DARE + Deaf Leopard – 14 Enero’17 – Sala Arena (Madrid)
Una visita de DARE siempre es una alegría para los oídos más melódicos. A pesar de competir con el tráfico y con varios conciertos esa noche en la capital, dejaron tan alto el pabellón galés que sólo les faltó clavar la bandera como quien corona el Everest.
Texto y fotos: Susana Manzanares
Larga cola en la puerta, eso es bien, un buen síntoma de la buena salud que aún conservan los veteranos ingleses para su incondicional público que los esperaba y nosotros, como ellos, con enormes ganas de volver a ver a una banda que se nos resistía a esta casa desde hacía más de seis años.
Pero todo llega, y con ellos la banda que los teloneaba rindiendo un tributo a otros británicos de luxe, Deaf Leopard con Ignacio Prieto a la cabeza se subieron al escenario de la Arena con una selección de emblemáticos temas de la mítica banda y un cargamento de luz y proyecciones que acompañaron todo el concierto desde la pantalla trasera, complementando el show en el aspecto audiovisual haciéndolo más vistoso.
De Ignacio poco se puede decir que no sepamos ya, su presencia en Eden Lost, Atlas y colaboraciones varias le ha ido colocando en una buena posición de entre nuestros mejores frontman y ya nos tiene acostumbrados al huracán que levanta en cuanto se sube al escenario. En esta ocasión no iba a ser menos y como siempre sin darse un respiro con el difícil cometido de recrear a una de las formaciones más grandes del hard rock de los ochenta, nos ofreció junto con el resto de la banda una batería de himnos de Def Leppard.
Con ‘Animal’, ‘Hysteria’, ‘Pour Some Sugar On Me’, ‘Let’s Get Rocked’, ‘Photograph’, otras menos archiconocidas que las anteriores como ‘Let It Go’, ‘Gods of War’ o ‘Stagefright’ con la que no haciendo nada de gala a su significado, ofrecieron un show que si bien no empezó con buen sonido, se fue corrigiendo un poco a medida que avanzaban los temas y aunque no llegó a sonar perfecto del todo, al menos sí caldeó a los presentes haciéndolos corear buena parte de su actuación.
Tras un buen rato recordando a los de Sheffield, ya nos rugía el estómago y se nos abría el apetito de teclados y suaves viajes por el mundo de la melodía que siempre nos hacen experimentar Dare. Desde la intro envolvente, con sólo su entrada al escenario ya levantó una ovación considerable que no hacía que constatar una vez más que se les quiere, cómo no?..Dare es de esas pocas bandas que mantiene a sus fieles pese a los altibajos del tiempo y de las corrientes musicales propias del momento.
No son perfectos, ninguno lo es y sí, han tenido sus épocas y sus más y sus menos, pero siguen teniendo ese algo irresistible que te empuja a ir a verlos en cuanto pasan por tu ciudad. Por algo será… a esos temas que te transportan a verdes paisajes cubiertos de niebla, que te invitan a volar por la imaginación y a dejarte llevar a su voluntad, así es difícil resistirse. La trayectoria de Dare se remonta no sólo a sus comienzos como banda desde aquél magistral Out Of The Silence, sino a los tiempos de un jovenzuelo Darren que hacía sus pinitos a los teclados de una banda que si no es un mito ya es porque la tienen de alguna manera ‘reflotada’ por el amigo Gorham y a la que vuelve de tanto en cuando, pero que su carismático frontman lo es, está fuera de toda duda.
El rebufo a Thin Lizzy y al mito Lynnot se palpa en cada concierto de Dare porque de ese poso de los orígenes es difícil deshacerse y menos si te plantan un ‘Emerald’ que te hace temblar hasta las rodillas. Pero hay mucho concierto antes que ese momento llegue y la banda prepara al público desde nada más salir con su mejor sonrisa -que no sonido- y entre humos y ovaciones comienza el espectáculo. No obstante Dare tiene toque propio, ese inconfundible que cuando lo escuchas inmediatamente sabes que son ellos, no se parecen a nadie, no copian a nadie, son Dare y suenan a Dare. Cada noche que se suben a un escenario lo impregnan con su sello.
Esta era otra más, hay mejor forma de empezar que con ‘Sea Of Roses’? uno de los temas más queridos por el público nos da la bienvenida, el mismo que abre su obra maestra Beneath The Shining Water y ya que estamos, por no movernos de ahí continúa con otra del mismo adorado trabajo ‘Storm Wind’. A partir de ahí los primeros vientos de ‘Silent Thunder’, seguidos de ‘Home’, ‘I’ll Hear You Pray’, ‘Every Time We Say Goodbye’ o ‘Days of Summer’ de su más reciente Sacred Ground y a volar… a cual más grande demostrando que el que tuvo retuvo.
La descomunal ‘Wings of Fire’ marcó el ahora viene lo bueno que pensamos todos en los conciertos, cuando de la mitad para el final llega ese punto en el que la cosa se pone ‘in crescendo’ y nos rendimos entregados a una esplendida y compenetrada banda donde Darren y Vinny, brillaron especialmente sin desmerecer al resto para nada.
Y así van cayendo ‘We Don’t Need a Reason’, ‘Abandon’, ‘Into the Fire’ y ‘King of Spades’ vuelta a sus inicios, venga clásicos… uno tras otro hasta la culminación con ‘Return the Heart’, perfecto broche final para una noche perfecta, perfectos Dare, que nos duren mucho..
Texto y fotos: Susana Manzanares