Cradle of Filth: The Manticore and other Horrors // Peaceville Records

	Ya son diez los discos que llevan Cradle of Filth y en esta ocasión el líder de la banda, Dani Filth, ha escogido “The Manticore and Other Horrors” como título para su nuevo álbum. De nuevo nos traen sonidos cercanos a todo y a nada, algo de black, ciertos elementos góticos y mucha, quizá demasiada, orquestación. Paris González
Nota: 4,5/10

Nadie puede negar que hace unos años, en torno hasta mediados de los 2000, y mucho más si uno era un inconsciente adolescente imberbe, Cradle of Filth eran lo más black metalero que existía, lo más extremo. Yo fui uno de aquellos ilusos que pensaba que el grupo liderado por el británico Dani Filth era lo más de lo más. Gracias a la madurez y al haber escuchado música de verdad, mi opinión ha cambiado. Lo malo es que todavía hay gente que no ha cambiado su visión sobre el grupo…

Uno de los primeros puntos a destacar es la total inconexión que tienen las nada menos que trece canciones que contiene el álbum. Más de 50 minutos en las que el grupo son la viva imagen del “Quiero y no puedo”, signo de la más absoluta mediocridad que parece rodear al grupo británico. Hay buenas intenciones en los riffs y en ciertos aspectos, pero ninguna de las ideas que nos muestran, llegan a buen puerto.

Otras cuestiones con las que el disco cae en el total descrédito es en la gran cantidad de orquestación que encontramos a lo largo del álbum. Por momentos, se hace tediosa y aburrida, además de poco original. Y para acabar de dar un repaso general y dar paso al tema por tema, reseñar las voces de Dani Filth que, con sus desagradables e inconexos gritos, da otro argumento más para criticar el disco.

Con un sonido típico de Cradle of Filth da comienzo el álbum. “The Unveiling of O” es una intro con teclados y violines que parece querer introducirnos en una casa del terror, pero que no llega más que a una soberana ridiculez de dos minutos con la que no se acongojaría ni a un niño de 5 años. Cuando los británicos intentan mostrarnos algo bueno, como es el riff inicial de “The Abhorrent”, aparecen las voces de Dani Filth para estropearlo por completo y destrozar una canción que, por momentos, parece querer mostrar algo mejor de lo que nos tienen acostumbrados el grupo. Posiblemente, el mejor tema del disco.

“For your Vulgar Delectation” intenta correr a un ritmo más rápido con una orquestación y unas voces que, de nuevo, rozan el ridículo. Continúa el álbum con “Illicitus” donde una orquesta similiar, nos introduce con un riff que parece que ya hemos escuchado y donde se perciben ciertos influjos thrash. El quinto corte, “Manticore”, nos muestra la faceta más “black” del grupo, algunas reminiscencias a Dimmu Borgir y pare usted de contar.

Continúa el álbum con “Frost on her Pillow”, algo más melódica y que es el tema que eligió la banda para realizar el vídeo que podéis ver más abajo. Los aires góticos son perceptibles por los cuatro costados del tema. Prosigue con la tortura “Huge Onyx Wings Behind Despair” que vuelve a darnos esperanzas con un buen riff blacker, pero es de nuevo la entrada de Dani Filth la que estropea el momento. Algunos aspectos cercanos al black sinfónico parecen vislumbrarse si el oyente escarba mucho en la canción.

Cierto aire punk demuestra “Pallid Reflection” en sus primeras notas, pero pronto vuelve al pseudo black metal sinfónico para seguir con el tedio. “Siding with the Titans” retoma las ya cargantes pésimas orquestaciones, mezclándose con el black y algunos aspectos hardcore/punk, que hacen del álbum algo aún más extraño. Vuelve a las andadas blackers “Succumb to this”, canción de relleno total.

El undécimo corte, “Nightmares of an Ether Drinker”, parece acercarse a un estilo groove, como si de Lamb of God se trataran, dando otra vuelca de tuerca al disco y a la historia del grupo que ya no sabe qué estilo tomar para poder agradar a cuanto más publico mejor. Le sigue “Death, the Great Adventure”, canción más larga del álbum, y que supone la canción más cercana al black sinfónico. Para acabar con la agonía, los británicos nos colocan tres minutos finales de órgano y orquestación cutre que sirve para poco más que reafirmar mi nefasta opinión sobre este disco.

En resumen, un álbum largo, tedioso, que se hace tremendamente aburrido. Una excesiva (y mala) orquestación que no hace más que cargar al oyente. Tiene algunos riffs y ciertos aspectos que si fueran bien explotados podrían llegar a crear un buen disco, pero ese no es el caso…

Paris González

Web: http://theorderofthedragon.com/

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