Black Stone Cherry + The Georgia Thunderbolts – 2 de Octubre 2022 – Sala Mon (Madrid)
Más madera. La agenda de conciertos echa humo con varios conciertos el mismo fin de semana tal y como hemos visto en el mes de Septiembre y ahora en este Octubre que empieza. Turno esta vez para Black Stone Cherry y The Georgia Thunderbolts, otra de las giras aplazadas por el covid y que al fin se ha podido hacer.
Texto y fotos: David Aresté
Aunque ya quedan atrás en el tiempo nos presentaron sus últimos lanzamientos, Black Stone Cherry con su “The Human Condition” y los de Georgia harían lo propio con “Can we get a witness”. La gira comenzó programada en el Teatro Kapital, de ahí pasó a la Mon y dio un nuevo salto a la Riviera con la inclusión de los Thunderbolts. Pero no acabó resultando ya que finalmente volvió para quedarse en la Mon y dejándonos con las ganas de ver un concierto de este estilo en La Riviera.
Al ser un domingo premió la puntualidad en todo lo que se tenía que hacer encima del escenario, desde los cambios de equipo hasta las actuaciones de los grupos, adelantándose así la de Black Stone Cherry para acabar más pronto. Así que un punto a favor para la organización que programó todo al milímetro.
A las 19,45h abrieron la velada The Georgia Thunderbolts como hemos dicho, presentando su debut discográfico (sin contar su EP) “Can we get a witness”. La banda sureña con 7 años de trayectoria dieron el salto a la escena actual gracias a su fichaje por Mascot Records que es quien ha editado este primer disco.
Fue la propia “Can we get a witness” con la que comenzaron y la que nos mostró a un grupo tímido que apenas se movieron de su sitio en toda la noche. El único que lo remedió fue Riley Couzzourt que se movió por todos los del grupo acercándose más al público mientras hacia sus solos de guitarra o se marcaba cualquier riff típico del rock sureño. Otros temas que sonaron fueron “Half Glass Woman”, “Take it slow” o “Looking for an old friend”. Encarando la parte final del show con su nuevo single “Livin’ in a Muddy Water” o “Lend a hand”.
Quizá mucho más preocupados en intentar hacerlo bien que en transmitir y divertirse como hizo Riley, los demás iban cada uno a su rol sin dar una visión de unión para hacerlo llegar al público. Tampoco les hizo ningún bien el sonido extremadamente alto que tenía Logan al bajo y Bill a la batería tapando muchas veces todo lo demás. No hay que olvidar el buen papel de TJ Lyle a las voces, que aunque estuvo agarrado al pie de micro gran parte del repertorio tiró de técnica vocal ofreciéndonos buenos momentos.
Somos seguidores del rock sureño y siempre es una alegría saber que siguen saliendo bandas que siguen apostando por ese estilo como The Georgia Thunderbolts. Son jóvenes y todo lo que tengan que solucionar se lo dará el tiempo… el tiempo para ir tocando en directo y tiempo para componer canciones para conseguir su estilo personal. Seguro que a la próxima vez que vuelvan los veremos cambiados y muy probablemente en su gira propia.
Al utilizar los dos grupos la misma batería se ahorraron mucho tiempo en los cambios de un grupo a otro, hasta el punto que BSC salió 20 minutos antes de su hora marcada inicialmente. No hemos comentado que además de “The Human Condition” el grupo editó un directo llamado “Live from the Royal Albert Hall…Y’all!” y se centró más en eso que no en presentar su último disco en estudio, del cual solo tocaron dos temas.
Así pues, lo que nos ofrecieron los de Kentucky fue un repaso a su carrera discográfica sacando sus cartas más seguras de cada uno de sus discos apostando sobre todo en su “Between the Devil & Deep Blue Sea” y su “Folklore & Superstition” que se llevaron la mitad del repertorio de la banda.
Poco descubriremos de unos habituales de nuestros escenarios como BSC que les hemos visto en múltiples giras y aforos. Los de Chris Robertson comenzaron con un “Me and Mary Jane” intenso y muy potente con la sala dándolo todo en ese primer tema. Por desgracia en ese primer tema ya vimos que la base instrumental quedaba por encima de la voz de Chris, sobre todo por la batería de John que seguía tan enérgicamente desbocado que tapó durante toda la noche a parte de los instrumentos.
“Burnin’” le siguió como antesala a un “Again” que fue recibido con ganas aunque fuese de los temas del último disco. “Blind Man” cayó como siempre, muy bien para pasar a “Like I Roll” con esos problemas de sonido instalados en cada uno de los temas apareciendo en un momento u otro. Aún así la vitalidad del grupo no bajó ningún momento, ya es típica la hiperactividad de Ben Wells a las guitarras y el entusiasmo de la interpretación de Chris, ya fuese a nivel técnico o vocal aunque no se le entendiese mucho.
“Devil’s Queen” siguió el repertorio extenuante de los americanos con otro estribillo más que pegadizo que cantó todo el mundo y que acabó con un solo conjunto de Chris y Ben a más revoluciones de lo normal… distinguiendo alguna parte instrumental como el solo de Free Bird de los Lynyrd que sufrió ese ahogo de la pareja.
Había que parar para coger aire tras hacer explotar el velocímetro del concierto con ese solo final del anterior tema. Así que era momento para que John nos demostrase (una vez más) lo bueno que era a la batería… si es cierto que les sirve a los demás para descansar y suponemos que agradecieron más de uno, pero como decimos siempre ya vemos lo bueno que es un batería mientras se desarrolla el concierto. Por tanto, el solo era bastante prescindible pudiendo rescatar alguna versión por ejemplo recuperar el Folsom Prison de Cash o el Evil de Howlin’ Wolf que han tocado durante esta gira.
Nos resultó curioso comprobar en el ambiente como ese paso a un “aforo mayor” está ahi, pero de momento aún no puede ser como se ha visto. Es sorprendente como sus seguidores celebran cada tema que tocan, y se saben todas… y animan, pero falta algo… algo más que les haga atraer a más gente para estar en recintos más grandes (por si solos, no acompañando a alguien más ”famoso”) y que la batería de John no se coma a los otros instrumentos.
Quizá esas “revoluciones a mil” disimulan un poco que “Cheaper to Drink Alone”, “White Trash Millionaire” o “Ringin’ in My Head” acaben siendo parecidas en el repertorio de la banda o que el estribillo de “Devil’s Queen” podría ser el de Crazy Train… Para nuestro gusto tienden demasiado a la comercialidad/mainstream o como se le quiera llamar en parte del repertorio que junto a esa mezcla de pólvora e intensidad que tiene la banda lo hacen más que interesantes, pero quizá falte algo para seguir avanzando. Pero también hay que decir que en el lado contrario, tenemos a un grupo incisivo, robusto y formidable en “Me and Mary Jane” o en “Burnin” y rockero y vacilón en “Blame It on the Boom Boom” y en “Lonely Train” que reventó la sala y que fue un más que digno final de concierto pero lo diluyeron con “Peace Is Free” y la colaboración de TJ Lyle de los Georgia Thunderbolts.
Noche de sentimientos encontrados donde nos esperábamos a unos Thunderbolts más unidos y más sureños y a unos Cherry que te pueden soltar su “Rock de Radio” o ser los sobrinos malotes de Johnny Cash. En encontrar el equilibrio está la virtud.El gran aforo acabará llegando, pero por lo visto aún no es el momento, habrá que seguir esperando.
Texto y fotos: David Aresté