Try imagining a place where it’s always safe and warm
Come in, she said
I’ll give ya shelter from the storm.

Esto lo cantaba Bob Dylan allá por el 1975 desde su Blood on the Tracks y esto es lo que nos proponen Ther Mothercrow con su segundo álbum. En este plástico nos encontramos con una soberbia mezcla de rock procedente de los 60’s y 70’s: el refugio de la tormenta, en este caso refugio sónico dónde el hard rock, la psicodelia e incluso el proto metal conforman el búnker donde reposar.

Marcel Palagós

Cuenta la banda que sus referencias van desde Deep Purple, Grandfunk Railroad, Black Sabbath o Led Zeppelin en el rincón del cuadrilátero de los clásicos con Rival Sons o Graveyard entre otros como púgiles del rincón de bandas más actuales que ya recogieron el guante de aquéllos.

Ésta es una banda afincada en Barcelona que rezuma actitud por todos lados y cuenta con una frontwoman impresionante: Karen Asensio proyecta una energía apabullante que arrastra al resto de la banda como una locomotora que se nutre con el fuego vivo de la guitarra de Max Eriksson y la base rítmica de Jaume Darder a la batería y el bajo de Daniel Ribeiro.

Ellos son Mothercrow y están dispuestos a seguir la buena senda iniciada en Magara (2019) aunque la formación haya sufrido muchos cambios quedando Karen como alma mater del proyecto y única integrante original. Cuentan que el nombre del disco hace referencia a que todos ellos provienen de lugares distintos y que en cierto modo son foráneos de la ciudad que los acoge, así como de las corrientes multitudinarias que azotan las ya no las ondas hercianas si no también los estilos musicales más populares que se programan en festivales o locales.

Como podéis imaginar el LP arranca con un riff pesado y áspero: Standing My Ground. Presidido por una ambientación sumida en humos psicodélicos el tema nos transporta, abre las puertas de “Foráneo” para dejarnos entrar pero no salir. Ese poso arrastrado se acelera en el primer single, un magnífico Howling, una conjunción de todos los puntos fuertes de la banda, canciones orgánicas que respiran, laten, cabalgan y te susurran al oído con la hipnotizante voz de Karen.

Howling

Danger Rules fue el segundo corte elegido como adelanto y, sin duda, es el más directo, hímnico y urgente del disco. Aun siendo el más reconocible es, posiblemente, el corte que elegiria como mi favorito del LP casándolo con Northern Lights: un contrapunto más reposado de inicio que va ganando fuerza como un tornado y que sin lugar a duda nos muestra un nuevo horizonte creativo para la banda.

Danger Rules

Para el momento de pausa Tumbling Down nos lanza de un empujón al sillón orejero para que, lanzando las botas de un taconzo, nos dejemos mecer en el dulce vaivén de la cadencia de este tema de claro gusto southern, cantado y ejecutado con mucho mimo y cuidado. Como una mano que te acaricia la nuca.

Pero quedan algunos aces en la ancha manga de la madre cuervo. Y negro como su plumaje es el corte que da nombre al álbum: Foráneo inicia con una intro marca de la casa Iommi aunque después se torna más bluesera, mántrica y psicodélica. Una atmosfera que te cubre como un paño de sueños.

Cuando el cuerpo está ya relajado vuelve la descarga más acid rock de (Doin’ It) For the Thrill, de nuevo empañado por el blues. Quizás la maquinaria de Grand Funk Railroad aparezca de entre los surcos de esta canción, con un estribillo pegadizo y arrastrado que engancha de inicio a fin.

Pero no solo de blues vive el hombre y, Gonna Burn es sin duda su tema más vacilón, de base funk y plagado de un groovie terriblemente infeccioso sin duda te hará menear el cuerpo abandonándote a la ligereza.

Me gusta cuando el último tema funciona como coda de todo el disco y, Northern Lights juega este papel a las mil maravillas. A través de sus más de siete minutos y con un guiño desfachatado a Led Zeppelin, Karen nos lleva a donde le da la gana, nos tiene comiendo de su palma. Desde la maravillosa y pausada introducción el tema se va envenenando hasta estallar en un composición grandiosa, luminosa, música grande para una gran banda que nos demuestra tener muchas tablas y las ideas clarísimas. Se cierra el círculo muy arriba con ganas de escucharlo de nuevo y cuantas veces haga falta. Atención al fraseo arabesco de Max, de esos detalles que conforman una grandiosa composición.

Este álbum apunta alto, si nos fijamos en el rooster de producción y mezcla con encontramos con el ganador de un Emmy Latino en la producción Alberto Pérez en los estudios Sol de Sants y contando con Robert Pehrsson en la mezcla y Magnus Lindberg en la masterización, un tipo que ha trabajado con monstruos como Hellacopters, Refused, Russian Circles, Lucifer, ahí es nada. Con esos mimbres no puede salir mal cesto.

No dudes en darle cancha a la banda y acercarte a sus bolos, no te vas a arrepnetir. Este próximo viernes 27 de septiembre tienes la oportunidad en Madrid.

Keep on rocking!

Marcel Palagós

Temas:

1. Standing My Ground
2. Howling
3. Danger Rules
4. Tumbling Down
5. Foráneo
6. (Doin’ It) For the Thrill
7. Gonna Burn
8. Northern Lights