temas que todos querríamos haber oído. Pero yo desde aquí le lanzo una pregunta a todos aquellos que despotricaban, y siguen despotricando, echando por tierra todo el concierto por este hecho: ¿A quién pensabais que ibais a ver? ¿Acaso no es algo a lo que nos tiene acostumbrados? No siempre llueve a gusto de todos, pero sinceramente, me dais pena todos aquellos que criticáis todo un concierto en base a un hecho y que no fuisteis capaces de disfrutar y tras el solo solo os dedicasteis a protestar. Porque lo que vino después también mereció mucho la pena, como el grandioso “Godspeed Hellbound” que se marcaron, con una fuerza y una potencia dignas de admirar, para acto seguido ser capaces de entrar en terrenos más melosos y deleitarnos con esa gran balada que es “Angel Of Mercy”, algo por lo que también he leído críticas por ahí. ¿Qué pasa, las baladas solo valen para según quién?
Pusieron punto y final con “Concrete Jungle” y “Stillborn”, ese tema que en su día contaba con la colaboración de Ozzy Osbourne y que sigue siendo, sin duda, de los más aclamados. Si, yo también eché muchos temas de menos, pero hay que ser consciente de las limitaciones horarias de un festival y de que no siempre los setlist son lo que nosotros esperamos. Con todo y con eso fue un gran concierto, de los mejores que se vieron en esta edición del Resurrection Fest.
Tras hacer acopio de existencias y cargar un poco el móvil tocaba volver al Main Stage ya que daba comienzo la que, para nosotros, sería la penúltima actuación de la noche: Berri Txarrak.Los vascos salieron a por todas con “Alegia” y “Ordaina”, comenzando así con un buen repaso a su más reciente grabación: “Denbora Da Polígrafo Bakarra”. Un buen número de asistentes lo disfrutaban al máximo a pesar de que el cansancio de toda una jornada empezaba a pasar factura.
“Kezkak”, de aquel magnífico “Jaio.Musika.Hil”, fue la siguiente en caer. Estaban demostrando un gran nivel y Gorka Urbizu centraba todas las miradas, mientras que David y Galder creaban un muro sónico infranqueable. Sin tiempo casi para respirar atacaron con “Denak Ez Du Balio”, aquel tema que compusieron junto a Tim McLirath de Rise Against, y “Mukuluak”.
En ese momento volvía a mi mente una pregunta que siempre me ha surgido con Berri Txarrak y otros grupos que cantan en euskera como Su Ta Gar. ¿Estarían más arriba en el escalafón si cantasen en castellano? Creo que lamentablemente la respuesta es si, porque por calidad no será…La breve, veloz e intensa “Zerbait Asmatuko Dugu” puso a la gente en movimiento una vez más, mientras que “Hitzen Oinarri Ahula” fue bastante coreada. Ambos temas nuevos que tuvieron muy buen acogida.
Bajo y batería daban comienzo a “26 Segundotan” para continuar así el repaso a “Denbora Da Polígrafo Bakarra”. Un corte en el que incluyen frases en castellano y que pasa por ser uno de los mejores del mencionado álbum. Tocaba mirada al pasado con “Betiko Leloaren Betiko Leloa”, una sorpresa, que con la experiencia y los años ahora suena completamente demoledora. El guitarrero “Bueltatzen” sería el último tema entero que tocarían, ya que lo que nos quedaba por delante eran dos medleys con los que repasaron toda su carrera, y que al haber habido tanta representación de su último disco supieron a auténtica gloria.
El primero lo conformaron “Harra”, “Jaio.Musika.Hil”, “Stereo”, “Dortoken Mendean”, “Lanbroan” y “Sutxakurrak”. Casi nada…Pero quedaba la traca final con el mix de “Etsia”, “Ikasten” y “Oihu”. Un grandioso final, con el público totalmente entregado, para una banda que debería tener mucho más reconocimiento que el que posee.
Tocaba correr una vez más para que no nos pasase como con Decapitated. Aun así, nos perdimos el comienzo de los madrileños Toundra, ya que los horarios se llevaban a rajatabla, y prácticamente con el último acorde de Berri Txarrak en el Main Stage empezaban Toundra en el Chaos Stage.Llegamos justo para ver comenzar “Zanzíbar” y disfrutar del Post Rock instrumental de una de las bandas más interesantes que tenemos en este país.
La atmósfera que había creada en el Ritual Stage era de un disfrute y admiración muy particular, como así es su música. El constante timbaleo de “Zanzíbar” daba paso a “Bizancio”, que con su comienzo lento y evocador daba ganas de encender unas velas y cerrar los ojos para sentirlo en plenitud. El sonido no dejaba nada que desear y es de agradecer, ya que la cantidad de matices que poseen Toundra merecen un buen sonido para apreciarlos en toda su magnitud.
“Kitsune” era la siguiente en caer, y con su magnífico in crescendo arrancó una buena ovación del respetable, que estuvo absorto los más de ocho minutos que dura. Continuaron con “Oro Rojo”, tema que sirve para cerrar su reciente “IV”, y que fue toda una demostración de musicalidad y poderío. Y con el repaso a “III” acabaron, con unas espléndidas “Ara Caeli” y “Cielo Negro (Black Sky)”.
Me dio pena perderme los tres primeros temas (“Strelka”, “Marte (Mars)” y “Magreb”), pero es lo que tienen este tipo de eventos. Por otra parte pensaba que me pasaría un poco como con Jardín de la Croix, pero la verdad es que Toundra crearon una atmósfera en la carpa del Ritual Stage, ayudados también por una hora mucho más acorde a su música, que pocas veces he visto. Otros de los triunfadores del festival, dejando el pabellón nacional bien alto, y eso que tenían una franja horaria complicada para una primera jornada de festival. Dos si contamos el miércoles.
Y con esto pusimos punto y final a una segunda jornada en Viveiro más que satisfactoria. Quedaban dos y había que descansar para afrontarlas con garantías.
Texto: Alberto López
Fotos: Mario López
Fotos Toundra: Resurrection Fest