El ritmo de ediciones de Frontiers Records no parece disminuir jamás. La escudería italiana siempre está ofreciendo novedades, ya sean de monstruos consagrados del hard rock, o nuevos artistas como el que nos ocupa. A principios de 2014 el sello editó el disco de debut de Three Lions, una banda formada por Vinny Burns (Dare, Ten, Asia), Greg Morgan (Dare, Ten) y un desconocido, aunque rodado en la escena local de Bradford en el Reino Unido, Nigel Bailey. Frontiers se enamoró del talento de Bailey y sus temas y ha sido a finales del mismo año que ha visto como resultado la edición de su propio disco en solitario.
Para poner la maquinaria en marcha, Bailey escribió once temas, se rodeó de los sospechosos habituales de Frontiers para formar la banda que grabaría las canciones y se puso bajo la batuta del inevitable Alessandro Del Vecchio. El grupo trabajó sin descanso y empaquetó todo el material bajo una portada de manual para poder editar la nueva entrada del catálogo Frontiers a principios de Diciembre de 2014. Todo un récord.
¿Y qué encontramos en el disco de debut de Bailey? Pues la verdad es que un material que no tiene pinta de dejar mucho poso. La producción es totalmente plana, sin apenas matices. Sí, todo suena bien, todo está en su sitio, pero el sonido general adolece de asepsia galopante. Escuchemos, por ejemplo, el tema que abre el disco, "Feed the Flames". Sonido perfecto de batería, un bajo sin personalidad y guitarras totalmente planas y sin garra. En cuanto a ejecución tampoco es que se pueda destacar mucho y diría que se nota que ninguno de los músicos está implicado de manera personal con las canciones. Se nota que no hay trabajo ni amor por estos temas y los músicos se limitan a interpretarlos como les han pedido, ni más ni menos. No es algo que ayude en demasía, la verdad.
Si nos ceñimos estrictamente a lo que son los temas, pues hay un poco de todo. Cierto es que algunos de ellos llaman la atención por tener unas melodías bastante resultonas, como es el caso de "In the Name of the King" (con una letra un tanto sonrojante, eso sí) o "Dirty Little Secret", que las podría transformar en easy listening del hard melódico al uso. Sin embargo son temas que no dejan poso, que no muestran potencial para acompañarte en años venideros. Los escuchas, los disfrutas y te olvidas de ellos tan pronto finalizan. En "Bad Reputation" Bailey intenta sonar un poco más rockero y se agradece el esfuerzo de intentar ofrecer algunos matices más a nivel vocal, y es que la voz del hombre tiene cierto potencial. Además hay una capa extra de teclados simulando vientos que también aportan un granito extra de variedad para uno de los mejores temas del disco.
Con "Stay" y "Somewhere in Oslo" volvemos a la mediocridad más absoluta en el sentido estricto del término. No es ni malo ni bueno, simplemente está ahí. Temas que no ofrecen nada a lo que aferrarse y que tarareas mientras los escuchas, pero que se desvanecen una vez empieza el siguiente. El riff inicial de "Long Way Down" me recuerda mucho al de "The Threat" de Skid Row, pero ahí se acaban las similitudes. Es un tema quizá demasiado parecido a "In the Name of the King" y puede dar pistas de que a lo mejor no se estuvo suficiente tiempo preparando este disco y se salió con lo que había.
"Spend the Night" nos aporta un cambio que se agradece con guitarras clásicas y un tempo un tanto más relajado y además con otra melodía bastante acertada en la estrofa que se disuelve algo en el estribillo. Sin embargo, por ser tan distinta al resto, es una de las canciones que destaca en el disco. Cierran el trabajo "Love Falls Down", "Ticket to Yesterday" sin pena ni gloria para dar paso a "Dirty Angel", un tema con un riff más rockero y no tan melódico que vuelve a ofrecer uno de los puntos más calientes del disco huyendo un poco de la tibieza que reina en "Long Way Down".
Son casos como éste los que creo que no hacen ningún favor a Frontiers. El disco no es malo ni de lejos, simplemente está ahí. Un producto de consumo rápido para fans del hard melódico, pero sin riffs memorables, sin solos potentes, sin temas que destaquen y ofrezcan ese punto de carisma que los haga sobresalir. Son temas que parecen hechos en serie para poder llegar a la cantidad suficiente que justifique la edición de un disco. Nigel Bailey es un tipo que apunta maneras, pero para poder ofrecer algo más en su siguiente trabajo, va a necesitar más tiempo y un poco más de amor en la creación y grabación de los temas.
http://baileyrocks.com/
Feed the Flames
In the Name of the King
Dirty Little Secret
Bad Reputation
Stay
Somewhere in Oslo
Long Way Down
Spend the Night
Love Falls Down
Ticket to Yesterday
Dirty Angel