Alter Bridge + Halestorm + Mammoth WVH – 20 de Noviembre de 2022 – Razzmatazz (Barcelona)
Tres generaciones de bandas de hard rock americano se dieron cita en Razzmatazz el domingo por la noche para demostrar que el género goza de un buen estado de salud. Un triple cartel muy goloso para el que se llenó la sala hasta la bandera: Alter Bridge, herederos de la escena post-grunge con Creed y en activo como nueva iteración de la banda desde 2004 con Myles Kennedy al frente; Halestorm, un torbellino de Red Lion en activo desde 2009; y Mammoth WVH, una banda que publicó su notable disco de debut en 2021 y que es el proyecto de Wolfgang Van Halen, el hijo de la que probablemente haya sido la mayor leyenda de las seis cuerdas, Eddie Van Halen.
Y fueron estos últimos precisamente quien abrieron la velada ante una sala ya bastante abarrotada. Wolfie Van Halen no está por hostias. Sabe que es hijo de su padre, pero quiere intentar quitarse esa etiqueta de «hijo-de» lo antes posible. Para ello, su banda cuenta con un disco de debut muy potente del que sonaron hasta siete temas en Razz, abriendo con la propia «Mammoth» y siguiendo con la excelente «Mr. Ed».
La banda suena apabullante. A la batería, Garrett Whitlock (ex-Tremonti, ojo), a las guitarras Frank Sidoris (de Slash and the Conspirators, donde canta Myles Kennedy, ojo) y Jon Jourdan, un hombre con una voz apabullante. Finalmente, al bajo, Ron Ficarro, que completa una formación que toca bien, canta bien y suena mejor. Intachables sobre el escenario.
Y ojo, que Wolfie (ex-miembro de Tremonti también, ojo) no se queda corto. El chaval compone temazos, canta muy por encima de la media y encima (qué sorpresa, ¿eh?) toca la guitarra de puta madre. ¿Qué más se le puede pedir? Pues ilusión genuina por estar sobre un escenario presentando un material del que se siente orgulloso: «Distance», «You’re to Blame» o la final «Don’t Back Down» fueron otros de los temas de los que pudimos disfrutar en un corto set. El que empezó su carrera siendo un chaval como bajista de los mismísimos Van Halen en su gira de reunión ha demostrado tener el talento. Espero sinceramente verle de nuevo en directo con un set completo y espero con ganas sus futuros trabajos: la cosa promete.
Con un ambiente ya bastante caldeado tras la excelente actuación de Mammoth WVH, era momento para que el proyecto de los hermanos Hale (Lzzy y Arejay) tomara las tablas de la emblemática sala de Barcelona. Con el escenario a oscuras y unos focos blancos sobre ella, Lzzy nos canta la intro de «The Steeple», el tema incluído en su úlitmo álbum «Back from the Dead» (2022). Y ya de entrada, uno se queda acojonado de la potencia de voz que gasta esta mujer.
El público ruge de aprobación cuando la banda ataca con «Love Bites (So Do I)» y sigue con «Bombshell». El sonido es potente y cristalino, un muro de sonido solo superado por la tremenda voz de Lzzy. Arejay destroza la batería como si no hubiera un mañana y Joe Hottinger (guitarra) y Josh Smith (bajo) arropan a la cantante desde las bandas para ofrecer un show donde la energía no decae ni un solo momento.
Bueno, miento. Durante «Familiar Taste of Poison» las revoluciones bajan para una interpretación sentidísima de Lzzy a las voces, donde da rienda suelta a todo su poderío y control vocal con un tema que va creciendo hasta el solo de Hottinger. Como si Arejay estuviera celoso, sigue el set con un solo de batería (un poco incomprensible al tener la banda un set ajustado, pero supongo que será cuestión de egos).
Con «Back from the Dead» y «Wicked Ways» vuelven los decibelios guitarreros a tomar la sala ante un público ya totalmente entregado, al que solo le falta escuchar, claro que sí, «I Miss the Misery», que la banda interpreta alargándola sin complejos ante la aprobación del personal. Halestorm ofrecen un show potente, al grano, conciso y sudoroso del gusto de todo amante del hard rock americano moderno. No son referencia en el estilo por nada.
Y ya solo quedaba una banda por saltar a escena. El plato fuerte de la noche, por supuesto. Mucha expactación en Barcelona para ver a Alter Bridge, que venían a presentar uno de sus mejores discos de los últimos años, «Pawns & Kings» (2022). La banda sabe que tiene la partida ganada de antemano ante un público tan fiel y entregado, y ese hecho se constata cuando la intro da paso a «Silver Tongue», uno de los singles del último trabajo que desata la eufora desde el minuto uno.
El setlist viene siendo el mismo que están haciendo toda la gira, con un par de variaciones aquí y allá: «Addicted to Pain», «Broken Wings», «This is War», «Isolation»… todo sonando a la perfección y con contundencia. Recuerdo cuando vi a Creed en 1999 en la sala Bikini de Barcelona. Al acabar el (buen) concierto, un amigo me comentó «suenan bien, pero joder, quiero una banda que parezca que se esfuerza más sobre el escenario.» Y, ¿sabéis qué? Tengo exactamente la misma sensación con Alter Bridge, no en vano, el 75% de la banda que vi aquella lejana noche de 1999 vuelve a estar en el escenario hoy.
Mark Tremonti va tan sobrado que el muy cabrón ni siquiera suda. Reparte púas y sonrisas de Joker sin perder el ritmo a la vez que cambia de guitarra en casi cada tema. Es que, de hecho, el tío ni se inmuta cuando rompe una cuerda durante «Pawns & Kings» que, por cierto, fue de los mejores temas de la noche con sus tímidos toques prog y que Myles Kennedy contó que es un tema que les da un poco de yuyu tocar en directo porque es el típico que se construye en el estudio de grabación a base de partes que encajan bien.
Brian Marshall y Scott Phillips al bajo y la batería respectivamente, hacen lo que han hecho siempre: un papel estudiadamente secundario en el escenario pero que sabes que no van a fallar ni una puta nota en todo el concierto. Y finalmente queda Myles, claro, el centro de todas las miradas. Después de más de dos décadas girando por los escenarios más grandes de todo el mundo, todavía me transmite la sensación como de si no supiera qué hacer o cómo actuar allá arriba. Por suerte para él, su guitarra le escuda, pero no es solo atrezo ya que el tipo se arranca con varios solos potentes durante la noche.
Tremonti se cupa de las voces en «Burn It Down», y la sala se viene abajo cuando suenan temas como «Wouldn’t you Rather», «Metalingus» o la propia «Blackbird», introducida con un fragmento del tema de The Beatles del mismo título, y precedida por el único respiro de la noche: una interpretación acústica de «In Loving Memory» con Myles y Mark solos en taburetes.
La recta final del show ya es la traca final con «Cry of Achilles» y «Open Your Eyes» ante un público con sonrisas de oreja a oreja. Está claro que Alter Bridge, a pesar de llevar ya casi 20 años en esto, siguen teniendo tirón (ya lo demostraron un par de días antes en Madrid en un bolo todavía más multitudinario) y que mientras sigan sacando discos y obsequiándonos con su presencia, la gente responderá. Y si vienen tan bien acompañados como esta vez, mejor que mejor.