APHONNIC vuelven a la actualidad con la publicación de una magnífica obra, la mejor para muchos, la séptima de su longeva carrera, que ya lleva dos décadas de trayectoria y que, como caracol en cuesta, siguen empujando, lentos pero seguros, hacia un lugar que, tarde o temprano, alguien les deberá reconocer a tenor de la incuestionable calidad de la labor de estos cuatro indomables vigueses llamados Chechu, Iago, Richy y Alén.
Con una más que llamativa y colorida portada que contrasta con su austera y previa «Reina»(2020), este divertido y curioso «perezoso» que nos mira rodeado de ese glamour rosado y azul que trata de transmitir esa imagen de sociedad actual que solo muestra sus maravillas en redes sociales ocultando sus miserias y sus traumas interiormente, este oso, como decimos, desafía al espectador lo suficiente como para adentrarse de lleno en un disco que, seguro, con sus once temas conquistará de lleno al oyente y lo atrapará desde la primera escucha.
APHONNIC no es una banda que me venga de nuevo. Al contrario. En gran estima tengo yo a estos gallegos que tuve el placer de conocer en aquel ya lejano festival llamado A COP DE ROCK celebrado en Tarragona en su primera edición de 2018. Por aquel entonces venían presentando su flamante «Indomables»(2016), que en ese momento también fue considerado su mejor disco y recuerdo con añoranza cómo les tocó la dura tarea de tocar en último lugar despidiendo el festival de dos días y cerrando así la sesión cerca de las cinco de la madrugada. Aún así, y a pesar de que venían directos de Vigo para subirse al escenario catalán para luego volver a marchar, ofrecieron una descarga que, sencillamente, me cautivó. Desde entonces, no he dejado de seguir los trabajos que han ido publicando y siempre ha sido un placer comprobar como los gallegos son capaces de superarse a sí mismos a base de esfuerzo, creatividad y ganas de vencer y convencer.
Si bien es cierto que APHONNIC debutaron en el 2003 con «Silencce» y «Foolproof»(2006), ambos cantandos en inglés, y de «6 bajo par»(2009), en el que ya cambiaron al idioma patrio, no fue hasta la llegada de «Héroes»(2013) con el que podemos decir que empezaron a consolidar su proyecto, tal y como ya comentamos en nuestra review y donde ya señalamos la entrada de Vasco Ramos en la producción como el impulso definitivo en el nuevo sonido de la banda que, originariamente, fue etiquetada como metal moderno aderezado con samplers y teclados.
Tres años más tarde llegaría el anteriormente referido «Indomables» (2016) y, de nuevo, tocó sacarse el sombrero. APHONNIC se superaba de nuevo a base de himnos de la talla de «Ombligos», «Cunfía», «Osos color salmón» o «Aquellos maravillosos» como algunos claros ejemplos de la calidad de un trabajo excelente.
En el 2020 lo volvieron a hacer. Subieron de nivel con «La Reina» dejando otra colección de inolvidables como «En Globo», «KaleboRock&Roll», «Necios» o «Dulce de Leche». De nuevo, se leía por aquí y por allá aquello de que APHONNIC había publicado su mejor obra.
Este nuevo disco, llamado «Crema», también con 11 temas, vuelve a estar en manos del productor portugués Vasco Ramos (también conocido por ser el vocalista de la banda metalcore MORE THAN A THOUSAND) y, me van ustedes a perdonar la falta de originalidad, pero estos cuatro chicos se han vuelto a reinventar. «Crema» vuelve a superarse con una colección de temas que entremezclan ingredientes totalmente adictivos. Letras y metáforas magistralmente escritas por su vocalista Chechu que abordan temas de alto calado social y que se presentan a modo de melodías, los característicos riffs de Iago y la poderosa base rítmica de Richy (bajo) y Alén (batería). El resultado final es una amalgama de sonidos que, como digo, enganchan y se repiten en la cabeza de manera que uno ya no quiere soltarlos. Pura magia.
«Azúcar de algodón» es el tema que abre el álbum y que directamente carga contra las radiofórmulas, el reguetón y lo que se nos ponga por delante. Posicionamiento desde el minuto uno sin concesiones. «Son demasiadas serpientes las que van detrás de Dios, con esa lengua de fuego y con su azúcar de algodón. A mí me importa una mierda tu reguetón, A mí me importa una mierda tus Rolling Stones…»
Como decía antes, con un sonido impecable e internacional, este nuevo material entra solo. «Melodía antifascista», uno de los singles del disco estrenado en formato video clip, es el segundo escopetazo del disco. Un clarísimo discurso político por parte de una banda que deja claro en qué lado están. A quien le guste bien a quien no también. Sea como fuere el mensaje es cristalino: «Aquí hay muerto haciendo historia. Si no hay justicia no obtendrán la paz».
Este es un disco repleto de lo que, el futuro hablará, seguro serán grandes clásicos de la formación. Ejemplo de ello lo tenemos en «Caracol en cuesta», tema dedicado a la timidez del propio Chechu, tal y como el mismo contaba en una reciente entrevista, «Hijos de Dios» o la genial y potente «Sin Cicatrices» con pasajes tan líricamente acertados como: «Ladrar ojos que no ven no saben callar, tratar de abrazase más con papa y mamá, desenterrar el tiempo, tesoro en la niñez, querer a mis hermanos ese gran poder, ser de nuevo un niño, con cicatrices por toda la piel.»
Lo cierto es que este es uno de esos trabajos en los que no sobra nada. «Doña Inés», sin ir más lejos, se erige como otro de los grandes himnos del disco (segundo video clip del disco). Una apología a la defensa de la figura de la mujer. Una cruda y desgarradora denuncia en contra de la trata de blancas y la doble moral e hipocresía que supone la actitud de todos aquellos que celebran el día de la mujer en los prostíbulos. «Nos quiera el señor proteger a estas niñas con tu oración, sabrá dios quizás después, de la publicidad, publicidad.…Ven inyéctame el veneno por debajo de la piel. Las que nacieron muertas son esclavas de un burdel. Servidumbre, son servidumbre.»
«Reproches» es uno de los temas más duros del disco que, para nada, pasa desapercibido y le sigue la melódica «El Anzuelo», a saber, tema también autobiográfico, que nos habla acerca del problema con el alcohol que sufrió en un pasado Chechu.
«Truco o Trato» es la penúltima de la colección y es la que tiene la letra más descarada. «Hormiga infeliz. Ser idiota está de moda hoy» y que nos prepara para la despedida con la festiva, aunque no menos reivindicativa, «En propia meta», en la que critican a los charlatanes de los medios y defienden a los verdaderos luchadores de los valores y la moral que no son otros que «los llamados padres, titulares,…a esos tutores legales, profesores, monitores….dejadnos en paz.»
Hay que recordar que el COVID frustró la gira de su anterior lanzamiento «La Reina». Ahora, con este «Crema» la banda ya se halla inmersa en un paseo por toda la península con más de 30 fechas así que no hay excusa para dar dejar de dar apoyo a una banda que, desde luego, se lo merecen todo.
No hay excusa para no dar una oportunidad a los 36 minutos y 51 segundos que dura este «Crema». A cambio, uno tendrá el placer de descubrir el que, sin duda, puede ser considerado uno de mejores trabajos del año.
Temas:
1. Azúcar de algodón (2:53)
2. Melodía antifascista (2:55)
3. Las riendas (3:24)
4. Caracol en cuesta (3:23)
5. Hijos de Dios (3:42)
6. Sin cicatrices (3:00)
7. Doña Inés (3:57)
8. Reproches (4:18)
9. El anzuelo (3:08)
10. Truco o trato (2:48)
11. En propia meta (3:19)