Rock Fest Barcelona 2018. Jueves 5 De Julio. Parc De Can Zam (SANTA Coloma De Gramenet – Barcelona)
Por quinto año consecutivo asistimos a la cita del que ya empieza a ser considerado como uno de los festivales ya consolidados de nuestro territorio. Como decimos, celebrando este quinto aniversario, volvía a abrir las puertas el ROCK FEST en Barcelona con un cartel de lujo que nos llevó a presenciar bandas tan emblemáticas como JUDAS PRIEST, OZZY OSBOURNE, KISS, SCORPIONS o HELLOWEEN. Lo primero que nos llamó la atención fue la gran afluencia de público desde las primeras horas y más teniendo en cuenta que era un jueves. Evidentemente, el reclamo OZZY y JUDAS PRIEST tuvo su efecto en esta primera jornada.
A continuación pasamos a comentar algunas de las actuaciones más significativas del festival pidiendo perdón de antemano por no poder hablar de todas las bandas ya que resulta físicamente imposible cubrir todas las crónicas cuando hay varias bandas tocando a la vez (véase DEE SNIDER y EVERGREY).
BORN IN EXILE
A pesar de que este año la entrada al festival fue fluida y sin largas colas, no llegamos a tiempo para poder disfrutar de la actuación de los catalanes, a excepción del último tema. No obstante, eso fue suficiente como para comprobar que esta joven banda de Santa Coloma de Gramenet que debutó en el año 2012, tiene el potencial necesario como para repetir en futuras ediciones (o al menos ese fue el explícito deseo de su vocalista cuando se despidió prometiendo vernos el año que viene). Sonido potente, compacto y con un excelente guitarrista que no se cansaba de recorrer el mástil a una velocidad de miedo y una lider indiscutible, la feroz Cris Vega, que lo dio todo. Tal vez, y eso también lo reconoció su propia vocalista, los temas sean algo largos y eso hace que a la banda le pueda costar conectar a la primera con el público que no conozca sus temas pero entusiasmo y garra no les faltó. La misión de abrir un festival no es nada fácil y BORN IN EXILE salieron airosos.
AMARANTHE
Primera banda internacional y segunda en actuar. Situados en uno de los escenarios principales, AMARANTHE saltaron al Stage ROCK para comerse al público y, francamente, lo hicieron muy bien. Si bien es cierto que la banda en su conjunto suenan muy bien, no menos cierto es que es su vocalista Elize Ryd quien lidera la actual puesta en escena de la banda. El sonido tal vez fue algo exagerado ya que en las primeras filas a más de uno se le debieron lesionar los tímpanos y es que la ecualización de los bajos era exagerada haciendo que, literalmente, te golpearan en el pecho.
Elize sabe muy bien cual es su papel y demostró ser capaz de conquistar al respetable, enérgica y entregada no dejó de hacer headbanging durante todo el show. El timbre de la vocalista unido a la particular forma de tocar de esta banda entremezclando voces guturales de Henrik Englund Wilhelmsson, voces límpias de Nils Molin y sus ya conocidas composiciones que podríamos denominar como “spinning metal” -por aquello de su razonable parecido rítmico de las sesiones de gimnasio- hizo que el público se entregara en la misma medida estos suecos.
TANKARD
Justo acabados los últimos compases de AMARANTHE le tocaba el turno a los alemanes TANKARD que, con 36 años de trayectoria a sus espaldas y presumiendo de haber estado SIEMPRE al pie del cañón en esto del thrash metal, encendieron al numeroso público allí congregado. El voluminoso vocalista Gerre en compañía de sus colegas cerveceros Andreas, Frank y Olaf dieron una auténtica lección magistral de thrash metal con su particular sello que se mantiene incombustible a pesar del paso de los años y de los infinitos litros de cerveza que corren por sus cuerpos. Haciendo un repaso por todos sus grandes éxitos como “Zombie Attack”, “The morning after”, “Chemical Invasion” o “Rectifier”, también apostaron por temas de su último trabajo como “One foot in the grave”.
A pesar de algunos problemas de sonido sobretodo con la guitarra (al parecer cada vez que se alejaba de su pedalera la guitarra perdía cobertura y quedaba muda), TANKARD arrasaron ofreciendo un show realmente contundente a la par que divertido en la que todos y cada uno de los miembros de la banda no paraban de corretear por el escenario animando y motivando a un público que no paró de gritar y hacer circle pit. Evidentemente, el colofón llego con “EMPTY TANKARD” que sirvió como despedida de estos alemanes que tardaran mucho en finiquitar su carrera a juzgar por la intensidad de sus conciertos.
Por cierto, y todo sea dicho de paso, agradecemos que fueran una de las bandas que se dedicaran a hacer sesión de firmas, entregando grandes postales a todo color de la banda firmadas por sus miembros y, como no, a hacerse las fotografías de rigor.
ECLIPSE
Curioso contraste acabar de berrear “EMPTY TANKARD”, girar la cabeza y ver salir a escena unos muchachos guapitos, bien vestidos y practicando un rock melódico más que accesible. Eso si, una vez superado este primer choque perceptivo, y a medida que iban cayendo temas, pudimos comprobar como ECLIPSE, no solamente cuenta con una buena cartera de seguidores sino que conseguía conquistar a un público que se mostró notablemente compenetrado con la banda (no en vano, llevan en esto desde 1999). El desconocer el repertorio de a esta banda no nos permite poder detallar mucho acerca de su set-list pero, precisamente, si que nos permite valorarla desde un punto de vista neutral y creo no faltar a la verdad si digo que ECLIPSE fueron una de las bandas que más gustó durante esa primera jornada y destacaríamos muy especialmente la labor de su vocalista Erik Martensson quien, a pesar del calor, no paró de moverse y transmitir un entusiasmo que supo transmitir sobradamente a todos los allí presentes.
Seguramente sea coincidencia, pero si Dee Snider se pasó toda su carrera en TWISTED SISTER con su emblemático pie de micrófono color fucsia, Martensson hace lo propio con un pie de micrófono color rojo. Creo que podríamos hacer el mismo paralelismo con su nivel de entusiasmo ya así el lector puede hacerse una idea de la energía que imprime en el escenario.
DEE SNIDER
Primero diremos que lamentamos muy profundamente no haber podido disfrutar de EVERGREY pero, con la verdad por delante, en el momento de elegir entre una banda u otra, optamos por ver a DEE SNIDER pensando que ofrecería uno de los divertidos shows a los que nos tenía acostumbrados con los extintos TWISTED SISTER. Sin embargo, el rubio americano optó por centrar el 50% de su set list en sus trabajos en solitarios con su anterior proyecto WIDOWMAKER y su actual DEE SNIDER. Como es de suponer, el público se animaba con cada tema de los TWISTED pero luego se volvía a enfriar con los temas propios.
Su primer tema fue fallido ya que no se le oia la voz pero a partir del segundo la cosa ya mejoró y pudimos ver a un Dee entregado, saltando y mostrando que energía no le falta a este hombre que ya peina los 63 años. No faltaron, eso si, los inevitables clásicos como “Burn in Hell”, “I wanna rock” o la requetefrita “Huevos con aceite”, mejor dicho, “We’re not gonna take it”, ya que en esta ocasión se ahorró la clásica broma que solía hacer Dee con el guitarra Mendoza de Twisted. En líneas generales podríamos decir que fue una buena actuación pero digamos que TWISTED SISTER no pueden compararse.
URIAH HEEP
Volvemos a pedir perdón por no poder dar cobertura a todas las bandas pero esa primera jornada se presentaba como una auténtica maratón de bandas y en algun momento había que parar a repostar. Por ello, poco pudimos disfrutar de URIAH HEEP a pesar de que somos conscientes que son una de las bandas más influyentes en esto del heavy rock (y sino que se lo pregunten a W.A.S.P).
No obstante, si que estuvimos a tiempo de poder saltar, cantar y corear ese mítico “Easy Livin” de aquel “Demons and Wizards” de 1972. Por lo demás, y a tenor de lo que se pudo escuchar entre el público, los URIAH HEEP demostraron estar en forma ofreciendo un concierto que contentó a los fans plenamente aunque el sonido no fue demasiado bueno ya que practicamente en todo el concierto sonaron bastante flojos.
ACCEPT
Nuevamente volvíamos a tener la oportunidad de ver a ACCEPT en directo en el ROCK FEST. Si en el 2016 ya los tuvimos aquí, y el año pasado DIRKSCHNEIDER hizo lo propio tocando temas de ACCEPT, para este 2018 el público del Rock Fest pudo volver a corear por tercer año consecutivo el mítico “Balls to the wall”. Pero antes de eso, eso si, tuvimos ocasión de asistir al que para muchos fue el mejor concierto de esta primera jornada del festival, erigiéndose como los auténticos vencedores pasando por delante de OZZY y JUDAS. Grandes clásicos como siempre, con alguna que otra pincelada de sus últimos discos “Teutonic Terror” y “Pandemic”. Como es de suponer ver a una de las más emblemáticas bandas del metal tocar “Fast as a shark”, “Metal Heart”, “Restless and Wild” o “Up to the limit” con la contundencia con la que lo hicieron y con un público absolutamente entregado fue algo memorable.
Los dos miembros originales de la banda, Wolf Hoffmann y Peter Baltes, ambos ya cerquita de los 60, estuvieron sencillamente soberbios y el bueno de Mark Tornillo, con 63, demostró que la jubilación le queda bien lejos y que el nervio que tiene sigue intacto. Todos estaremos de acuerdo si decimos aquello de que la banda a estas alturas de la película ya no arriesga a la hora de elegir repertorio pero a veces sencillamente no hace falta arriesgar y menos en un festival de estas características en las que el perfil mayoritario de público está deseoso de disfrutar de los viejos clásicos de estas bandas a las que, tarde o temprano, se tendran que retirar ya que, guste o no, los años no pasan en vano.
JUDAS PRIEST
Uno de los conciertos que más curiosidad despertaba a tenor del éxito de su último trabajo “Firepower” era el de Judas Priest. Si antes comentábamos de ACCEPT no arriesgo en su repertonario tirando de clásicos y asegurando el éxito, JUDAS PRIEST hicieron justamente todo lo contrario. Apostaron por su nuevo material, repasaron clásicos inevitables pero en líneas generales, y a pesar de la buena forma vocal de Halford, el set list elegido por la banda acabo convirtiendo su concierto en algo aburrido. Parece mentira que con una carrera discográfica tan dilatada como JUDAS PRIEST opten por elegir una combinación de temas que sea capaz de aburrir al público (o al menos en parte).
Es destacable que JUDAS opte por recuperar temas que hace tiempo que no tocan o que no hayan tocado nunca pero, por ejemplo, recuperar la tediosa “Bloodstone” no tiene sentido. Fue triste ver como gente del público optaba por abandonar las primeras filas porque, sencillamente, ese concierto no tiraba. Como decía antes, lo destacable es que Halford está en mejor forma que nunca diría yo y el momento emotivo fue poder ver a Glenn Tipton, aquejado de Parkinson, subir de nuevo al escenario para despedir el show tocando “Metal Gods”, “Breaking the Law” y “Living After Midnight”. En cualquier caso, lo cierto es que a excepción de Faulkner (38), Sneap (48) y Travis (56), Halford y Hill superan ya los 65 tacos y Tipton ya calza los 70 y creo que es de justícia valorar que a esas edades ya no podemos esperar set-list con la garra de hace años.
Por eso creo que es importante remarcar que, al menos, llevan una escenografía en directo que convierte cualquier concierto de Judas en todo un espectáculo y es en ese sentido que podemos considerar que los METAL GODS cumplieron su misión. Seguro que tendremos más ocasiones de verles en directo y, para entonces, esperemos que sean algo más intensos pero lo que está claro es que, a día de hoy, JUDAS PRIEST siguen siendo capaces de llenar festivales y, como dice la frase, “tantas moscas no pueden estar equivocadas”.
OZZY OSBOURNE
Llegaba el turno de la supuesta estrella de la noche. El Sr. Ozzy, con 69 años de edad, nos brindó la oportunidad de disfrutar de su gira “No more tours 2” con la que se supone que va a despedirse de los escenarios. En cuanto a calidad de espectáculo, escenografía, luces y sonido, OZZY OSBOURNE fue el mejor concierto de la jornada. En relación a su set list, para aquellos fanáticos seguidores de la banda, seguramente acabarían encantados.
Si lo que a uno le gusta es la exhibición de instrumentistas, también se pudo disfrutar de un excesivo solo de batería (suponemos que para dar descanso a Ozzy) e interminables solos de guitarra a cargo del maestro Zakk Wylde. Ahora bien, y dicho esto, lamentablemente creo que viendo el actual estado de Ozzy uno puede entender rápidamente el motivo por el cual se ha anunciado esta gira de despedida que, suponemos, será real. Osbourne está mayor, ya lo sabemos, pero más o menos la misma edad tienen otros colegas de profesión como puedan ser Halford, Snider o Steve Tyler y no parecen estar a punto de morir encima del escenario.
Creo que en este concierto fue la primera vez en la que pudimos ver al vocalista de la banda pedirle al público que pidiera una canción más (normalmente debería ser al revés) y es que el show de Osbourne fue aburrido y estático. Salvando algunos clásicos como “Crazy Train”, “Miracle Man”, “No More Tears” o “Paranoid”, por lo demás el público creo que se aburrió bastante. Por poner un ejemplo, no sé si alguien podria explicar cómo se le ocurre tocar una soporifera balada como “Mama, I’m coming home” como penúltimo tema de un concierto de festival. Dicho esto, insisto en que como espectáculo visual fue el mejor montaje de la noche, siguiéndole de cerca el de JUDAS PRIEST, y también es cierto que el público llenaba el reciento presenciando a uno de los considerados fundadores de esto llamado heavy metal pero, francamente, hay momentos en los que mejor retirarse a tiempo.
Por todos es sabido que las comparaciones son odiosas, pero el año pasado pudimos ver a unos AEROSMITH con un Steven Tyler, que entonces tenía 69 (la misma edad que Ozzy), ofreciendo un concierto que nos dejó a todos pasmados en cuanto a intensidad se refiere y de aquellos en los que no puedes dar crédito de que el cantante tenga la edad que tiene. Lamentablemente Ozzy es el polo opuesto a esa actitud y realmente uno sufría viendo a ese pobre hombre agarrado al pie de micro haciendo lo que buenamente podía pero, en fin, el hecho objetivo es que el reclamo Ozzy funcionó en esta primera jornada del festival y, en consecuencia, poco más hay que decir. Al fin y al cabo los festivales se montan para ser llenados y mientras estas grandes leyendas sigan siendo rentables muy posiblemente podremos seguir disfrutándolos, o al menos, verlos, en grandes eventos.
Texto: Marcel·lí Dreamevil
Fotos: Vicente Ramírez