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Escena Rock Fest 2020: El nuevo escaparate del Metal nacional

Escena Rock Fest 2020: El nuevo escaparate del Metal nacional

El pasado sábado 15 de febrero el festival Escena Rock celebraba en Madrid su primera edición y como no podía ser de otra forma Metal Symphony estuvo allí. Este nuevo festival nace con la intención de volver a dar cabida en un gran evento a la música metal nacional en la capital, un hueco que en realidad aún no estaba cubierto. Lo organizan en conjunción Planet Events, Live Nation y Disorder, y desde aquí les deseamos la mejor de las suertes y una larga andadura con esta nueva iniciativa.

Texto y fotos: Jose Sancho

La cita para esta nueva velada era pabellón 1 del IFEMA, primer punto a favor para la organización. El recinto es cómodo, cuenta con facilidades de parking y está muy bien comunicado en transporte público con cualquier sitio de la capital. Sin duda algo importante para un evento de estas categorías. Además al ser cubierto y de gran capacidad es ideal para esta época fría del año.

Llegue pronto y ya se veía por las cercanías del IFEMA bastante ambiente. Se cocía ya ese clima de las grandes citas de la música. Además por la zona no se aparca mal del todo en fin de semana. La nota negativa la pusieron todas las críticas que la organización ha tenido en las semanas previas por su decisión de no dejar salir y volver a entrar al recinto como pasa en cualquier festival. Finalmente la dirección comunicó que si se podría salir, pero solo hasta las ocho de la tarde, a partir de esa hora quien saliese no podría volver a entrar. En realidad es algo que tampoco tendría que afectar mucho, teniendo dentro facilidades de comida, bebida y áreas de descanso tanto para fumadores como no fumadores, eso no debiera ser un gran problema, siempre que los precios fuesen asequibles… Pero ya veríamos.

Pasadas las cuatro y con algo de retraso sobre la hora prevista y con una gran cola para acceder al recinto se abrieron puertas. Una vez dentro del recinto techado primero hay una zona con comida, bebida, ropero, zona para personas de movilidad reducida y puestos de merchandising. De ahí se pasa directamente al escenario, con más barras y aseos a los laterales. Y desde el lateral izquierdo del escenario se accede a una zona descubierta con más puntos de comida, aseos y áreas de descanso para fumadores y no. En mi opinión, los precios dentro no eran asequibles del todo pero tampoco abusivos, buena organización en general a excepción de una cola enorme para el ropero, no daban abasto. Contando con que es el primer año del festival, la verdad es que la calidad de servicios era buena.

La afluencia de público fue muy notable, 6000 personas acudieron a la gran cita y durante las bandas cabeza de cartel no cabía un alma más en el recinto. Quizás un punto negativo en mi opinión fue un sonido mal dimensionado. Era demasiada potencia para el tamaño del recinto y eso con las bandas más cañeras se notó bastante, quizás era demasiado e incluso molesto. Con bandas de menos tralla como por ejemplo Ñu, sonó bastante mejor.

Lèpoka

Estos castellonenses fueron los encargados de la siempre difícil tarea de abrir la jornada. Lèpoka hacen Folk Metal y empezaron a tocar juntos en el 2009, les tenía ganas la verdad, porque en una ocasión anterior me los perdí por causas ajenas a mí y les debía esta crónica. Pero esta vez también tendría problemas… Los de Castellón salieron puntuales a escena, más puntuales que la organización incluso. La cola fuera era tremenda y las puertas abrieron tarde por lo que la mayoría del público empezó a escuchar a Lèpoka desde fuera del recinto, mala previsión de la organización en este sentido. La prensa además no tuvimos acceso prioritario, por lo que cuando yo conseguí entrar al recinto, la banda ya iba por el tercer tema. Punto a mejorar para el año que viene.

La banda dio un show potente y contundente, hacen una música divertida, alcohólica y con grandes himnos que hacen las delicias del público. Es difícil no pasárselo bien en un concierto de Lèpoka. La banda además no se queda solo en la fiesta, son grandes músicos, hacen un show de calidad y su cantante Dani, tiene mucho carisma y empuje. Solo tuvieron 30 minutos de actuación pero por supuesto en el repertorio del día no faltaron sus grandes himnos “Yo controlo” o “Chupito” pero además nos adelantaron el primer single de su nuevo trabajo, “Contra viento y marea”. Como nota curiosa incluyeron el “Vodka & Roll” de Mägo de Oz. Muy atentos a esta banda en 2020 porque puede darnos muchas alegrías.

Dark Moor

A continuación era el turno de esta banda madrileña de Metal Sinfónico fundada por el guitarrista Enrik Garcia allá por el año 93. Toman su nombre de la famosa novela “El perro de los Baskerville” de Arthur Conan Doyle y he de confesar que era una de las bandas que más me interesaba ver, aunque parezca mentira no los había visto en directo y me parece muy relevante el éxito que tienen fuera de nuestras fronteras. Posiblemente sea la banda de este país con mayor proyección en Europa y Japón. La banda salió también puntual al escenario y el público ya era notorio, más o menos la mitad del recinto. Dark Moor dio un concierto elegante y muy estético, con unas luces impresionantes y un sonido muy cuidado. A mi sinceramente me gustó mucho, entiendo ahora su éxito fuera de nuestras fronteras y lo que no entiendo en realidad es como no tienen más repercusión dentro de ellas. Son una gran banda.

La formación, Alfred a la voz, Enrik a la guitarra, Dani al bajo y Roberto a la batería, estuvo asistida durante la actuación por tres músicos más. Estos se encargaban de teclados, violin y diversos instrumentos de viento. Lo cual añadió al show una atmosfera celta muy acertada en mi opinión. Por su repertorio fueron pasando temazos como “Birth Of The Sun”, “Spectres Dance”, “Druidic Creed”, “And Forever” o “Crossing through your heart” para finalmente terminar con la grandísima “Canción del Pirata” coreada por todo un público completamente entregado a la banda. Los cuarenta minutos de actuación me supieron a poco la verdad. Un gran directo de una gran banda. Enhorabuena.

Leo Jiménez

Y empezamos con los platos fuertes. El madrileño líder de Stravaganzza no necesita presentación ni con la banda, ni en su carrera en solitario, el de Fuenlabrada es uno de los pesos específicos de la música Metal de España. El polifacético Leo Jiménez siempre es garantía de calidad y no podía faltar en un festival así. Con unos cinco minutos de retraso sobre la hora prevista la banda saltaba uno a uno a escena, siendo Leo Jiménez el último en hacerlo entre gritos y aplausos, había ganas entre el público. Leo se rodea de unos músicos impresionantes que hicieron un show contundente y demoledor. Brutal actuación excepto por el primer tema y medio más o menos donde todos notamos ciertos problemas de sonido que fueron rápidamente solucionados.

Como digo una actuación soberbia, caña impresionante todo el rato, sin tregua ni respiro. Entre los temas que interpretaron por supuesto estuvieron los dos singles del último disco, “La era de la individualidad” con la que abrieron el show y “Mesías” acompañado como no por los guturales de Korpa como artista invitado. Y grandes temas de siempre que hicieron las delicias del público como “Con razón o sin razón” y “Volar”. En mi opinión al set list de ese día le falto algún gran tema de otros discos como “Tu destino” o “Soy libertad”, o haber metido la preciosa balada “Vuela alto” para bajar un poco el ritmo en algún tema… Pero Leo se tenía el tiempo reservado para otra cosa…

Para terminar la actuación se descolgó la guitarra y pasando a ser frontman puro cogió el micrófono y nos dijo: “en este festival queremos recordar a uno de los mejores grupos de heavy de España, Saratoga. No están esta noche en el cartel, pero de esta manera lo van a estar aunque sea un poquito”…. Y pelotazo, Leo termino su actuación con dos temas de su época en la banda, “Vientos de guerra” y “Maldito corazón”, el público enloqueció y la actuación terminó por todo lo alto. Impresionante Leo.

Saurom

Los de Cádiz aportaron al festival su particular estilo «juglar metal», un conglomerado de música rock, folk y celta, aderezado con letras basadas en la literatura, principalmente en leyendas, poemas, romances y cuentos tradicionales. La visión crítica, cultural y social de la música de Saurom tampoco podía faltar en esta cita.A mí fue uno de las actuaciones que estéticamente más me gusto. Unas proyecciones geniales en la pantalla gigante de video, junto a dos chicas haciendo performances con zancos y malabares, hicieron un show muy ameno, cuidado y atractivo. Por otro lado los Saurom son una banda que sabe muy bien como divertir al público que se lo pasó de lo lindo. Un 10 para Saurom en escenografía.

El sonido fue limpio y de gran calidad y fue una de las actuaciones donde note menos esa saturación de volumen de la que hablaba al principio. Un set list muy bien elegido para el jaleo hizo que el público se pasase todo el concierto botando, cantando y dando palmas. La conexión de la banda con su público fue enorme y vivimos una gran y divertida fiesta.Escuchamos gran parte de sus temas más festivos y míticos como “La leyenda de Gambrinus”, “Noche de Halloween”, “La batalla con los cueros de vino” o “Vive” hasta terminar por todo lo alto con “Fiesta” y “La taberna” Un espectáculo en toda regla.

Ñu

Y llego la vieja guardia. Los grandes nombres de todas las épocas del Metal español aparecieron por el festival. El rock medieval de Ñu nos haría disfrutar esa noche, como lo hace habitualmente desde 1974. Que se dice pronto, 46 años de carrera… y ahí están. Quizás el hándicap de Ñu fue la hora a la que toco. A las 20:45, justo antes de los cabeza de cartel y después de la fiesta de Saurom, hizo que ese momento fuese el idóneo para cenar. Gran parte del público aprovecho para comer algo y descansar, y las enormes colas en los puestos de comida así lo indicaban. Aun así estos veteranos supieron perfectamente manejar la situación y conectar con el público que si se quedó a verlos.

Tras unos 30 minutos de cambio de escenario, Molina y los suyos saltaban a la cancha. El show de Ñu fue un show cuidado y elegante, con un sonido yo diría que perfecto en todos los sentidos. La presencia de Jose Carlos Molina en el escenario es abrumadora, la de una mítica estrella de rock. Pese a los años o quizás precisamente por ellos, ver a la banda en directo es ver un show de calidad, emoción y elegancia. Con ellos tienes la sensación de estar viendo a unos Deep Purple. Tocaron temas de todas las épocas y variados estilos. Con el mítico logo de la banda presidiendo el escenario en todo momento nos sumergieron en su talentosa actuación. Jose Carlos supo guiar como nadie este maravilloso recorrido musical, y con cambio de vestuario incluido, nos recordó a todos que el rock and roll se vive desde el corazón, y este late hasta que te mueres, por lo que el rock no tiene edad.

WarCry

Y llegaron los cabeza de cartel, la banda asturiana de power metal era el plato fuerte esperado por el público. Más aun después del comunicado que la banda lanzo hace poco más de una semanas. El 8 de febrero WarCry anunciaba un parón indefinido justo después del Escena Rock, sin fecha de vuelta y con el motivo de descansar y tomarse un respiro este sería su último concierto. Aunque los datos aportados por la banda son pocos, la gente tenía la sensación el sábado de que podía ser la última vez que viese a la banda y eso se notó mucho en la actitud del público.

A las 22:15 como estaba previsto, la banda salía a escena de una manera espectacular. En la pantalla gigante se proyectaba una animación en la que aparecía uno a uno cada integrante de la banda y se disolvía en polvo que el viento se llevaba. Un guiño bastante irónico dada la situación. Tras esto arrancaban directamente con “Luz del norte” con una fuerza inusitada entre pirotecnia y llamaradas… Ya está. Cuando se empieza un concierto así, por todo lo alto, ya tienes al público entregado y ya se sabe que eso va a ser una locura.La banda hizo una actuación de dos horas sin tregua, con el respiro de alguna balada o medio tiempo, la descarga de WarCry fue brutal. La gente disfruto al máximo de lo que podía ser la última vez que ven a la banda en algún tiempo. Y la banda también se veía que disfrutaba ahí arriba. Víctor (voz), Pablo (guitarra), Santi (teclados), Roberto (bajo) y Rafa (batería) estaban muy cómplices entre ellos y con el público, hubo bromas, risas y muy buen rollo.

Sobre el repertorio… Un “grandes éxitos” muy bien elegido para un concierto especie de “despedida”. Siempre puedes echar en falta o de sobra algo, pero no siempre se puede incluir todo cuando tienes una larga trayectoria como es el caso. Como dato anecdótico, interpretaron “Aquí estaré” de Avalanch… Uhmm, curioso… ¿Esto es un guiño o un spoiler?… Solo el tiempo nos dirá donde lleva este parón….El final del concierto fue algo difícil de olvidar. La banda termino con “Tu mismo”, “Trono de Metal”, “El guardián de Troya” y “Hoy gano yo”, entre pirotecnita, explosiones y confeti. La gente enloquecía y Víctor García se despedía con un emotivo pero escueto “Hasta siempre hermanos”

Espero que no sea “hasta siempre”, espero que sea “hasta pronto” y que cuando regresen, regresen como se fueron…. Por todo lo alto.

Obús

Siempre es difícil cerrar un festival y tocar detrás de los cabeza de cartel, pero cuando eres Obús y tienes ya 40 años de oficio… La cosa cambia. Los de Fortu venían con su nuevo disco calentito debajo del brazo, y la gente les esperaba ansiosos.Ya eran la una menos veinte cuando les tocaba turno al veterano cuarteto y eso les paso factura. Mucha gente se fue justo al terminar WarCry, bastante gente diría yo. Para ver a los de Fortu cálculo que habríamos vuelto a las cifras de público del principio, no creo que llegasen ni de lejos a la mitad del aforo.Aun así la banda salió muy motivada desde el principio y dispuesta a meterse al poco público que se había quedado en el bolsillo. Su rock canalla, alcohólico e irreverente hizo las delicias de los fans más acérrimos que habían resistido al cansancio por verles a ellos. Por supuesto tampoco faltaron canciones de su nueva etapa y de su nuevo disco “Con un par”.

Hicieron un recorrido por sus grandes temas de todas las épocas mientras Fortu y Paco no dejaban de interactuar con el respetable. Sobre todo Fortu hizo gala de su ya conocida irreverencia, descaro y provocación. La actuación termino como no podía ser de otra forma, con sus dos canciones más conocidas “Va a estallar el Obús” y “Vamos muy bien”.


Y bueno, esto fue el Escena Rock…. Un festival nuevo que nace para reivindicar su hueco y quedarse en él muchos años. Mucha suerte compañeros.

Texto y fotos: Jose Sancho

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