Toto – 10 de Julio’19 – Auditori del Fòrum (Barcelona)
Poco importa que más de la mitad de la encarnación actual de Toto esté compuesta de mercenarios a sueldo. Las visitas de la banda de Steve Lukather y Steve Porcaro a nuestro país son tan escasas que no hay excusa que valga: hay que ir sí o sí. La razón que trajo a Toto a Barcelona fue el disco recopilatorio "40 Trips Around the Sun" (2018), que celebra los 40 años de carrera de la banda. Para tan magna ocasión, el impresionante Auditori del Fòrum, situado justo al lado del mar Meditarráneo, se vistió con sus mejores galas y aunque no colgó el cartel de ‘No hay Entradas’ poco le faltó.
Para la ocasión la banda se presentó con el mítico Joseph Williams a la voz principal, dos miembros más recientes como Xavier Talpin a los teclados en lugar del convalescente David Paich y Shem von Schroeck al bajo, Shannon Forrest a la batería y, por supuesto, un par de clásicos ya en las filas de la banda en directo como el percusionista Lenny Castro y el multi-instrumentista y cantante Warren Ham. El reciente tema "Devil’s Tower" se encargó de abrir la velada pero el Auditori explotó por primera vez en la noche cuando "Hold the Line" siguió en el set, con un entregado público cantando a todo pulmón levantado por primera vez de sus asientos, algo que se repetiría numerosas veces durante la noche. Y es que en las caras de la gente se podía observar lo especial de la ocasión e incluso más de uno y dos niños pequeños acompañaron a sus progenitores a tan magno evento.
Como era de esperar, la calidad de sonido era excelente, de 10 si no hubiera sido por un ligero eco que sobrevolaba nuestras cabezas, pero el buen rollo y la entrega de la banda, así como sus habilidades instrumentales nos hicieron olvidarnos de cualquier posible problema. El concierto se dividió en tres bloques, el primero de los cuales acabó con un par de joyas inolvidables: un "Jake to the Bone" que nos dejó a todos con la boca abierta y que luego empalmó con una "Rosanna" que prácticamente tuvo al público eclipsando a la banda en nivel de volumen.
Ni siquiera un bloque acústico metido en medio del set hizo que bajara la temperatura. En este momento del show, Toto cuentan algunas historias de sus años en la carretera y van intercalando fragmentos acústicos de cosas como "Georgy Porgy", "Human Nature" que Porcaro escribió para Michael Jackson (no olvidemos que Toto grabaron gran parte de los instrumentos que se pueden escuchar en esa obra maestra que es "Thriller"), "No Love" o "Still Loving You" con el respetable de nuevo coreando a pleno pulmón.
Tras un impresionante solo de teclados del ex-Prince Talpin, la banda procedió a encarar el bloque final con joyas como "Girl Goodbye", un "Lion" maravilloso, el tema del desierto de la banda sonora de "Dune" que Toto compusieron para David Lynch e incluso una versión de "While my Guitar Gently Weeps" como homenaje de Lukather a la que, según él mismo, fue su mayor influencia, George Harrison. Y es que hay que mencionar que Lukather es quien lleva el peso del show. Hace de director de orquestra, es quien interactúa más con el público e incluso presenta a la banda, aunque luego Williams, bastante bien de voz por cierto, le devuelve el favor presentando a Lukather como "un alienígena que anda suelto entre nosotros".
Como era de esperar, el final apoteósico llegó con el megahit "Africa" que todo el mundo estaba esperando. Es el tema en el que la banda se gusta, hace cantar al público y luego incluso improvisan unos pequeños pasajes para lucimiento de los músicos y la incredulidad colectiva. Y es que todos son unos pedazos de músicos. Aún hubo tiempo para que la banda volviera al escenario para interpretar un largo y cañero "Home of the Brave" que nos mandó a casa calentitos y desde luego con ganas de que Toto no sean tan caros de ver por Barcelona. Una velada inolvidable con una de las mejores bandas de siempre, todo clase, todo talento y todo profesionalidad y con una colección de canciones que se han ganado un hueco en la historia de la música popular por derecho propio.
Edko Fuzz
Fotos: Karina Báez