Arch Enemy – 8 de Diciembre – Sala Mephisto ( Barcelona )

Haciendo algún apunte histórico cabe señalar que Arch Enemy es la banda que fundó el guitarrista Michael Amott tras abandonar a los legendarios Carcass. De ese impulso surgieron "Black Earth" (1996), "Stigmata" (1998) y "Burning Bridges" (1999) culminando esa primera etapa con el directo "Burning Japan Live" (1999) a lo que le seguiría el abandono del que fuera hasta entonces su vocalista Johan Liiva.. A partir de ese momento, y coincidiendo con la incorporación de la feroz Angela Gossow como nueva vocalista de la banda, será cuando Arch Enemy desarrollaran su máximo potencial con los genials "Wages of sin" (2001), "Anthems of Rebellion" (2003) y este "Doomsday Machine"(2005).

Los que hayan tenido ocasión de ver a Arch Enemy en directo convendrán conmigo en que la expectativa que genera esta banda es doble. Por un lado el indiscutible reclamo que representa ver a la diabólica Angela en acción y por otro lado poder comprobar la eficacia del nuevo fichaje Frederick Akesson a las guitarras (que substituye a Christopher Amott que abandonó recientemente el seno de la banda para dedicarse a la formación musical en calidad de maestro).

Solamente con llegar a las puertas de Mephisto pudimos comprobar la gran expectación que había generado este concierto por la cola que había y porque se habían agotado las entradas. Así, podéis suponer que el interior de la sala era un auténtico hervidero, lleno hasta la bandera y rozando los problemas de oxigenación.

A las 23:00 horas, con media hora de retraso, se empezó a escuchar la intro del concierto que daría paso a "Nemesis", single de su nuevo "Doomsday Machine"(2005). Si el público ya empezó a desgañitarse con los primeros acordes, fue con la aparición de Angela Gossow, ataviada con unos pantalones anchos negros con cadenas y una ajustada camiseta roja a la altura del ombligo cuando la sección masculina del público empezó a liberar testosterona y adrenalina a mansalva (y es que la sueca sabe combinar muy bien la rudeza con casi obscenos movimientos de lengua que hacen despertar los más bajos instintos al más pausado).

Al margen de estos inevitables comentarios estéticos acerca de la menuda rubia, cabe señalar que el sonido de la sala fue muy bueno durante todo el show pudiendo disfrutar de todos los instrumentos y de la voz con total claridad. "Dead eyes see no future" fue el siguiente tema con Angela entregándose completamente al público, yendo de lado a lado del escenario, sonriendo, animando y transmitiendo entusiasmo y elevadas dosis de energía.

En cuanto al resto del set-list cabe decir que estuvo muy bien estructurado y con un formato clásico y orientado a una doble funcionalidad. Por un lado incorpora solo de batería y de los dos guitarristas, cosa que posibilita apreciar la técnica de cada uno de ellos (a destacar el solo del nuevo guitarrista Frederick Akesson con una velocidad alucinante) y por otro lado, esos solos se incorporan cada 4 o 5 temas cosa que juega a favor de Angela ya que así puede descansar la voz y garantizar la plena eficacia durante todo el concierto.

Fueron cayendo "My Apocalypse", "Burning Angel" y el solo de batería a cargo de Daniel Erlandsson acompañado de fondo sinfónico. Y tras "Taking back my soul" llegó uno de los momentos álgidos del concierto en el que el público literalmente enloqueció con "Diva Satánica". Llegó así el turno del solo de Michael Amott para introducir otro momento explosivo con "Hybrids of steel". Dos temas más, "I’m a legend/ out for blood" y "Bury me an Angel" nos llevarían al velocísimo solo de Frederick y al tercer gran momento de la noche con la pletórica Angela cantanto "Ravenous".

Así se cumplía una hora de concierto y el inicio de los bises con "Skeleton Dance", "Dead bury", la aclamada "We will rise" (otro momentazo) y "Fields of desolation", que sirvió para despedir la brutal descarga. En total fueron 14 canciones, 6 de su último disco, 2 de Anthems of Rebellion (2003), 3 de Wages of sin (2001), 1 de Stigmata (1998) y 2 de Black Earth (1996), con lo cual se demuestra que además de presentar generosamente su nuevo disco, los Arch Enemy de hoy basan sus directos en la etapa Angela Gossow que es la que mayor reconocimiento les ha dado hasta la fecha.

El público se resistía a abandonar la sala y estuvieron ovacionando a la banda insistentemente demostrando que los suecos habían ganado la batalla con indudable solvencia. Salieron de nuevo para saludar calurosamente al público, dando la mano a las primeras filas y mostrando claros signos de agradecimiento y emoción.

Sin duda alguna Arch Enemy han dado un paso más en su carrera con esta gira y con "Doomsday Machine". Un conciertazo absolutamente recomendable.