Sorprendente grabación la que nos presentan los alemanes de DAR, quienes para conmemorar sus 25 años como banda.
Juan Carlos Castillo
Decidieron un día del año pasado encerrarse en su local de ensayo por dos días, sin llevar nada preparado, nada ensayado, solo de dedicaron a improvisar en una larga “jam sección”, que dio como resultado The Divine Horsemen un doble cd que en 78 minutos deja bien claro como en ningún otro disco, lo impredecible del sonido de los alemanes.
Un enorme abanico que lo mismo suena a death, a black, a hard rock, a metal, a folk, sin perder el rumbo del formato original, la improvisación, la madre de donde se alimenta este material.
El disco fue producido por Alexander Dietz (Heaven Shall Burn), quien realizo un trabajo excelente, vital, que supo darle orden y brillo a la amplia amalgama de sonidos, texturas, detalles, y matices que tenemos en esta obra que arranca de manera explosiva con Tiki y Salus y Amma Guru.
DAR – Tiki
El primero más tribal, a lo Sepultura de aquellos Roots, y que emparenta con lo que hizo Gojira en Amazonia de su disco Fortitude, atención al grito desgarrador a partir del 2.07, preparándonos para el alud de furia desalmada que se nos viene encima, y la parte de la guitarra notable, ya desde aquí Fuchs se adueña de todo con su voz, el segundo mas hardcore y el tercero más death.
Cuando llega Inka y sus 9.19 minutos todo cambia, dura más que los tres primeros temas juntos, aquí llega la parte de la improvisación, de la psicodelia, como si estuviésemos frente a la entrada de The End de los Doors, las guitarras se hacen presentes y van creciendo a partir del minuto 5 y es hasta el 6:23 cuando entra la voz y sorprende escuchar en el 7.48 cantar en castellano “somos hijos del sol” y en el 8.18 en alemán, temazo.
Enseguida Nachtblume en apenas 1.33 nos muestra su parte mas black.
Con Aletheia volvemos a los sonidos tribales o étnicos, esperas que el tema rompa, pero no lo hace. Llega Duir y al igual que el anterior aquí es donde la vena más étnica luce enormidades, instrumentos como el didgeridoo, djembe, doumbek, gong, arpa de boca, y otros cumplen su función, incluso por ahí se escucha un piano, en plan de auténtica improvisación y así como entra la voz hasta el 6:40, así se diluye entre un maravilloso marasmo musical, de nueva cuenta se escucha un canto en castellano, las guitarras se hacen presentes, esto más bien parece un ritual, la parte final es antológica, 12:14 minutos sin un solo segundo de desperdicio, una joya.
DAR – Ymir
Lo más parecido a un medio tiempo y lejos de improvisaciones o instrumentos étnicos es Children Of Mother Night, la banda directa sin ningún tipo de apoyo que no sean sus instrumentos, desgarradora voz y efectivo solo de guitarra.
El cd 2 abre con Uelewa que a lo largo de sus 9.45 minutos nos mete a una atmosfera mística-progresiva, el formato de la improvisación sin duda funciona mejor con los temas de minutaje alto, atención al grito en el 5.05 la orden para desatar el caos, la banda arremete con todo su potencial mientras que se alternan las voces limpias y las guturales, un temazo. Haka se diluye rápidamente tras la estela que deja un bajo saturado, con un fondo de gritos y percusiones demenciales.
Simbi Makya es una instrumental que en 6.59 minutos deja abierta la puerta por la cual entraran la psicodelia tomada de la mano del progresivo, de nueva cuenta es la improvisación la que domina este fantástico caos musical, incluso hay espacio para que asome la cabeza un órgano que toma el timón en la parte final de la canción y se funde con el resto de los instrumentos, una verdadera pasada de tema.
DAR- Aletheia
Lo más parecido al sonido que caracteriza a los alemanes es Wa He Gu Ru, tema con pegada y gancho.
En resumen estamos frente a un viaje impresionante y cautivador, y por increíble que parezca y como lo mencionamos líneas arriba, producto de la improvisación.
El experimento es un brillante viaje a la mente de Die Apokalyptischen Reiter.