Los brutales Aracner ponen en circulación su cuarto larga duración “Nación tierra”, un disco diferente a sus anteriores trabajos y que te dejará con los cascos pegados a las orejas desde la primera escucha. Un bestial viaje a través del tiempo que gravita desde los primeros, amados, K-TULU, pasando por SKUNK DF o Hamlet y en la onda de los más actuales Somas Cure. Pura tralla.
Luis de Juan
Se me acaban los adjetivos para describir la escena metalera de la provincia Cádiz. Increíble la cantidad de grupos de calidad que se escuchan por el sur; ahora, también he de decir que la calidad de los mismos es inversamente proporcional a la notoriedad de estos, mientras la “cultura” siga siendo la que nos venden, poco o nada se podrá hacer. Desde luego, si yo tocara en un grupo como Aracner no me escupiría nadie porque lo que hacen es PURA CREMA, en mayúsculas, metal en estado puro.
Y tras la perorata de siempre que, por supuesto, cae en saco roto, nos centramos en lo que realidad importa a los lectores, la bestia que acaban de parir los gaditanos Aracner. Su cuarto trabajo “Nación Tierra” es, sencilla y difícilmente, perfecto. Una amalgama de sonidos melódicos y contundentes con la brutalidad como denominador común que dan como resultado este CD que entra muy bien a pesar de lo arriesgado de la propuesta.
Difícil me lo ponéis si queréis que clasifique a Aracner en un estilo determinado porque es tan rica y tan variada su propuesta que resulta muy duro situarles en un estilo o en una corriente musical concreta. Multitud de elementos integran este trabajo duro, contundente y melódico a partes iguales donde los elementos sinfónicos están trabajadísimos creando ambientes espectaculares que envuelven la extrema brutalidad de su música. Algo así como un canto de sirena agradable y seductor que te embauca hacia la más brutal de las tempestades sónicas.
Nos encontramos con un trabajo corto (o a mí se me ha hecho corto, que también puede ser) a pesar de que sus diez temas van directos a la yugular del oyente, se clavan en el tímpano y te destrozan la sien. El disco fue grabado, mezclado y masterizado en Audiorama Estudio por Javier Rondán, encargándose de la molona portada J. Dierodz. Me ha gustado la inclusión del número cuatro en el logo y el dibujo del ovni en la parte de atrás de la misma siendo algo más oscuro el resto del art work lo que dificulta la lectura de las letras, pero vamos, menudencias.
Arranca la chicha con “Gracias por todo”. Una tétrica melodía sinfónica que engaña al personal para que pronto la batería nos pase por encima. El ritmo arabesco del teclado da un toque elegantísimo al tema mientras las guitarras te rajan vivo. Jony defiende con soltura el tema a nivel vocal tanto en el aspecto brutal como en el melódico. Más tralla aún encontramos en “Ocultas más que yo” con una parada intermedia que da un engañoso impasse que no es más que la calma antes de la tempestad. Brutal el final.
“Lucha eterna” arranca con un riff de guitarra actual que da paso a una estrofa ultra pesada y contundente que contrasta con el ¿alegre? ritmo del teclado. El estribillo pegadizo finaliza con un oscuro pasaje a medio tiempo, guturales inclusive, y cierto toque industrial que termina a todo rabo. ¡Vaya temazo, la hostia! Del mismo modo, “El dictador” arranca de manera “calmada” para pronto convertirse en un ritmazo súper pegadizo que te atrapa, te atrae y te hará mover la cabeza irremediablemente si no los pies. Poco a poco se va acelerando el tema para, súbitamente, pisar el freno en un pasaje etéreo que te hace bajar la guardia; y es en ese momento cuando te terminan de machacar. Dos temas brutales, de lo mejor de un disco de escándalo.
¡Qué siga la juerga! “Criatura herida” no baja el ritmo, al contrario, lo mantiene, que ya es difícil. Otro tema bruto de narices con pasajes súper melódicos y evocadores, con cierto deje a los grupos más comerciales de black metal de los noventa. Creo que se me está yendo la olla. “El desorden” arranca a ritmo de piano clásico sobre la voz de un niño pequeño, un pequeño descanso para pronto darle zapatilla al asunto. Destacaría el estribillo pegadizo y contundente al igual que el resto del tema.
Llega cuando la matan. “Nación tierra”, el tema que da nombre al disco arranca de manera rápida no, lo siguiente. El ritmo de un doble bombo endiabladamente acelerado da paso a un medio tiempo acompañado con maestría por el teclado que desemboca en brutalidad, como acostumbra la banda. Otro pepinazo para tus oídos. “Miedo a la muerte” se trata de un tema más experimental pero con gancho y siguiendo las directrices que ha marcado Aracner.
Por desgracia, esto se va acabando pero, por suerte, “ Tu camino ” no va a dejar títere con cabeza. Vaya sonido que han sabido sacar, fresco, compacto y contundente, da gusto escucharlo. La base rítmica es pura caña y los coros femeninos ya es el último elemento de lujo que faltaba por escuchar. Para poner punto y final con “Mi inocencia” no van a defraudar. Temazo bestial, contundente y pesado, con unos arreglos de teclados excelentes. El estribillo, muy épico, da un punto coherente a un tema de escándalo, con un cierto toque progresivo que me ha terminado de dejar “baldao”. Vaya manera de cerrar el disco, un tema de diez, ecléctico y conjuntado. Una maldita maravilla.
Disco redondo, perfecto, una magnífica obra que debe llenar de orgullo a sus creadores. Sin ninguna duda, uno de los mejores y más completos discos que he escuchado este año dentro de nuestras fronteras. Aracner, brutal nombre para un brutal grupo que se ha marcado un brutal disco. Como diría Julito Iglesias “Sois buenos… y lo sabes”.
Luis de Juan// @SentenciadeJuan
TEMAS:
1. Gracias por todo
2. Ocultas más que yo
3. Lucha eterna
4. El dictador
5. Criatura herida
6. El desorden
7. Nación tierra
8. Miedo a la muerte
9. Tu camino
10. MI inocencia
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