Y llegó Parasomnia, el primer álbum de estudio tras la vuelta de Mike Portnoy, algo que muchos deseaban y esperaban. Lo esperaban aquellos que tienen fervor por la banda y aquellos que ya habían perdido el interés y que, con la vuelta de uno de sus fundadores, recobraron la esperanza de que se produjera un giro que les volviera a seducir.
Toni Marchante
Y ¿Cuál ha sido el resultado? Pues en mi opinión, Dream Theater ha apostado por lo seguro, sin asumir muchos riesgos, ofreciéndonos un álbum a su altura, grandioso en lo musical, pero sin desviarse mucho del guion. Y es que después de 15 discos durante 40 años, es tremendamente complicado dar un giro que sorprenda. Ya lo hicieron continuamente de forma exitosa durante los 7 u 8 primeros trabajos. Pasar de “Images and Words” a “Octavarium” a través de discos como “Falling into Infinity”, “Scenes from a memory”, “Six Degrees…”, “Train of Thought”,etc… nos ofrecían una evolución continua de innovaciones . Apuestas tan arriesgadas e innovadoras posteriores, como el infravalorado “The Astonishing”, que no llegó a cuajar entre los fans, hizo que la banda tomara una dirección más conservadora, adecuándose también a las necesidades de la banda.
“Parasomnia” da un paso más en la dirección de sus álbumes anteriores, ya que presenta matices adicionales. El primero obviamente la batería. Como siempre he defendido, ni mejor ni peor, sino distinta. La personalidad y el estilo de Portnoy le da un matiz distinto. El segundo es que la vuelta de Portnoy, nos deja una amalgama de detalles del pasado, pasajes y guiños que nos retrotraen a trabajos anteriores, en un mensajes subliminar de Portnoy que nos viene a decir:”¿Os acordáis de esto? He vuelto!”.
El tercer matiz es que es que se trata de un álbum bajo la misma temática, no lo han querido vender como un álbum conceptual, pero se comporta como tal. Aunque la banda adelantó 3 temas, el disco sabe mucho más, si se escucha entero. El cuarto punto, es que la vuelta de Portnoy no es inicialmente en las mismas condiciones de cuando estuvo, ya que la producción aquí corre a cargo de John Petrucci únicamente, cuando en la etapa anterior la compartían. Esto se traduce en que, el peso de Petrucci es mayor y se nota a la hora de componer, aunque evidentemente, Portnoy deje en la batería su sello haciéndose notar. La preciosa portada del disco y el artwork corren a cargo de Hugh Syme y como sucedió en el álbum anterior, Andy Sneap se ha hecho cargo de la mezcla.
El disco tiene una estructura habitual en muchos de sus trabajos, ocho temas, donde el último es épico y de larga duración. La temática son los trastornos del sueño, pero enfocado desde un punto de vista oscuro y así se transmite en la música, algo notorio en el tratamiento de los arropes de teclado. Las composiciones, como ya venían siendo habitual en los últimos discos, están confeccionadas para que se adapten como un guante a las líneas vocales de James LaBrie, quien en momentos puntuales, hace algún alarde de endurecimiento vocal o subida del tono de voz, pero muy esporádico y con poca duración en el tiempo. Las líneas vocales están, por tanto, diseñadas para que el cantante se sienta cómodo.
Para comenzar un corte instrumental, «In the Arms of Morpheus». Suena alguien que vuelve de la calle con la intención de dormir y comienza una melodía recurrente que sirve de “late motiv”, ya que aparece en varios momentos del disco. Tema que nos suena familiar, estructurado tanto con la base rítmica como con los riffs, se ambienta con los teclados, dándole un aspecto cinematográfico, con momentos de protagonismo para los solos de teclado y de guitarra.
Ya dormidos (en el hilo de la trama del disco, no en la música), nos adentramos en «Night Terror» que fue la puesta de largo de este disco, el primer avance. Dada la coyuntura, lo primero en conocerse tenía que tener un énfasis en Portnoy y así ha sido, pues en el tema está espectacular. “Night terror” es un gran corte, con un estribillo que engancha, diferentes escenarios sonoros que se van relevando de forma vertiginosa, dándole un dinamismo especial y un momento asimétrico estructural, jugando con el tempo y la sección instrumental que lo hacen muy interesante.
Atronador comienzo de “A Broken Man» que nos cuenta a cerca de las pesadillas de excombatientes traumatizados por la experiencia de la guerra. Musicalmente sigue un línea muy cercana a sus últimos trabajos. La melodía recurrente que hace las funciones de late motiv, alcanza su mayor protagonismo a convertirse en el estribillo de la canción. ”A broken man” fue lo segundo que pudimos conocer y gana muchísimos enteros al escucharla de forma continua en el disco.
«Dead Asleep» es el segundo tema más largo del disco y trata sobre el sonambulismo, narrándonos un caso real, donde un hombre en estado de sonambulismo asesinó a su mujer. En el juicio se determinó que la Parasomnia provocó el hecho y fue absuelto. El corte musicalmente, acompaña al desarrollo de la narrativa, es por ello, por lo que en mi opinión, se acerca mucho a “Scenes from a memory”. Una canción que se mueve generalmente en el medio tiempo, con muchos recursos distintos, introducen también el late motiv del disco, evidenciando el hilo conductor de la temática.
«Midnight Messiah» es el corte más heavy, plagado de referencias pasadas. Con una intro que nos recuerda a “Repentance” del “Systematic Chaos” desemboca en unos riffs y efectos de teclado que nos recuerdan al arranque del “A root of An evil” del “Octavarium”, riffs que se incorpora también tras terminar los estribillos. Los puentes de la canción son una clara referencia al “As i Am” del “Train of Thought” y el estribillo es puro heavy metal al estilo Judas Priest.
“Are we dreaming?” es un interludio de teclado con efectos de voces, que da paso a “Bend the clock” que hace las funciones de la balada del disco. Aunque presenta momentos de medio tiempo, marca el perfil tranquilo de la obra, en el corte posiblemente más sencillo y convencional. Quizás sea la canción que más se pudiera acercar a “The Astonishing”. Este tema contiene el solo de Petrucci más sentido de todo el disco.
Y llegamos al plato fuerte y la composición más destacable de este trabajo, la oda «The Shadow Man Incident» de casi veinte minutos de duración. Cuando ves en un disco de esta gente un tema de esa extensión, damos por hecho de que es una verdadera obra de arte y en este caso, vuelve a ocurrir. Con un inicio donde se pone en marcha una caja de música, arrancan de repente los riffs arabescos de Petrucci para llevarnos a unos redobles de batería, de clara referencia al inicio “Overture 1928” que se alargan un poco más, con las orquestaciones de Rudess. A partir de ahí el corte se lanza en un despliegue total, bajando a continuación para el primer solo de guitarra, entrando la voz de James casi a los 5 minutos, en tonalidades suaves con unas preciosas orquestaciones y toques de teclado. A partir de ahí el corte se acelera, los riffs aparecen y la voz y detalles de solos se van intercalando, en un marco rítmico muy de Mike Portnoy, aunque con un John Myung más lineal en el bajo. Después, la escena vuelca de nuevo a lo melódico donde los teclados mandan, para pasar a una parte amplia más técnica donde los instrumentos se entremezclan de forma colosal, en un compendio de buenas melodías que nos muestran distintos paisajes sonoros, entretenidos y efectivos, hasta llegar a la parte vocal final, adornado con un gran solo de Petrucci, terminando en todo lo alto, como suelen hacer en todos sus temas épicos de larga duración. El disco concluye cuando suena por tres veces la exclamación “Wake up!” pasando de susurro a susurro alto, sonando inmediatamente la alarma del despertador, en lo que es un claro guiño al “Open your eyes Nicholas!” final del “Scenes from a memory”.
¿Es “Parasomnia” el mejor álbum de Dream Theater? Claramente NO. Pero es otro grandísimo álbum, que se suma a las 15 obras maestras de distinto calado que nos ofrece la banda. Aquellos que disfrutamos de todos sus discos, seguiremos haciéndolo con este. Aquellos que perdieron el atractivo y esperaban que la vuelta de Portnoy revolucionara al grupo, quedarán en su mayoría decepcionados. Y es que el nivel de exigencia para Dream Theater, se lo han puesto ellos mismos, cuando el público juzga sus trabajos, no se parte del nivel ofrecido por el progresivo actual, sino se hace en base a sus discos. Cualquier banda que hubiera cosechado este disco probablemente estaría siendo encumbrada.
Los músicos tienen todos mucha presencia, como es de costumbre. Si bien, las guitarras omnipresentes de John Petrucci y la batería de Mike Portnoy, con su peculiar estilo, acentuado el mensaje implícito de que ha vuelto, acaparan el mayor protagonismo. Yo sigo disfrutando sus discos, incluyendo este, fijándome en cada escucha, en la labor de cada uno de sus componentes, y aquí, de nuevo, siguen dejándonos un nivel estratosférico. Jordan Rudess contextualiza de forma magistral las orquestaciones y se deja notar de vez en cuando con sus solos y duelos con Petrucci. John Myung trata de pasar con discreción, algo de acorde a su personalidad, pero realiza un trabajo en la sombra, que si nos fijamos es espectacular. Y James LaBrie, una vez ajustados los parámetros, consigue sacar su punto más optimo, en un más que decente trabajo vocal.
Los americanos con “Parasomnia” mantienen su gran nivel y lo elevan un poco más respecto a su anterior “A view from the top of the world”(2021). Este nuevo lanzamiento, ha sido un álbum de juntarse y retomar, con guiños al pasado. Es un nuevo punto de partida, para comenzar, de forma sólida, una nueva aventura. Después ya veremos si en su próximo trabajo deciden asumir más riesgos, pero está claro que después de 16 discos, cada vez cuesta más trabajo innovar. Ahora toca disfrutar y saborear esta nueva Obra Maestra.
Toni Marchante
Temas:
1. «In the Arms of Morpheus» 5:22
2. «Night Terror» 9:55
3. «A Broken Man» 8:30
4. «Dead Asleep» 11:06
5. «Midnight Messiah» 7:58
6. «Are We Dreaming?» 1:28
7. «Bend the Clock» 7:24
8. «The Shadow Man Incident» 19:32