Los Capitán Booster son muy grandes. No contentos con regalarnos un discazo en mayúsculas (6 Puñaladas, 2017: puedes leer nuestra reseña aquí) volvieron en noviembre de 2019 con más argumentos, más furia, más solidez, más garra y más actitud que nunca. Uno de los nuestros es el título del nuevo trabajo.
Alejándose algo del High Energy Rock and Roll siguen la estela de The Wildhearts y The Cult y Ramones añadiendo algo más de punk y algo menos de Rock escandinavo. Un paso adelante en términos compositivos, sin repetir fórmula, mejorándola y, en definitiva, creciendo como banda. Talento les sobra. Y es que la banda suena compacta y decidida, es una entidad con criterio propio que arroja toneladas de rock en cada composición. Cada uno de los temas suena potente, duro. La producción del disco ayuda a eso (de nuevo en manos de Jorge Bernabé en Estudios Elefante de Valencia).
Solo hay algo que me gusta menos en esta ocasión: el cover art me parecía más potente en el disco anterior, cuestión de gustos. Pero el envoltorio es lo de menos, el interior es oro puro. Sumando dos temas más que en el anterior disco, los 8 cortes que componen este disco tienen más variedad, más registros, adrenalina de sobras para resucitar una legión de Mia Wallace.
Hablábamos de los Ramones como uno de los puntales del álbum y es que el círculo se inicia y se cierra con referencia a ellos: Dee Dee es el primer corte del álbum, un canto de amor a esos personajes que transitan la vida por carreteras secundarias y extrarradios que ahora son el espejo del outfit de “rockeros tatuados con los dientes blanqueados”. Actitud rebelde, loserismo y vida en el filo hasta el fin: puro rock attitude, puro Dee Dee… puro Ramones. Cerrando el álbum nos encontramos con una versión absolutamente eléctrica: Bonzo Goes to Bitburg. Una grandiosa versión procedente del álbum de 1986 Animal Boy. Tan solo escúchala y ya me dices qué te parece.
En este álbum la banda entera está fantástica, cada miembro destacando en algún punto y todos en el global. Me ha sorprendido mucho como ha subido el nivel Rafa. Ya en 6 puñaladas hacía un trabajo cojonudo con su voz, pero es que aquí sube el nivel. No os voy a engañar, las bandas con esas voces aguardentosas, rotas, me tienen medio ganado, pero es que encima Rafa echa el resto viviendo cada verso, cada estrofa: tío, ¡me quito el sombrero! La clase a las guitarras de Izzra y Alex es innegable: una legión de anguilas eléctricas mordiéndote el ojete. La base rítmica y la pegada de Alex dinamitan cada canción y el bajo de Rafa, qué decir de ese bajo que atrona, que tiene una presencia sobresaliente nuestro Duff particular.
¿Qué hay de las canciones? ¿Cómo suenan?
Escucha Suerte sin ir más lejos. Este tema fue el primero en hacerme el click, tras el buen inicio con Dee Dee y Baby Zombie, Suerte me parece el gran tema del disco, lo tiene todo: fiereza, sonido tremendamente compacto, un estribillo arrollador. Quizás sea que la temática sobre perdedores y melancolías me pueden, quizás. Pero es que todo funciona aquí, todo.
Y si con esto no tenías suficiente De nuevo en pie redondea la jugada. La mala hostia del punk se mantiene y sube la apuesta con latigazos de rock cargado de dinamita sónica. No quiero ni imaginarme cómo pueden sonar en directo porque ese es su terreno.
Escuchando en loop este disco te das cuenta que no hay canción mala, ni menor. En cada escucha te atrapa una distinta: Suerte fue la primera y me sigue pareciendo la mejor de todas, pero en otras la cadencia de Rockin’ Militia te atrapa en su red, reposada, con su riff macerado y su base marcial. Ojo con el trabajo al bajo realizado por Rafa Bonet.
No Sabes, esa historia sobre una femme fatal inalcanzable, te cruza de lado a lado incrustándose en tu cerebro para no salir más.
Sin olvidarnos del corte que da título al álbum: Uno de los nuestros. Un homenaje al mundo del Hampa, a títulos esenciales del cine como Scarface, los Soprano o Goodfellas. Una canción que hable de mencione este monumento no puede ser menos que un trallazo tiene que dar la talla y, por Don Vito Corleone que la da. Estamos seguros que Tommy De Vito approves!
Capitan Booster se salen con su segundo disco, en 30 minutos te despachan 8 temazos sencillamente mortales de necesidad. Hay momentos ramonianos, guitarrazos a lo Wildhearts, estocadas propias de The Cult, retazos aboslutamente Gunners pero sobretodo algo esencial: suenan a ellos mismos. Porqué todas estas referencias no sirven de nada para una banda que no asuma un sonido propio, una actitud auténtica. Con todas las referencias, todos los homenajes y dejes que sean necesarios, pero ellos mismos. Y lo tienen, joder si lo tienen.
Convertidos desde el primer disco en una referencia personal son ya una de las mejores bandas que hay en este país, sin parar de crecer, dinamitando las salas por las que pasan. Electricidad, sudor, suciedad y una calidad tremenda: los Booster cabalgan. En menos de diez días estarán abriendo para nada más y nada menos que a Monster Magnet en Madrid y Barcelona y yo cuento los minutos que faltan. Pilla la entrada ya, va a ser apocalíptico!
Up the Boosters!
Marcel Palagós
Temas:
Dee Dee
Baby Zombi
Suerte
De Nuevo En Pie
Uno De Los Nuestros
No Sabes
Rockin’ Militia
Bonzo Goes To Bitburg (Ramones cover)