«Don’t Come Easy» el álbum debut de Tyketto, es la confirmación del espíritu indomable del rock melódico que logró destacar ante la expansión del grunge que comenzaba a dominar el panorama musical en 1991. Este álbum aunque fuese el primero captura ya la esencia de una banda que, aunque no alcanzó el éxito masivo que merecía, el disco dejó una huella imborrable en la historia del rock melódico.

Tyketto se formó en 1987 por el ex vocalista de Waysted, Danny Vaughn, el guitarrista Brooke St. James, el bajista Jimi Kennedy, y el batería Michael Clayton Arbeeny. La particularidad de este grupo fue en la mezcla de sus melodías y la poderosa voz de Vaughn, quien era capaz de transmitir una amplia gama de emociones. Como decíamos, a finales de los 80 y principios de los 90 el hard rock y el glam gozaban de una popularidad considerable, aunque el grunge comenzaba a emerger como una fuerza rompedora en la escena musical. Bandas como Nirvana y Pearl Jam estaban a punto de cambiar formas y estilos y antes de que esto ocurriera, Tyketto con su estilo melódico y accesible, lanzó un álbum que capturó la esencia del rock de los 80, mientras ofrecía un sonido fresco para la época.

«Don’t Come Easy» fue producido por Richie Zito, productor conocido por su trabajo con artistas como Cheap Trick y The Cult. Zito ayudó a pulir el sonido de Tyketto, creando un álbum que suena elegante pero que mantiene la crudeza y la energía del rock y que nunca tuvo sensación de ser un sonido artificial. Las guitarras de St. James son el motor del álbum, con riffs poderosos y solos que son técnicamente impresionantes pero que siempre sirven a la canción.

El primer tema es «Forever Young,» posiblemente la canción más conocida de Tyketto. Desde sus primeros acordes, la canción establece el tono del disco: un himno de rock melódico que habla sobre la juventud, el tiempo que pasa y la lucha por mantener vivos los sueños. La voz de Vaughn es una mezcla perfecta de potencia y emoción. En general, las letras del disco van sobre temas universales como el amor, la pérdida, y la perseverancia. Las letras reflejan experiencias de vida reales y emociones genuinas, no clichés que manejaban otras bandas de la época. «Wings» es una balada que habla de la pérdida y el dolor. La voz de Vaughn transmite una sensación de resignación, pero también de aceptación, lo que hace que la canción sea profundamente potente. «Lay Your Body Down» y «Seasons» ofrecen una visión más optimista, hablando de amor. Estas canciones son más pegadizas equilibrando la energía del rock con la sensibilidad melódica.

Aunque «Forever Young» es la canción más emblemática del álbum, hay otras pistas que merecen atención. «Burning Down Inside» es un ejemplo de la habilidad de la banda para mezclar su fuerza y melodía. El riff principal es pegajoso, y el estribillo es uno de los más memorables del disco. «Standing Alone» es otra balada poderosa que destaca la voz de Vaughn y la habilidad de la banda para crear arreglos que realzan la emoción de la canción. Es uno de los momentos más introspectivos del álbum. «Walk on Fire» es quizás la canción más dura del álbum, con un ritmo más acelerado y guitarras más agresivas.

A pesar de la calidad del álbum, «Don’t Come Easy» no pudo sobresalir entre la nueva ola de bandas que ofrecían un sonido más oscuro y crudo que caracterizaba el grunge y a nivel comercial no tuvo un gran resultado. En cambio, para los aficionados al rock melódico el álbum fue recibido con entusiasmo y rápidamente se convirtió en un clásico de culto.

Ese fracaso no desanimó a la banda, que continuó tocando y grabando a lo largo de los años, aunque con varios cambios de formación. Danny Vaughn, en particular, se ha mantenido como una figura clave en la escena del rock melódico, y su trabajo con Tyketto sigue siendo altamente respetado.

El legado de «Don’t Come Easy» es evidente en la forma en que ha influido en otras bandas de rock melódico y en cómo ha sido revalorizado con el tiempo. En retrospectiva, es visto como un álbum que encapsula lo mejor del rock melódico de finales de los 80 y principios de los 90, con una producción de alta calidad y composiciones sólidas.

En resumen, «Don’t Come Easy» es más que solo un álbum de rock; es una declaración de intenciones de una banda que se negó a seguir las tendencias del momento y que, en cambio, optó por crear música que fuera fiel a su visión. Aunque el éxito comercial se les escapó, el legado de Tyketto y su álbum debut sigue vivo, recordándonos que el buen rock, como el buen vino, solo mejora con el tiempo.

Podremos ver a Danny Vaughn y los suyos el próximo 9 de Noviembre en el Lion Rock Fest de León junto a un gran cartel con bandas como Treat, Hardline o The Night Flight Orchestra.

David Aresté