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Los chicos malos de Reb Beach regalan clásicos en Barcelona

Los chicos malos de Reb Beach regalan clásicos en Barcelona

Reb Beach and the Bad Boys – 15 de octubre 2024 – La Nau (Barcelona)

Apenas tres meses después del increíble concierto que Winger, la banda madre, nos ofrecieron en Madrid, su guitarrista principal Reb Beach ha vuelto a Europa para embarcarse en una agotadora gira con Reb Beach and the Bad Boys, su proyecto paralelo / banda tributo / divertimento con coleguitas italianos entre los que se cuenta Michele Luppi, compañero de banda de Beach en Whitesnake en su última etapa. El resto de la formación la completan Paolo Caridi a la batería, Khaled Abbas a la segunda guitarra y Enrico Varisco a los teclados, mientras que Luppi se ocupa del bajo y la voz principal.

El concepto de la banda es una especie de tributo deluxe a las tres bandas de las que Beach ha formado (o sigue formando parte): Whitesnake (principalmente), Winger y Dokken, y esta nueva gira cuenta con un total de cuatro fechas en nuestro país, la primera de ellas en la Ciudad Condal.

Y la verdad es que el panorama no era demasiado alentador: La Nau no es demasiado grande, aunque resulta perfecta para conciertos de pequeño formato. Aun así, la sala no presentaba ni media entrada. Yo diría que había entre 120 y 150 personas, no muchas más. Causas probables: concierto entre semana y que a bastante gente no le motiva ir a ver conciertos de grupos que solo hacen versiones. Sin embargo, eso no le importó a la banda, que asaltó el escenario bastante temprano, dado que no hubo teloneros.

El setlist del show es un 80% temas de Whitesnake, tres temas de Winger, uno de Dokken y uno de Beach en solitario. No es de extrañar entonces que la mayoría del público fuera fan de una de (¡o de todas!) las bandas, ganando la Serpiente Blanca por goleada, claro. Beach y compañía lo saben, y es por eso que el concierto empieza con «Bad Boys» y «Fool For Your Loving». Con un sonido potente y definido, la banda no tiene demasiados problemas en defender el material. Es una sensación un tanto extraña, porque encima del escenario hay nivel de sobras, pero al ser un proyecto de estas características, nadie parece estar dando el cien por cien. Que no se me malinterprete: todos los miembros de la banda, empezando por Beach, están a un nivel impecable en lo suyo, pero falta esa chispa en los ojos, ese hambre que hace que los conciertos suban dos o tres peldaños.

La primera concesión a Winger corre a cargo de «Headed For A Heartbreak», un tema maravilloso que suena de lujo y en el que Beach hace magia a las seis cuerdas, y luego pasamos a la única revisión del catálogo de Dokken con «In My Dreams». El control vocal de Luppi es sencillamente espectacular, y da MUCHO el pego con el material de Whitesnake en particular, especialmente en cortes como «Love Ain’t No Stranger», «Slow And Easy» o «Slide It In». Desde luego, suena mucho mejor que cualquiera de las veces que yo haya visto a David Coverdale intentando defender su material clásico.

A pesar de un solo de batería que estaba algo fuera de lugar, el show avanza sin descanso con «Black Magic» del propio Beach, que tiene que interrumpir para reclamar a la mesa de la sala que suba las luces del escenario porque no puede ver lo que está tocando. Las luces se encienden, Beach da las gracias, grita «from the solo!» y la banda se reengancha como si aquí no hubiera pasado nada. A pesar de las pequeñas cagaditas debidas a los pocos ensayos y que llevan pocas fechas de la gira, el grupo está formado por músicos profesionales con tablas, y se nota.

En la recta final del show, y con el público bastante caldeado, caen dos joyas más de Winger («Miles Away», «Madalaine»), el «Burn» de Deep Purple (espectacular) y tres hitazos de Whitesnake, uno tras otro, que ponen el punto final al concierto: «Give Me All Your Love», «Here I Go Again» y, por supuesto, «Still Of The Night».

Nada que reprochar a la banda ni al concierto. Sabíamos a lo que veníamos, y eso es justo lo que obtuvimos. Que Reb Beach es un superclase a las seis cuerdas de los que cada vez quedan menos, es algo que todos ya sabíamos. El tipo cumplió con creces con solos mágicos, buen hacer, poses y caritas clásicas y hasta con tiempo para contarnos un par de historias (entre ellas asegurando que, tanto Luppi como él siguen técnicamente en Whitesnake y que todo su equipo sigue en casa de Coverdale a la espera de que el jefe decida si quiere hacer unos últimos conciertos, o no). La banda tiene muy buen nivel y se nota que se ha mamado el material. A nivel personal, encontré a echar un par más de temas de Winger, teniendo en cuenta que es LA BANDA de Beach, pero por otra parte también comprendo que Whitesnake es, de las tres, la que más tirón tiene y el público manda. Una buena ocasión para disfrutar de un material inmortal ejecutado a muy buen nivel.

Texto y fotos: Edko Fuzz

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