Tras Everything is Changing Anneke van Giersbergen presenta su segundo (o quinto, según se mire) trabajo en solitario, Drive. Una apuesta por un sonido más fresco y un ambiente más optimista que lo aleja infinitamente de lo que encontrábamos en Agua de Annique y en The Gathering. En la búsqueda de un estilo más personal, paradójicamente Anneke pierde parte de su identidad musical, pero sin que ello le impida presentar un trabajo bien hecho y cerrado. Sara J. Trigueros |
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Nota: 7/10 |
Cuando me dispuse a escuchar el disco, pensando ya en hacer esta reseña, me encontré con la dificultad de hace encajar el estilo de Drive en una web como Metal Symphony, a pesar de que no nos caracterizamos por ser precisamente cerrados. Y es que con este lanzamiento Anneke se aleja de sus trabajos precedentes (no ya en The Gathering, lo cual es de esperar a estas alturas, sino como solista, tanto en Agua de Annique como en el camino que parecía que iba a empezar a transitar después de Everything Is Changing). Antes de pasar a un análisis del disco, lo primero que se puede empezar a vislumbrar de antemano es que si hay algo negativo que achacarle a la cantante, eso no es, ni puede ser, la falta de voluntad por emprender nuevos caminos y arriesgarse. De hecho, es precisamente el riesgo lo que puede mermar la impresión que deja este trabajo.
A pesar de la versatilidad que Anneke ha demostrado tener como vocalista y que podría lucir con los diez cortes que forman este trabajo, se mueve, sin embargo, entre el pop y el rock. Me da la impresión que, más que por buscar un público más amplio (si bien pop no es sinónimo de mala calidad sí lo es de música fácil de escuchar), lo ha hecho desde la postura del «ya no tengo nada que demostrar, ergo voy a hacer lo que me dé la gana». Sorprende a estas alturas (40 años y unos 20 desde su debut en The Gathering), pero no es ni mucho menos un giro musical incoherente.
Entre «We Live On» y «The Best is Yet to Come» predominan los medios tiempos, con espacio para dos baladas y algún tema más movido, con mayor presencia guitarrera, pero siempre desde el sonido limpio y la claridad que impone el estilo musical al que se ha decidido acercar en esta ocasión. «We Live On» continúa la línea que intuíamos cuando en septiembre escuchamos, como adelanto al disco, «Drive». Ambas ejemplifican la cara más alegre del álbum, bastante bailable, con melodías pegadizas y estribillos fácilmente coreables (sobre todo en «Drive»), si bien «We Live On» es ligeramente más melancólica. La misma línea coreable y rítmica encontramos en el tercer tema, «She», tanto por su facilidad para llevar de forma dinámica un buen directo como por la habilidad de Anneke para crear melodías fáciles de interiorizar.
«Treat Me Like a Lady» supone un cierto contrapunto al mostrar, por un lado, un ritmo más estático y, por otro, un contraste entre las guitarras (más rabiosas de lo que será habitual) y una línea vocal relativamente uniforme que irá elevándose para cautivar al oyente. Del mismo modo, en el paso del ecuador, «My Mother Said» y «Forgive Me» presentan la cara más tranquila y emocional. La primera, en la que destaca la colaboración al piano de René Merkelbach, tiene la habilidad de dejar en vilo con su expresividad y generar interés hasta el final (algo inferior al resto del tema).
Continúa la segunda mitad de Drive con «You Will Never Change», un tema que vuelve a recordarnos a los primeros del disco, ameno y fresco (si bien la frescura no impide que, tras tres o cuatro temas calcados en cuanto al espíritu, me haya quedado con ganas de algo más original). Junto al interés que despertaba «My Mother Said» podemos situar (si bien en las antípodas musicalmente hablando) a «Metal Jungle», con un juego armónico oriental apoyado también en la colaboración de Hayko Cepkin, con quien Anneke parece entenderse a la perfección.
Los dos últimos cortes, «Shooting for the Stars» y «The Best is Yet to Come» vuelven a mirar hacia un público más adolescente o hacia unas circunstancias de escucha más distendidas. Es decir, siguen sin aportar más que una buena ejecución vocal y unas melodías muy bien llevadas. La pega, como ya se puede ir intuyendo, es que el excelente trabajo vocal no es suficiente cuando se trabaja con más músicos, y al final podemos quedarnos con ganas de escuchar algo de mayor interés, bien rítmico, bien melódico. No obstante, no empaña el buen trabajo (que sí se puede ver, ya que ahí está) ni el mérito que tiene después de una trayectoria musical tan reconocida acercarse cada vez más a un estilo que es muy difícil que sea bien visto por la crítica.
Sara J. Trigueros
Temas:
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We Live On
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Treat Me Like a Lady
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She
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Forgive Me
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You Will Never Change
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Mental Jungle
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Shooting for the Stars
Web: https://www.annekevangiersbergen.com/