FM + Dare – 19 de octubre de 2023 – Sala Wolf (Barcelona)

Ya tengo una edad y se podría decir que he visto bastantes conciertos. Hay mucha gente que ha visto más que yo, y muchísima que ha visto menos. He visto conciertos de todo tipo de géneros, casi siempre ligados a la música guitarrera de cualquier tipo. He visto conciertos increíbles, conciertos pésimos y toda la gama de tonos que hay en medio. Pero si hay algo en este mundo que hace que mi corazón explote de felicidad es ver un buen concierto de AOR, con una banda que se lo pase bien sobre el escenario y, a poder ser, con buen sonido.

Pues os podéis imaginar que la noche del 19 de octubre de 2023, al recibir precisamente eso por partida doble, fui feliz durante tres horas. Y es que nos visitaba un doble cartel AOR de infarto. Dos bandas británicas que iniciaron su andadura a mediados de los ochenta y que todavía siguen dando guerra en la tercera década del siglo XXI: FM y Dare. Se trata de una gira doble donde ambas bandas son cabezas de cartel y se van turnando el orden en el que aparecen sobre el escenario, y en Barcelona nos tocó que Dare abrieran la noche y FM la cerraran.

Solo había visto a Dare una sola vez en alguna de las ediciones del Sweden Rock Festival a las que acudí hace ya demasiados años, y recuerdo que me dejaron una gratísima impresión, así que tenía mucha ganas de volver a verlos. Los de Oldham saltaron a las tablas capitaneados, cómo no, por el bueno de Darren Wharton que ya lucía una sonrisa de oreja a oreja desde el primer momento. Flanqueado por el bueno de Vinny Burns a la guitarra y el explosivo Nigel Clutterbuck al bajo, la banda atacó con «Born in the Storm» y nos dio un repaso de su material un poco más actual.

Lo primero que llama la atención es que esta peña disfruta haciendo lo que hace. Toquen para 200 personas (como es el caso esta noche) o para 5.000 (como fue el caso en Sweden Rock), lo importante es disfrutar, tanto arriba del escenario como abajo en el público. Y dicho y hecho: «Cradle to the Grave», «Home» o «Road to Eden» se encargan de poner a la gente a tono. Por fortuna, el sonido acompaña y podemos apreciar los matices de teclados que aporta Marc Roberts. Personalmente, el teclado es el instrumento que tiene que tener su hueco en una banda de este estilo mientras los demás se dedican a poner el músculo rockero, y la sala Wolf supera la prueba con buena nota.

Wharton tiene buena presencia, buena actitud y una voz que, si bien no es la de antaño, sabe utilizar: la aprieta cuando tiene que ser protagonista y la conserva en los pasajes más de transición para no cargarla en exceso. Eso es perfecto para la segunda parte del show, pues ahí es cuando empiezan las curvas y empiezan a recuperar material de su maravilloso debut «Out of the Silence» (1988), y lo hacen con «Abandon», un tema que, para un servidor, está entre las 10 mejores canciones de AOR de todos los tiempos. A partir de aquí ya es todo un despiporre: «Into the Fire», «The Raindance» o un «King of Spades» que Wharton dedica a «su primer jefe», Phil Lynott. De hecho, la banda nos regala un guiñito a «Roisin Dubh» para completar el homenaje a la seminal banda irlandesa.

El público responde y todavía nos queda tiempo de disfrutar de «Thy Kingdom Come» y una maravillosa «Return the Heart» que deja el listón altísimo para FM. Dare convencen en directo. Siguen teniendo la chispa y saben cómo tienen que sonar. La única pega es que el material más actual quizá suena un poco predecible y monótono, algo que desde luego llama la atención cuando empiezan a sonar temas del disco de debut, mucho más coloridos y con melodías mucho más inspiradas. Aun así, la banda disfruta y contagia al personal, y eso es lo importante.

Muchos nos hubiéramos ido contentos a casa en ese momento, pero todavía faltaba que Steve Overland y compañía nos pegaran un buen repaso. Y que me aspen si no lo consigueron. A ver, que ir a un concierto de FM es ir a tiro seguro, porque es de esas bandas que jamás fallan. Jamás. Y esta noche no fue una excepción. La banda abre con «Synchronized» y bueno, lo de siempre: Overland cantando como dios, Merv Goldsworthy regalando sonrisas mientras le da a las cuatro cuerdas, Pete Jupp impertérrito con su camisa de leopardo tras los parches y Jim Kirkpatrick demostrando que ya se ha aglutinado a la banda de manera perfecta tras tantos años dándole a las seis cuerdas.

El repertorio de esta gira es un picoteo a casi todos sus discos, aunque la mayoría de temas son de «Indiscreet», su impresionante directo de 1986. Personalmente creo que la carrera de FM ha sido bastante más solida que la de Dare, por ejemplo, incluso en sus discos más actuales, pero la gente paga por escuchar los temas antiguos, y esto es lo que obtiene.

No pueden faltar «Tough it Out», «Bad Luck» o «That Girl», pero también hay espacio para «Story of My Life» (en una versión muy bonita solo con Overland y Jem Davis a los teclados) o «Turn This Car Around», de su último disco hasta la fecha «Thirteen» (2022). El sonido acompaña, el público también y la banda se crece. Overland nos dice que ya no quiere tocar «American Girls», pero que lo sigue haciendo porque la gente se la pide. Personalmente, estoy de acuerdo con él y hubiera preferido que nos tocaran algo como «Crack Alley», pero el público manda.

«Frozen Heart» pone la nota tranquila de la nocha y luego la banda nos regala una joya absoluta del género como es «I Belong to the Night», un tema que siempre me atrapa desde el primer segundo. Me encanta que FM sigan tocando «Let Love be the Leader» en directo y, aunque quizá no me parezca una gran elección para cerrar el show, todavía hay tiempo para «Other Side of Midnight», que cierra una noche redonda y nos manda para casa con una sonrisa de oreja a oreja.

La primera fecha de la gira española de este doble cartel se salda con una nota altísima. Dos primeras espadas del género siguen haciendo lo que les gusta. Disfrutan como si fuera el primer día y eso no tiene precio. De paso, el público que arrastran los ama con locura, así que la combinación es una apuesta segura. Ojalá siga así por muchos años, porque son noches que no se olvidan.

Texto y fotos: Edko Fuzz