Permanent Vacation apareció en verano de 1987, en pleno auge comercial del Hard Rock americano, cuando las nuevas bandas de veinteañeros empezaban a desfilar por los despachos de las grandes discográficas: Extreme acababan de firmar por Polygram sin haber ni siquiera grabado Extreme I, Dokken estaban rebentando listas con la banda sonora de la última peli de Pesadilla en Elm Street, White Lion acababan de sacar su mejor disco, Pride, con Atlantic Records y ni más ni menos que Guns ‘n’ Roses cumplian el sueño de editar con Geffen (el sello en el que estaban sus héroes Aerosmith) el superventas Appetite for Destruction solo un par de meses antes de que saliera el propio Permanent Vacation.
Nombro éstas cuatro bandas porque fueron las que les acompañaron en las diferentes etapas de su gira mundial, pero en esos últimos meses también habían pasado cosas del calibre del Girls, girls, girls de Mötley Crüe o del Ultimate Sin de Ozzy, mientras Bon Jovi lo petaba entre las chavalas y Skid Row salía de los bares de mala muerte a comerse el mundo. A todos les iba bien, menos a los padres de todo. Aerosmith habían sido la banda más grande e influyente (y más vendida poco después) de Estados Unidos, pero después de prácticamente haberse cargado el grupo a base de heroína a finales de los 70 no levantaban cabeza. Se habían reunido los cinco miembros originales tras un calvario de idas y venidas de Brad Withford y Joe Perry y largos periodos de ingresos en clínicas de desintoxicación, y reaparecieron con el disco más flojo y menos exitoso de su carrera, Done With Mirrors.
En un intento a la desesperada decidieron recurrir por primera vez a compositores profesionales extrenos de la talla de Desmond Child, Jim Vallance y Holly Knight (hay algun caso anterior en los 70, pero se trataba de amigos o ex miembros de la banda). También contaron con la producción del mítico Bruce Fairbairn en su época dorada, y en los controles estuvo el hoy archi-conocido Bob Rock, y todo ello no les fue nada mal. Rag Doll, Angel, Dude Looks Like a Lady y Hangman Jury entraron en las listas volviendo a poner a los maduritos de la movida en primera línea.
Es cierto que éste disco fue el primero con aspiraciones comerciales claras, pero los temas que quedaron en segundo plano como Magic Touch, Hearts Done Time o Permanent Vacation por nombrar tres, podían perfectamente haber sido canciones fijas en el repertorio durante años.
No falta tampoco una original versión de los Beatles (I’m Down) que viene siendo habitual en sus grabaciones durante su carrera (Helter Skelter, Come Together…).
Aunque no les pegara nada en absoluto la producción ochentera con reverb a rebosar, el disco acabó siendo 5 veces platino en Canadá y Estados Unidos, les ayudó a sacar la cabeza entre toda la laca que nublaba los primeros videos de MTV, y fue el disco que les allanó el terreno para que los siguientes Pump y Get A Grip vendieran varios millones de copias.
Quim Mas