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Atlas + El mismísimo diablo – 29 de Mayo’10 – Sala Heineken ( Madrid )

   

Si a lo anterior añadimos la obligación de empezar a las ocho en punto, el panorama que los “diablos” se encontraron al salir al escenario era desolador. Pero no son músicos que se desalienten fácilmente, y en peores se las han visto, así que arrancaron con “Tikon” con tantas ganas como si estuvieran ante 10.000 personas. La banda se encontró con la ausencia del bajista Miguel Sempere, pues sus obligaciones como road mánager de Barón Rojo le imposibilitaron asistir, recordemos que a esas horas los De Castro  y compañía estaban grabando un vídeo en directo en Barcelona. Para suplirle en los coros se encontraba Fermín Gallardo, a quien no conocía, cantante de Acero Azul y Paradise. Y en el bajo teníamos al propio hijo del titular, Miguel Sempere J.R..

No sé cómo engañaron a la sala, porque el nene es menor de edad. Pero cómo toca, el tío. Y lo bueno es que lo suyo no es realmente el bajo, sino la guitarra, oírle tocarla te deja boquiabierto. El baile en la sección rítmica no afectó para nada la compenetración del grupo, que sonaron tan bien como de costumbre. Vale y los hermanos Bustos se acoplaron a la perfección con Miguel. Sólo tenían 40 minutos, que aprovecharon al máximo interpretando su disco completo, excepto “Libérate”. Las que más me gustaron fueron “El tío paliza”, “Chalana” y “Me voy”, con la que cerraron. Como de costumbre el motor la actuación fue el gran showman Mariano. No sé que haría si tuviera que usar un micrófono con cable. Seguramente terminaría ahorcándose con él.

Para cuando salieron a las 21:00 horas los Atlas, la sala tenía un aspecto mucho mejor, la gente ya iba aumentando en las últimas canciones de EMD. Comenzaron con “Odisea”, de su nuevo álbum “Contra Viento y Marea”, que venían a presentar. El repertorio fue muy equilibrado, casi a apartes iguales, entre los dos trabajos del grupo. Tanto los hermanos Arias como Nacho Prieto son grandes músicos y todos lo sabemos, pero el héroe de la noche fue sin duda José Martos, nunca he visto a nadie con los cojonazos de tocar la batería con un collarín ortopédico. Después de un buen rato, suponemos que obligado por el calor, tuvo que quitárselo, lo cual no hizo sino aumentar su mérito, seguro que otro en su lugar se hubiera marchado a urgencias.

El segundo batería ex-Barón Rojo de la noche se merece lo mejor. Mientras tanto, la actuación continuaba, nada menos que dos horas, apurando el límite para el cierre de la sala. Supongo que por no haber tenido tiempo de escuchar como se merece el segundo CD, disfruté más con los temas del primero, como “Nosotros somos la revolución”,  “Generación sin miedo a vivir” o “Unidos”. Pero en general la gente recibía igual de bien las canciones de los dos discos.

Ya en el bis, nos sorprendieron con un medley homenajeando al gran Dio. Después vinieron “Contra viento y marea”, “Da igual”y “No necesito a nadie”, cerrando con “2040”, arañando hasta los últimos minutos, como ya hemos dicho. Esperemos que la próxima vez tengan más suerte, aunque lo bien que lo pasamos los que asistimos no nos lo quita nadie.

Texto: Nacho Jordán            Fotos: Eduardo Cabello

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