Corey Taylor siempre ha sido una mente inquieta que, de una u otra forma, ha tenido que dar salida a su creatividad. Ya en 2002, cuando Slipknot no estaba de gira, decidió revivir a su primera banda, Stone Sour, hasta llevarla, también, al primer plano del panorama musical. Y si no era con ninguno de los dos grupos, podíamos encontrar a Taylor colaborando con infinidad de artistas o recorriendo Estados Unidos haciendo veladas de versiones en acústico, daba igual que fueran de Slipknot, Stone Sour o grandes clásicos como la Creedence, el caso era divertirse. Así que se podría decir que era cuestión de tiempo que Corey se atreviese con un lanzamiento en solitario.
La banda de la que se ha rodeado para este “CMFT” (que no es otra cosa que un acrónimo de Corey Mother Fuckin’ Taylor) es una banda de amigos. Christian Martucci, compañero de Stone Sour, ya le acompañaba en aquellas noches acústicas, al igual que Jason Cristopher, quien en este caso se encarga de las cuatro cuerdas. A la otra guitarra tenemos a Zach Throne y tras los timbales a Dustin Robert, de Walls Of Jericho. Con los temas de adelanto que nos habían ofrecido, uno no sabía que dirección podría tomar el disco, pero una cosa estaba clara: Corey Taylor estaba haciendo realmente lo que le salía de los mismísimos. Una vez escuchado al completo, “CMFT” cobra más sentido, hay una delgada línea que une todo, con grandes excepciones, que pasa por el Hard Rock y el Metal Alternativo con ciertos dejes Punk y Garage. Esto es simplificarlo todo demasiado ya que, en realidad, lo que ha hecho Corey es pasarlo bien, importándole más bien poco todo lo demás.
“HWY 666” abre el disco en una suerte de Country Metal. El comienzo de lo más sureño se vuelve más contundente cuando entra toda la banda, pero sin dejar ese aire mestizo en todo el tema, muy conseguido además en la producción. “Black Eyes Blue” es un hit en toda regla. Muy Hard Rockero, cambiando totalmente el tercio, tiene un estribillo de lo más pegadizo que encaja perfectamente para la voz de Corey, al que ya conocemos en estas tesituras por los cortes más suaves de Stone Sour. El comienzo de “Samantha’s Gone” me trae a la mente el “Bad Obsession” de Guns ’N’ Roses, quitándole la armónica, o algunos cortes del primer lanzamiento de Velvet Revolver. El resto del tema sigue por esa senda, coronada por un buen estribillo y un trabajo excelente de Martucci.
“Meine Lux” es más festiva y veloz. Con elementos del Punk y del Rockabilly, pasa en un abrir y cerrar de ojos en el que acabas moviéndote quieras o no. Habíamos venido a divertirnos, ¿no?
Hay cortes que podrían haber entrado por lo pelos en alguno de los lanzamientos de Stone Sour. “Halfway Down” es uno de ellos, adaptado a este “CMFT”, claro. Una extraña mezcla de ZZ Top y AC/DC pasada por el tamiz de Taylor, que se lo pasa en grande. Otro muy buen tema. Hasta entonces el nivel del álbum es realmente alto, pero llegado el momento de “Silverfish” el bajón es palpable. Es una balada, sí. Y precisamente si algo ha demostrado Corey Taylor a lo largo de su carrera en canciones como “Bother” o “Zzxyd. Rd.” es lo bien que se le dan y lo desgarrador que puede llegar a ser. Aquí no lo consigue, ni de lejos. Algo mejora “Kansas”, en un línea muy radiable, pero también carece de la pegada del comienzo, algo que se recupera, y de que manera, con “Culture Head”, la más metalera de este “CMFT” y otra digna candidata a ser alguno de los descartes de Stone Sour. Una especie de Punk Rock vigoréxico es lo que encontramos en “Everybody Dies On My Birthday”, donde Taylor desempolva esa voz rota tan característica sobre una base potente y veloz.
Por si no había tocado suficientes palos, “The Maria Fire” nos lleva por los terrenos del Jazz y el Blues, todo ello, recordemos, pasado por el filtro de esta pequeña locura de disco. No creo que nadie esperase a un Duke Ellington o un Muddy Waters, pero por si acaso. “Home” es la segunda balada de este álbum. Corey y el piano, nada más. Lo dicho para “Silverfish” es aplicable aquí, y no deja de sorprender enormemente. “CMFT Must Be Stopped” es, seguramente la gran excepción de la que hablábamos al principio. Fue el primer single de adelanto, en la que nos mostraba a un Corey Taylor, gustándose y queriéndose mucho, en un vídeo en el que colaboraban grandes personalidades del metal como Lars Ulrich, Rob Halford, Marilyn Manson o Nikki Sixx entre otros. Musicalmente es un Rap Metal de corte muy macarra, en el que colaboran dos raperos de primer nivel como son Tech N9ne y Kid Bookie. Realmente es un temazo, pero entiendo que a la mayoría de los amantes de Stone Sour, o simplemente del resto del disco, les puedan sangrar los oídos. Ya sabemos que la apertura de mente y el aceptar estilos antagónicos no se lleva mucho. Quizá los fans de Slipknot la aprecien más, quizá.
Y para terminar tenemos “European Tour Bus Bathroom Song”. Dos minutos de Punk/Hardcore, muy en la onda de Rancid o NOFX, que ponen punto y final a un disco diferente, divertido y que, sin ser una auténtica obra maestra, ni lo pretende ser, si que tiene grandes momentos y al final cumple su cometido.
Alberto López
Temas:
HWY 666
Black Eyes Blue
Samantha’s Gone
Meine Lux
Halfway Down
Silverfish
Kansas
Culture Head
Everybody Dies On My Birthday
The Maria Fire
Home
CMFT Must Be Stopped [Feat. Tech N9ne & Kid Bookie]
European Tour Bus Bathroom Song