Apocalyptica + Epica + Wheel – 12 de Febrero 2023 – Sala La Riviera (Madrid)
No nos acordamos como estaba la situación pandémica en marzo de 2022, pero la gira de Apocalyptica, Epica y Wheel se decidió pasar a este 2023 tras un primer reemplazo, aumentando más si cabe la expectación por la gira… pero por suerte todo llega, y por fin hemos podido disfrutar de las últimas giras reprogramadas que quedaban de esa época.
Texto y fotos: David Aresté
Da igual que fuera domingo y después de la sobremesa… eran tantas las ganas por entrar que la cola de gente esperando era inmensa ya a más de 45 min (o quizá más) de abrir puertas y acto seguido ver a Wheel a las 18,30h. El cuarteto pudo presentar su último disco “Resident Human” en 2021 junto a Leprous y ahora volvían a España como grupo que abría la velada.
Aunque fueron los primeros en salir, dispusieron de unas buenas condiciones escénicas para ofrecer su mini set de unos escasos 30 min para ir preparando la tarde. Quizá la única similitud que los unía con los otros dos grupos era su proximidad geográfica ya que por su estilo progresivo de nueva hornada no parecía que atrajeran mucho a la gente que les estaba viendo.
Como decimos fueron muy pocos temas donde algunos que destacaron fueron “Hyperion”, “Movement” o el propio “Wheel” que nos trajeron la melancolía, la sentida interpretación de su cantante James Lascelles o la genial pegada de Santeri Saksala desde los tambores.
Al menos tuvieron todo de cara para interpretar su interesante propuesta pero fue bastante claro que no tenían a su público delante. No sabemos si le sigue quedando mecha a su último “Resident Human” editado en pandemia, pero esperemos que vuelvan ya sea en su gira propia o para un público más acorde a su estilo musical y tengan una mejor aceptación.
Avanzaba la tarde mientras en el escenario hacían desaparecer la batería de Santeri para que el loco de Coen Janssen se moviera en esa zona con su teclado, a su lado destapaban el set de tambores de Ariën van Weesenbeek, ambos situados en la tarima que veíamos en el escenario y que sirvió de entrada de todos los miembros de la banda.
Las 19,30h era la hora marcada y así fue para que llegara el fundido a negro y sonase de una manera impecable “Anteludium”, la intro de su último disco mientras salía toda la banda y comenzar con “Abyss of Time – Countdown to Singularity”. Desde el primer minuto todo estuvo perfectamente calibrado y todo sonó de lujo sin perder ningún detalle. A su vez comenzó a funcionar el sistema de proyecciones que estuvo funcionando en todos los temas complementando la parte visual del show.
Cumpliendo con eso de presentar disco nos dejaron con 3 temas más de ese último “Omega”: “The Skeleton Key”, la emotiva y lacrimógena “Rivers” y la melódica “Code of Life”. Incluso hubo una tímida cata a su último EP “The Alchemy Project” con uno de sus singles “The Final Lullaby”, pero esta vez como era de esperar (o no), sin ningún tipo de invitado a las voces.
Ya se valora personalmente si eso del doble cabeza de cartel es cierto o vale la pena o no… porque en 2017 la banda tocó 13 temas viniendo como grupo principal en la Riviera y en esta gira tocaron una menos. Así que si podríamos decir que ambos grupos vinieron con su setlist completo… aunque también está la teoría de que encontraban el setlist “corto”, pero por lo que decimos la banda estilaba a hacer este tipo de show.
¿Qué queremos decir con esto? Pues que tampoco sorprendieron mucho con el setlist, dos de larga duración, “The Obsessive Devotion” a la mitad y “Consign to Oblivion” al final cerrando y diferentes cañonazos sinfónicos para ir disparando y mantener el ambiente arriba como lo lograron hacer en parte de la noche. Tuvimos “The Essence of Silence”, “Victims of Contingency” y “Unleashed” al principio y “Cry for the Moon” y “Beyond the Matrix” al final, ideales sobre todo la segunda para ir cerrando un directo.
Poco se puede decir de una banda con tal bagaje en los escenarios y experiencia después de tantos años de carrera. Cada uno tiene más que aprendido su papel en el escenario, no paran ni un minuto y no dejan de interactuar entre ellos y con el público creando más que una fuerte unión. Como hemos dicho, la producción del concierto fue más que exquisita para todos aquellos que nos gusta lo sinfónico, las orquestaciones y la técnica de todos los miembros de Epica.
Dio la sensación que supo a poco por ser la hora que era, pero ya hemos visto que la banda se solía mover por los 12-13 temas. Aunque sería obvio que si viniese de grupo principal de cartel quizá pudiesen tocar alguna más (se echaron en falta algún tema más de los primeros discos). Dijo Simone que volverían, así que tocará esperar para ver la versión extendida de este gran show.
Más cambios, esta vez algunos más laboriosos como el teclado de Coen, la batería de Ariën y la propia tarima donde estaban y traer ya montado del fondo de la sala el mastodóntico set de batería de Mikko Sirén. Se quedaron con la pantalla de vídeo de atrás del escenario, aunque si que variaron el juego de luces, añadiendo focos desde los laterales del escenario y más focos led en el fondo.
Como comentábamos al inicio, al tratarse de una gira reprogramada ya varias veces, “Cell-0”, el disco que venían a presentar ya está rodando desde hace dos años, aún así fueron de donde más tiraron junto a sus clásicas versiones y su “Worlds Collide”.
El primero que interpretaron fue “Ashes of the Modern World”, primer corte de ese último disco y que nos sirvió para ver que todo seguía sonando a la perfección. Para esta gira se hicieron acompañar de nuevo por “su cantante” Franky Pérez, de ahí que interpretasen temas “con voz” del Worlds Collide, 7th Symphony y Shadowmaker.
Aunque para seguir con ese empuje del tema inicial el primero fue “Grace” un corte muy rápido y pegadizo que interpretaron los 3 chelistas de forma impecable. Ahora ya sí con Franky en escena nos regalaron un “I’m Not Jesus” bastante bruto con Mikko dándole fuerte desde atrás y con Franky con muchas ganas de escenario. Se tranquilizaron todos para seguir con “Not Strong Enough” de aquel 7th Symphony, más melódico que el anterior y que hizo cantar a los allí presentes.
El hecho de lanzar el vídeo de Rise Again con Simone de Epica a los pocos días de comenzar esta gira conjunta por Europa nos hacía pensar que la iban a cantar en el escenario. Pero por desgracia no fue así, ya que la que tocaron fue “Rise”, de ese “Cell-0” que sirvió para bajar revoluciones y tomar un descanso.
No duró mucho ya que siguiendo con las nuevas vino “En Route to Mayhem” que nos sorprendió a mitad de tema con un cambio de ritmo endiablado llevando a todos a su límite interpretativo. Gran momento de demostración de técnica de estos fantásticos músicos. Última ronda para Franky con un “Shadowmaker” que también sonó bastante bruto en la parte final con unos acordes del “Killing in the Name” de los RATM que revolucionó más si cabe a toda la sala. “I Don’t Care” fue la última antes de la parte final del show, siguió con esa estela bruta que dejó el anterior tema pero resultó ser muy melódico para que todo el mundo cantase su estribillo.
La sala reconoció los primeros acordes del “Nothing Else Matters” y se derrumbó entre ovaciones y gritos de sorpresa. Poco hay que decir de este tema, fue delicado, elegante y muy intenso con la variación del público cantando gran parte de la canción. Todo lo contrario le pasó a “Inquisition Symphony” de Sepultura que no tuvo ningún tipo de feedback para volver a prenderlo todo con “Seek & Destroy” con la sala cantando otra vez a pleno pulmón.
Último descanso para encarar los bises, “Farewell” fue el primero… un corte melódico y que despejaba el ambiente de tanta adrenalina. Un corte elegante y con mucha clase digna del grupo. Una elección acertada antes del cierre con una loca “In the Hall of the Mountain King” que volvió a poner del revés a toda la sala.
Quizá era el tiempo de que no los veíamos en directo, pero vimos a un grupo más “afilado”… todo iba a más revoluciones, el set de Mikko nos pareció más grande que la última vez y Franky capaz de haberse hecho todo el concierto cantando. Por eso vimos a Eicca, Paavo y Perttu más técnicos de lo normal y con más facilidad de tocar cualquier cosa con su instrumento confirmando su buen hacer encima del escenario.
El concierto fue de órdago, de matrícula, de alto nivel… como se le quiera llamar a un show de alguien que llevan 30 años de carrera como ellos y son capaces de hacer lo que hacen. Queda para cada uno eso sí… como los ve con voz, con una batería tan presente, cercanos a lo que sería una banda normal y lo que verdaderamente no es Apocalyptica, es una banda “normal”… o al menos no empezó así. Pero por otro lado la evolución es la evolución y en 30 años da tiempo para dar muchas vueltas, quizá la faceta más cruda del grupo nos la ofrezcan en próximos lanzamientos. Cualquier motivo es bien recibido para verlos encima de un escenario y disfrutar de su música otros 30 años.
Texto y fotos: David Aresté