The Sheepdogs + The Commoners – 10 de Noviembre 2024 – Sala Mon (Madrid)

Pocas horas después del maratón de rock melódico que nos supuso el Lion Rock Fest, nos esperaba una cita más antes de volver a la realidad y prácticamente de un salto nos plantamos desde León a la sala Mon de Madrid para no perdernos la visita de The Sheepdogs con The Commoners.

Susana Manzanares
Fotos: David Aresté

Después de conocerlos abriendo para las hermanas Lovell en 2023, era obligado ver de nuevo a estos chicos de Canadá, que nos dejaron con tremendo buen recuerdo ese día y ahora venían a presentar su último EP “Hell Together” que salió el pasado mes de Noviembre. Como en esas ocasiones en que se alinean los astros, el grupo invitado casaba muy bien con el principal, The Commoners, agrupación que está dando mucho que hablar por su Rock crudo y potente y que en este 2024 han editado su segundo trabajo “Restless”.

 

Sufriendo el mal del telonero, The Commoners tocaron en muy poco espacio, de hecho, la batería de Adam Cannon casi acaba bajo el escenario porque no tenían apenas sitio para todos. Como era de esperar, no fue un setlist completo y por desgracia no llegaron a la decena de temas.

Así pues, pudimos escuchar ‘Shake You Off’, ‘Devil Teasin’ Me’ o ‘The Why I Am’ que la gente disfrutó mucho, aunque la voz en las primeras filas no sonara tan bien como al final de la sala. Acabaron con ‘Fill My Cup’ y ‘Find A Better Way’ preparando al público para el grupo principal. De la banda, Ross hayes a las guitarras y Chris Medhurst a la voz se llevaron todas las miradas porque su interpretación iba un paso más allá y en mi opinión transmitiendo quizá algo más que sus compañeros.

 

Es un grupo muy interesante, entregadísimo y con ganas que promete una larga y fructífera carrera si siguen así. Esperemos que, como los anfitriones, la próxima vez ya vengan con gira propia y nuevo material para que sigamos viendo su evolución seguro que para mejor.

Cambio rápido de escenario de un quinteto para pasar a otro, así que se tomaron su tiempo para dejar todo listo para el grupo principal, panel luminoso trasero que vimos ya con las Poe incluido, así que perfecto, venían con todo.

Como comentábamos al inicio, The Sheepdogs venían a presentar su último “Hell Together” sumando con él los 10 discos en su haber, tras 17 años en la carretera. Antes de que se llenase la sala pudimos darnos una vuelta por el merchandising que traía la banda y nos resultó francamente bonito, bastante elegante y con gusto… pero igual de caro que el 99% de grupos que pasan por España desde los últimos años.

 

Volviendo a lo musical, empezaron su show con ‘Find The Truth’, un tema movido para calentar bien a la sala y ganarse al público, aunque para eso no hace falta mucho la verdad. Ewan Currie – algo cambiado de un año para otro – a las voces trabajó ya duro en ‘Downtown’, el segundo tema que sonó. Nos encantó ‘Let Me In’, el tercero del setlist que con su ritmo vacilón hizo bailar y cantar a toda la sala.

Comparando repertorios con esta última gira propia, en ella tocaron entre dos o tres temas menos… quizá venga su afición por alargar los temas con improvisaciones instrumentales cada vez va a más y les gusta más eso de dejarse llevar por la intensidad del momento. Para bien o para mal, va en gustos, tuvimos varios momentos así, Ewan y Ricky Paquette empezaban a las guitarras para que el resto de la banda se fuera añadiendo, y así de modo in crescendo acabara todo explotando arrancando la más sonada de las ovaciones de los que estábamos en la sala.

 

‘How Late, How Long’, ‘Now or Never’ o ‘Take Me For A Ride’ fueron algunos de los que sonaron y la gente disfrutó de principio a fin. Acabaron con ‘I Don’t Know’ y ‘Nobody’ antes de los bises con grandes pasajes instrumentales como decíamos antes y que hicieron las delicias de los paladares más exigentes.

‘Roughrider’ 89 y ‘Feeling Good’ trajeron a los bises las más crudas y emocionales interpretaciones, con la gran técnica instrumental más que demostrada durante todo el concierto y si cabe aún más compenetración entre Ewan y Ricky, confirmando la gran complicidad encima del escenario entre ellos y con toda la banda, demostrando que podrían haber estado dos horas más tocando y no nos habría importado nada.

 

En general, un atracón de elegancia, garra y sentimiento es lo que nos dieron los Sheepdogs, con mención especial, incluso diría de honor, para Ricky Paquette. Decir que es un guitarrista excepcional es quedarse corto, te hace recordar por qué amas esta música, por intérpretes como él, por cómo es su directo y por lo que transmite, difícil de explicar con palabras. Hacía mucho que no disfrutaba así de un lead guitar. Brutal.

Es una lástima que no haya sido hasta 2018 que la banda comenzara a venir y haber podido disfrutar antes de esta genial banda. Próximo destino Sala But?… Seguro que sí.

Susana Manzanares
Fotos: David Aresté