Aunque en Barcelona no se han agotado las entradas, se ha congregado una importante multitud de todas las edades para verlos. La mayoría melenudos vestidos de negro, eso sí. La sala se ve razonablemente llena, compensando la sensación que me llevé durante su última visita, en la que estaba medio vacía. Igualmente espero que el sonido esta noche sea mucho más cercano a sus producciones en estudio que en la anterior ocasión. Veremos…
Inauguran la noche los alemanes Long Distance Calling, totalmente desconocidos para mí. Practican un post-metal instrumental de lo más contundente, pero próximo a registros muy melódicos. Me sorprende lo enérgico de su puesta en escena y su increíble potencia a pesar de la calidad de sus atmósferas. Tanto, que me encuentro cabeceando efusivamente a los dos minutos de oírlos, a pesar de no haber escuchado nunca antes su música. Los temas son muy largos y se desarrollan con naturalidad. Me llama la atención la acusada presencia de timbales, muy en la vena de mis admirados Tool. Los intérpretes han salido a darlo todo y desbordan pasión que transmiten sin problemas. Una propuesta muy notable y magníficamente resuelta.
Los teloneros de lujo son los esperadísimos Swallow the Sun. Hace un momento, durante la entrevista, Jonas Renkse ha afirmado que los finlandeses son un pueblo que vive y siente la música melancólica como ningún otro. Vamos a comprobarlo. Los músicos aparecen con aspecto desangelado y aniñado, haciendo gala de los característicos rasgos fineses. Un magnífico búho, dibujado en el telón de fondo, preside la escena. Una bruma verde emerge del suelo, acompañada de una iluminación fúnebre y sugerente. La música estalla grave y aplastante. Menuda entrada.
El espectáculo me deja clavado al suelo desde el principio. La música, de una pesadez devastadora, camina a un tempo lento aunque no agónico, empujando mi cuello hacia abajo. Los contrastes entre partes acústicas y demoledoras, así como la alternancia entre growls gravísimos y voces limpias, le dan un carácter variado y entretenido. Los músicos se mueven cadenciosamente, vibrando con su propia música. La ejecución es brillante, los tappings de guitarra y los detalles de la batería quedan perfectamente empastados y le aportan interés técnico a la propuesta. El teclado, huyendo de virtuosismos, le da sabor a la mezcla. Las luces son de lo más adecuado.
La banda va desgranando su repertorio, a mi parecer muy bien seleccionado y que contiene temas de todos sus álbumes excepto del “Ghosts of Loss”. El frontman Mikko Kotamäki resulta un punto cómico involuntariamente, no tanto por su innegable parecido con el guitarrista de Amaral, como porque se apoya en el soporte el micrófono como si estuviera terriblemente abatido o tuviera muchísimo sueño. Tengo que quitarme el sombrero cuando veo a Juha Raivio combinando tapping con headbanging intenso. Lo más destacado de todo es la envolvente atmósfera y la contundencia incontestable de la propuesta, que cortan la respiración. Con un directo increíblemente profesional y convincente, Swallow the Sun se han ganado todos mis respetos sobre las tablas.
Setlist:
These Woods breathe Evil
Falling World
Out of this gloomy Light
Sleepless Swans
Don’t Fall Asleep (Horror Pt. 2)
These Hours of Despair
New Moon
Swallow (Horror Pt. 1)
La muchedumbre se agolpa en las primeras filas para recibir a Katatonia. Veremos qué tal funciona en directo “Night is the New Day” y cómo responde la nueva formación. Los músicos se alinean cediendo el protagonismo a Jonas, que esconde su rostro tras su melena como de costumbre. El espectáculo empieza con el primer tema del disco, como corresponde a todo buen concierto de presentación. No sé si es que mis expectativas me traicionan, pero el sonido no es todo lo bueno que esperaba. Y las luces tampoco acaban de ser de mi agrado. Ya me estoy poniendo quisquilloso.
El público no parece coincidir conmigo, ya que se muestra apasionado y entregado ante su grupo predilecto. Pero yo, no sé… No es que haya nada malo, pero Katatonia me emocionan en estudio y sin embargo… aquí no es lo mismo, los coros no suenan tan grandilocuentes, las atmósferas no me llegan al alma, las partes pesadas no me tumban al suelo. Y para colmo, los músicos están de lo más estáticos, contribuyendo a mi apatía. El único que vibra ligeramente es Anders. Y evidentemente, los nuevos fichajes tienen que demostrar que son dignos de su puesto. Pero con todo, no ofrecen una imagen demasiado compacta. A valorar que estoy siendo muy exigente con los suecos, pero creo que Swallow the Sun han dejado el listón alto y no es para menos.
Quizá sean las canciones del último disco, que saben demasiado a melancolía y bajan la intensidad del directo. La selección de temas es muy peculiar, ya que, fuera de la presentación de su último álbum, la banda ha decidido decantarse por los temas más atípicos frente a los grandes éxitos. Así, tenemos el placer de disfrutar de las fantásticas “Omerta” o “In the White”, pero en cambio faltarán “July” o “Soil’s Song”. ¿He dicho ya cuál es mi disco favorito? Todo ello salpimentado con algunas canciones de sus primeros trabajos. Creo que es éste un detalle muy de agradecer, ya que uno no siempre tiene la oportunidad de escuchar las “caras b” en directo. Pero haciendo una valoración global, al repertorio le falta potencia y la disposición de las canciones hace que la intensidad emocional sea muy discontinua.
En cuanto al papel de los músicos, me llama la atención que Anders ha relegado casi todas las partes de guitarra solista al nuevo componente, un señor que se hace llamar Mr. Sodomizer – a saber por qué –. Este señor de pintoresco nombre resuelve los solos y las frases de una forma muy eficiente, permitiéndole a Anders centrarse en tocar con feeling y cantar buenos coros. Jonas canta bien hoy, pero está como siempre ensimismado y pegado a su parcela. Bueno, ya sabía yo que no son unos tipos muy expresivos. Este hecho no es de por sí decepcionante, pero si a la mezcla le falta empaste y al repertorio garra, entonces la cosa cambia.
Los primeros acordes de “Ghost of the Sun” me hacen recuperar las esperanzas de presenciar una potente recta final. Y en parte así es. Pero de nuevo, a pesar del buen trabajo individual de los intérpretes, me falta algo. No por ello voy a dejar de corear los estribillos, que para eso he venido. La velada acaba con “In the White”, momento en el cual el señor Sodomizer se quita la camiseta, en un gesto de estrella del rock a la vieja usanza. Luce los pezones agujereados y su nombre artístico tatuado en el vientre. Supongo que a modo de advertencia para cualquiera que se acerque demasiado como para leerlo. Gracias, gracias, gracias y a continuación un encore bastante aceptable.
Bueno, no ha sido terriblemente decepcionante como seguramente he dado a entender, pero tampoco, ni mucho menos, como para tirar cohetes. Llego a la conclusión de que “Night is the New Day” no acaba de funcionar en directo, a pesar de la calidad de sus composiciones. Y de que el sonido de los suecos en vivo difícilmente llegará a alcanzar los niveles a los que nos tienen acostumbrados en estudio. Una gran banda con un espectáculo correcto aunque en esta ocasión, no demasiado conmovedor. Me quedo sin dudarlo con Swallow the Sun. Esta vez la actuación de Katatonia, como la entrevista, ha sido tan agradable como insulsa.
Texto y fotos: Rider G Omega
(crónica en colaboración con Empire Magazine, www.myspace.com/empire_magazine)
Setlist de Katatonia – 18 de Marzo’10 – Barcelona:
Forsaker
Liberation
My Twin
Onward into Battle
Complicity
The Longest Year
Omerta
Teargas
Saw You Drown
Idle Blood
Ghost of the Sun
Evidence
Rusted
Day and then the Shade
In the White
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Dispossession
Leaders
ENLACES RELACIONADOS:
Katatonia: Night Is The New Day // Peaceville Records ( Mastertrax )