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Apocalyptica encantaron al público madrileño con su vuelta MetallicA

Apocalyptica encantaron al público madrileño con su vuelta MetallicA

Apocalyptica + Arctis – 18 de Noviembre 2024 – Sala La Riviera

Uno de los platos fuertes que nos quedaban por disfrutar este Noviembre lleno de propuestas en directo, era la vuelta de Apocalyptica a la capital, esta vez entre semana, para presentar su último disco “Plays Metallica, Vol.2”.

Para abrir la noche se trajeron a Arctis, paisanos suyos y a quienes por desgracia no pudimos ver por no llegar a tiempo. Esperamos poder disfrutar en otra ocasión con más tiempo su proyecto de metal melódico de corte moderno/electrónico.

Teniendo en cuenta la teoría de que después de un disco en directo viene un cambio en el grupo, podríamos decir que después del “Live in Helsinki…” que sacó Apocalyptica en 2023, nadie se esperaba que volvieran al archivo de Metallica para reversionar sus temas más icónicos 28 años después que sacaran el primer volumen, con el que se dieron a conocer asombrando a todo el mundo.

Con gran puntualidad, a las 21h. se apagaron las luces de La Riviera mientras sonaba “The Ecstasy of Gold” con toda la sala grabando con sus móviles y tarareando con pulso acelerado la mitiquísima intro. Con “Ride the Lightning” abren ese segundo volumen y así fue como iniciaron la noche, tema “nuevo” del trío formado por Eicca Topinen, Perttu Kivilaakso y Paavo Lötjönen, acompañados por el batería Mikko Kaakkuriniemi en la ‘sombra’ tras la marcha de Mikko Sirén tras más de 20 años con la banda. A todos ellos el público acogió desde la primera nota y a pleno pulmón no dejó de poner la letra a los temas durante toda la noche.

 

 Como era de esperar, el repertorio se basó en los dos discos de versiones de Metallica, así que fue un total disfrute para los fans de principio a fin. Primer chute de nostalgia con “Enter Sandman”, “Creeping Death” , “For Whom the Bell Tolls” y un “Battery” descomunal con una puesta en escena de los tres más entregada hasta el momento que en el resto de temas, pero es de ley destacar que en mi opinión, ahí el que se lleva la palma es Perttu Kivilaakso. A lo largo de los años los que seguimos de cerca a la banda desde sus inicios, hemos podido ver la increíble evolución de Perttu desde entonces hasta ahora y ese camino recorrido le ha convertido en un intérprete extraordinario, sin desmerecer a sus compañeros por supuesto, pero lo que es, es. Durante toda la noche hubo un exquisito juego de luces que acompañaba a las interpretaciones dándole un ambiente aun más especial si cabe a la propuesta visual del show en su conjunto.

Si tuvimos cuatro del primero, para equilibrar tocaba otras cuatro del segundo con una muy celebrada y maravillosamanete interpretada “The Call of Ktulu (In memory of Cliff Burton)”, “St. Anger”, “The Four Horsemen” y un genial “Blackened” con la que arrastraron a toda la sala hacia la locura. Pero no se quedó aquí la cosa, nos quedaban “Master of Puppets”, “Nothing Else Matters” y “Seek & Destroy” donde la entrega del público ya fue absoluta, poco más se puede añadir para conseguir con ese trío un final certero y ganador: el primero fue el peso pesado del pasado, el segundo fue elegancia y finura máxima, y el tercero la fiesta ideal para acabar un concierto.

 

 Y se fueron… ya? …Ya lo dieron todo y sólo faltaron globos para coronar ese “Seek & Destroy” de manual… pero no, todavía faltaba algo, y para más inri algo del segundo volumen que ya se ha coronado como obra de ARTE con mayúsculas. Se trataba de la nueva versión de “One” donde para este disco colabora el propio James Hetfield (junto con Robert Trujillo) recitando la letra del tema y cuan poema acompañaba a las imágenes proyectadas en la pantalla central del escenario. Puede que no fuera la forma más alegre ni adrenalínica para acabar un concierto, pero fue bonito, nostálgico, emocional, intenso, elegante y visceral… Una forma diferente de acabar un concierto y que solo bandas como ellos saben hacer, de matrícula.

Y ahora sí, se fueron dejando tras de sí un repertorio de exquisiteces seguidas y, aunque el aspecto de La Riviera era muy diferente a cuando vinieron con Epica, no hay que olvidar el inconveniente de que no sólo era entre semana, además era lunes y a 50 euros la entrada, que sumado a otros e importantes eventos de la ciudad es día, el tres cuartos de sala llena me parece una afluencia más que aceptable, por no decir un éxito. Con una escasa hora y cuarto de concierto, lejos de parecer corto, se las arreglaron para que no diera esa sensación. La sensación entre el público a la despedida era más bien de satisfacción y plenitud en general. La banda se despidió bastante afectuosa dándonos las gracias por venir y, como dijo el propio Eicca Toppinen, a saber qué nos ofrecen la próxima vez que vengan porque a nosotros nos basta con que sigan haciendo lo que llevan haciendo toda la vida, o sea, lo que les da la gana, que ahí estaremos.

Susana Manzanares

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