Hoy, 27 de septiembre de 2024, se cumplen 30 años de la edición de un disco que, por fin, sacaría el nombre de una banda del circuito de bandas de culto, prácticamente (re)definiría un género y, por qué no, cambiaría mi vida para siempre. La banda, Corrosion of Conformity; el álbum, «Deliverance». Cuesta creer que ya hayan transcurrido 30 años desde entonces. Ha llovido mucho y han pasado muchísimas cosas. A día de hoy, la banda sigue activa (hay informaciones de que están en el estudio grabando su undécimo disco), pero este artículo es una celebración del que, con toda seguridad, sigue siendo considerado el mejor disco de una carrera que empezó allá en 1982.
Ahora puede parecer pura fantasía, pero COC (que es como los fans llaman a la banda) iniciaron su andadura en Raleigh, Carolina del Norte, como banda crossover – mezclando el punk, el thrash y el hardcore – con el bajista Mike Dean, el batería Reed Mullin y el guitarrista (y único miembro que ha estado ahí desde el primer día) Woody Weatherman en la formación original. COC se labraron una reputación rápidamente y alcanzaron el estatus de banda de culto, pero los años pasaban, los cambios de formación se sucedían, y la banda no acababa de dar el salto y dejar atrás el underground. Entonces, en 1991, COC editó su tercer álbum, «Blind».
Para ese disco, la formación contaba con algunas caras nuevas. Dean se había ido a vivir a la selva en Sudamérica y la banda había pasado a ser un quinteto completado por Karl Agell a la voz, Phil Swisher al bajo y Pepper Keenan a la segunda guitarra. Además, la banda reclutó como productor a John Custer, un tipo de Cary, una localidad cercana, muy integrado en la vida musical local. El resultado fue un cóctel explosivo de metal mastodóntico que incluía temas que lograron cierta notoriedad como «Dance of the Dead» o «Vote with a Bullet», una canción de cuyas voces principales se ocuparía el propio Keenan. La banda editó «Blind» a través del sello independiente Relativity Records y, al alejarse un par de pasos del sonido hardcore, empezó a llamar la atención del público más metalero.
A pesar de todo ello, la banda seguía sin ganar un duro, y si quería mantener un poco la inercia que le había propiciado su último trabajo, debía ponerse a componer cuanto antes.
En una entrevista concedida al malogrado Malcolm Dome en 2016 y publicada en Louder, Keenan hablaba de la situación de la banda.
«El tema era el siguiente: estábamos en un sello independiente llamado Relativity. Habían editado «Blind», pero cuando empezamos a preparar el siguiente disco, las cosas cambiaron dentro de la banda a nivel musical. Nos habíamos apartado de la escena hardcore-metal. Teníamos un tema llamado «Albatross» y estábamos metidos de lleno en el rollo Skynyrd. La verdad es que estábamos decididos a convertirnos en un tipo de banda muy distinta.»
COC siguieron escribiendo temas y llegó el momento de entrar al estudio. De nuevo, Custer se iba a ocupar de la producción, y se olía en el ambiente que este disco sería el que haría que estos tipos de Raleigh lograran hacerse un nombre de manera definitiva, o no.
«Estábamos muy inspirados, y todo nos salía bien. Y entonces Karl vino al estudio y saltaba a la vista que no daba la talla. Sus partes vocales no encajaban y sus letras no eran adecuadas; nosotros lo sabíamos y John Custer lo sabía, así que tomamos la decisión de deshacernos de él. Cuando eso sucedió, Phil Swisher montó en cólera y dejó el grupo, lo cual ya nos iba bien.»
De acuerdo, COC se habían deshecho de dos elementos que no acababan de encajar en la nueva idiosincrasia de la banda, pero al contar con un presupuesto limitadísimo para grabar un disco de forma independiente, estos cambios tan importantes habiendo entrado ya al estudio podían acabar resultando catastróficos.
«Mike [Dean] estaba viviendo en la selva en alguna parte, y, no sé cómo, llegó una cinta a sus manos en la que pudo oír lo que estábamos haciendo… y le gustó. Le gustó tanto que nos pidió volver al grupo, lo cual nos pareció perfecto. Lo primero que hicimos cuando volvió fue ponerle una canción a la que llamábamos «La que suena como Thin Lizzy» y que más adelante se acabaría convirtiendo en «Clean my Wounds». Mike le dio la vuelta completamente con unas líneas de bajo acojonantes. Todo parecía encajar sin dificultad.»
Con el tema del bajista solucionado, todavía quedaba arreglar el tema del vocalista. Dean y Mullin se habían ocupado de las partes vocales en los inicios de la banda, pero el nuevo estilo que querían practicar COC era algo completamente distinto.
«Me estaba dejando el alma escribiendo letras,» recordaba Keenan en Louder. «Habíamos estado probando a cantantes sin éxito y, de repente Mike me dijo, «¿Por qué no cantas tú?» Yo ya había cantado en «Vote with a Bullet», así que después de pensármelo un poco me decidí a hacerlo. El primer tema que canté fue «Albatross» y quedó muy correcta. Y ya no volvimos a mirar atrás.»
COC habían estado casi dos años en el estudio con Custer, y lo que tenían claro era que no querían que el disco saliera con Relativity. ¿Problema? Que dicha compañía ya había pagado el estudio y la grabación de lo que acabaría siendo «Deliverance.» Relativity se había ido pasando al hip-hop poco a poco, y COC ya no encajaban para nada con la filosofía del sello, por lo que pidieron ser liberados del contrato. La compañía se negó.
Y entonces sucedió lo que nadie se hubiera imaginado jamás que podría suceder.
«De algún modo, el disco llegó a manos de Don Ienner, el presidente de Columbia Records. Se volvió loco con el disco y quería firmar a la banda. Se puso en contacto con Relativity y… estos dijeron que no nos iban a dejar marchar. Decían que habían pagado los costes del disco y que no se lo iban a regalar a nadie, así que estábamos atascados. No teníamos ni un duro, yo estaba durmiendo en el suelo en casa de un colega y cuando parecía que todo iba a cambiar, se volvieron a torcer las cosas.»
Pero el destino tenía preparada una nueva sorpresa para COC. Cuando los cuatro miembros de la banda se veían totalmente atrapados por la actitud de Relativity, Keenan recibió una llamada de teléfono que no olvidará en su vida.
«Un día, alguien que estaba metido en Columbia me dijo, «echa un vistazo a la sección financiera del New York Times.» Ese comentario me dejó intrigado, así que compré un ejemplar y ahí estaba: «Sony compra Relativity Records.» Sony, propietaria de Columbia, se había hecho con Relativity y la había añadido a la lista de sellos pequeños que poseía. Te juro que me dijeron que la única razón por la que Sony hizo eso fue para conseguir nuestro disco. Sé que suena absurdo, pero es lo que me dijo la gente que estaba en contacto con Columbia. Llamé al resto de la banda, les conté que estábamos en un sello grande, ¡y salimos a pillar una de las mayores borracheras de nuestras vidas!»
El 27 de septiembre de 1994, «Deliverance» vio, por fin, la luz. El disco cosechó críticas inmejorables. El sonido de la banda había cambiado por completo, su rollo, también. Los temas sonaban a una mezcla de Black Sabbath con Lynyrd Skynyrd, una combinación extraña, a priori, pero que funcionaba como un tiro. Cierto es que tanto «Clean my Wounds» como «Albatross» siguen siendo los temas más populares de COC 30 años después, pero con otros títulos como «Heaven’s not Overflowing», «Seven Days», «Broken Man», «Señor Limpio» o el corte que da título al disco, COC se destaparon como una auténtica máquina de crear riffs memorables, bañados en groove, buenas melodías y una actitud que distaba bastante del pesimismo imperante proveniente de Seattle de mediados de los noventa.
Una de las cosas que más llaman la atención de «Deliverance» son esos pequeños interludios musicales que acercan el disco todavía más al legado de Sabbath si cabe. Todo tiene una explicación.
«Cuando nos deshicimos de Karl estábamos un poco sin hacer nada, pero el estudio ya estaba pagado. No nos iban a devolver la pasta, así que Woody, Custer y yo, con ganas de aprovechar el tiempo, nos pusimos a componer piezas instrumentales. En ese momento no teníamos ni idea de qué haríamos con ellas, y al final se acabaron convirtiendo en interludios entre canciones. Cuando salió el disco, todo el mundo dijo que era una idea increíble.»
No hace falta decir que «Deliverance» es el disco más vendido de COC. De hecho, el mes de agosto de 2023 el disco fue certificado de manera oficial como disco de oro por sus más de 500.000 copias vendidas. No está nada mal para una banda de Carolina del Norte que empezó en la escena hardcore, ni aunque tuvieran que esperar 29 años para verlo. Uno de los miembros que no pudo vivir ese momento fue Reed Mullin. Debido a complicaciones derivadas de sus problemas con la bebida, Mullin nos dejó en enero de 2020.
«Deliverance» llamó la atención de mucha gente. COC telonearon a Megadeth en la gira de «Youthanasia» que pasó por nuestro país. Recuerdo ir a verles con ganas pues habían salido en el programa de MTV Headbanger’s Ball entrevistados por Dave Mustaine , y las imágenes en directo de la banda eran pura dinamita y me dejaron boquiabierto. Cuando abrieron para Megadeth en la sala Zeleste (actual Razzmatazz) me volaron la cabeza y he sido un fanático desde entonces. La siguiente vez que les vi fue también en Barcelona, teloneando nada más y nada menos que a Metallica. James Hetfield era un fan declarado de «Deliverance» y, de hecho, en el siguiente disco de COC, «Wiseblood» (1996) Hetfield realizó una colaboración estelar en el tema «Man or Ash» de la que, en su día, se dijo que era la primera vez que Hetfield hacía algo fuera de Metallica.
Como recordaba Keenan en Louder: «Pasamos de ser una banda sin un duro, a telonear a Metallica justo antes de su show como cabezas en Donington y que el mismísimo James Hetfield se me acercara, me diera un par de palmadas en la espalda y me dijera, «Muy buen disco, tío».»
A pesar de toda esta exposición y oportunidades, COC nunca lograron dar el salto a la primera división. Siempre se quedaron en un segundo plano. Luego, Keenan empezó a tocar con Down, un proyecto paralelo con Phil Anselmo de Pantera, y esa banda se hizo gigantesca. Para los fans de varios años de COC no dejaba de ser algo frustrante que el proyecto paralelo de Keenan triunfara más que su banda madre y, por si fuera poco, eso hizo que COC disminuyera su actividad. La banda grabó un par de discos más, «America’s Volume Dealer» (2000) y el inmenso «In the Arms of God» (2005), todos ellos con Custer a la producción. En el disco de 2005, Mullin ya había dejado la banda. Más adelante regresó para grabar un par de discos con Weatherman y Dean en formato trío. Fueron años un tanto tristes para COC.
No obstante, en 2014 Keenan regresó con sus compañeros durante un largo descanso de Down, y COC volvieron a girar para celebrar el vigésimo aniversario de… en efecto, «Deliverance». Cuesta pensar que ya han pasado 10 años desde aquello. Un servidor tuvo la oportunidad de ver a la banda, por fin encabezando su propio concierto, en el Electric Ballroom de Londres, donde COC no tuvieron piedad de nosotros en un show que cubrí para esta santa casa . Más adelante, la gira de reunión llegó a pasar por nuestro país y volvimos a hablar de ellos y su paso por Barcelona . Tras 20 años, los fans de COC por fin podían disfrutar de la formación clásica descargando los temas míticos que nos habían enamorado.
En 2018, COC regresaron al estudio (claro que sí, con John Custer) para publicar «No Cross, No Crown», un disco correcto que pasó con más pena que gloria. Los problemas de Mullin con la bebida provocaron que tuviera que dejar las giras, aunque la banda siguió tocando por todas partes. Un par de meses antes de la pandemia, Mullin falleció, y los shows que se tuvieron que posponer (incluida una nueva visita a nuestro país) quedaron definitivamente cancelados.
Ahora, en 2024, Corrosion of Conformity parecen haber vuelto a la actividad. De las baterías del nuevo álbum se ocupa Stanton Moore, un músico eminentemente de jazz que ya hizo lo propio en «In the Arms of God.» No obstante, justo una semana antes de la publicación de este artículo y del aniversario del disco, el bajista Mike Dean comunicó en una nota que, tras 40 años en COC, deja la banda. El comunicado es un tanto extraño, pero tanto Pepper como Woody le desean lo mejor a su compañero de trincheras, le agradecen tantos años de música y vivencias, y confirman que la banda sigue adelante y que solo mira hacia el futuro.
Normalmente se suele decir que lo mejor está por llegar. En el caso de COC no sé si será cierto, pero lo que si lo es es que los fans de la banda les seguiremos hasta el último día. Con «Deliverance» nos robaron el corazón, dieron un puñetazo en la mesa y, de paso, casi crearon por sí solos un subgénero que mezcla stoner rock, thrash, rock sureño y sludge. Después de ese disco muchas bandas se apuntaron al carro y todas ellas siguen teniendo como referente a los de Raleigh.
«Recuerdo que teníamos una cinta con los temas sin voces. Sabíamos que estábamos haciendo lo correcto. Todo estaba en nuestra contra. Eso es de lo que estoy más orgulloso. En una época en la que todo el mundo perdía el culo con lo que se hacía en Seattle, nosotros escuchábamos rock clásico como Grand Funk Railroad e insistíamos en que eso es lo que queríamos hacer.»
Ya no queda más que abrir una cerveza, ponerse cómodo y darle al play. Nunca unos guitarrazos densos como el plomo sonaron tan dulces. Felices 30, «Deliverance.»
Edko Fuzz