Jolly Joker – 19 de Junio de 2021 – Sala Rockville (Madrid)
Tras su ciclo “El metal es seguro”, la promotora On Fire siguió programando música en directo en Madrid con la venida de los valencianos Jolly Joker, más en concreto a la Sala Rockville, que lleva toda la pandemia “readaptada” y ofreciendo música en vivo, como ya os hemos contado más de una ocasión.
Texto y fotos: David Aresté
Jolly Joker son uno de los sucesores del hard rock de la baja california nacional con su debut en 2014 “Sex, Booze , Tattoos”, recogiendo el testimonio de grupos que ya no están y reforzaron y popularizaron esa senda como The Stone Circus, Sweet Little Sister o Uzzhuaïa (sin contar sus actuales ramificaciones). En 2018 editaron su últlimo trabajo “Never say forever” que por fin pudieron presentar en la capital tras el último concierto que dieron con Ankhara en Noviembre de 2018.
Debido a las actuales restricciones de aforo el grupo ofreció dos pases, uno a las 17h y otro a las 20,30h consiguiendo los “sold out” en cada uno confirmando las ganas que tiene la gente de música en vivo y obviamente más aún ganas de Jolly Joker.
Energía y actitud, eso desprendió la banda durante toda su actuación
A ritmo de la bailonga “Jolly Joker” de la alemana Conny Froboess salió el grupo para atacar con todo su repertorio, que pasaba de la docena al no ser temas muy largos. Al hacer tanto tiempo que no tocaban y que tenían que hacer dos pases en el mismo día, el grupo apostó por un repertorio basado en repasar sus álbumes editados y recuperar temas como “Full of beans”, “Sucker” o “Dressed to kill” y “I am rock n roll”, “I wanna go” o “Stay Behind” del disco que venían a presentar.También hubo momentos para el recreo con las interpretaciones de “Powertrip” de Monster Magnet y “Never Enough” de L.A Guns.
Aunque haya pasado tanto tiempo, no se notó en la ejecución de los temas por parte de la banda. Yannick a las guitarras siempre nos mostró su buen hacer disparando riffs macarras y muy eléctricos para acompañar la base rítmica de recién incorporación, Andi al bajo que hizo un gran concierto al igual que Paco a la batería que dotaron de cuerpo a las canciones del grupo. Lane Lazy ejerció de frontman, maestro de ceremonías y derrochar actitud en cada nota del concierto, no pareció oxidado por el parón pandémico, y nos ofreció grandes alardes de aguante y límites vocales.
Un concierto fluido, que pasó muy rápido y que cargó las pilas a todos los asistentes de la sala con una banda dispuesta a agradar y a darlo todo desde el primer minuto.
Esperemos que podamos seguir avanzando en el sector de la música en directo y podamos seguir viendo al grupo, ya sea presentando de nuevo los temas de este “Never say forever” o de un hipotético nuevo disco que esperemos que no tarde en llegar.
Texto y fotos: David Aresté