< em>Con cierto retraso desde su aparición, desgranamos el tercer trabajo de los Alicantinos Drueida, “Collateral Damage” lleva por nombre, donde el gusto por el heavy metal de la vieja escuela es palpable a lo largo y ancho de los más de cincuenta minutos de duración de uno de los discos más redondos dentro del género en el que se mueven los buenos de Drueida.
Luis de Juan
Bien es sabido el gusto por el heavy metal en la zona de levante y de las muchas y buenas bandas que por esos lares salen a la luz año tras año. Dentro de ese placer por los sonidos más clásicos y potentes se mueven como pez en el agua Drueida. Proceden de la ciudad de Alcoy y llevan meses presentando su tercer trabajo, “Collateral Damage”, sin duda el disco de la consolidación de la banda y en el que se aprecia el rumbo que el grupo quiere y, dicho con todos los respetos, debe seguir.
La banda está formada por J. Campayo a las voces, M. Cabrerizo y O. Femenía a las guitarras, J. Penadés al bajo y J. Soler a la batería. El disco ha sido grabado al alimón entre los Fireworks Studios de Massanassa y en el propio estudio de la banda, Drueida Studios en Alcoy; siendo mezclado y producido por la propia banda y masterizado en Madrid en M20 Studio.
Del diseño del artwork se ha encargado Alberto Ortiz y el guitarrista Marcos Cabrerizo destacando la portada del CD en cuya imagen se puede apreciar como unos ojos inyectados en sangre nos observan desde el interior de una bola de cristal que se encuentra abandonada en mitad de una zona desértica rodeada de balas y monedas.
La historia de Drueida ha girado dentro del heavy metal más añejo, rápido y potente y, como no podía ser de otra manera, “Collateral Damage” debía de seguir la misma corriente. Nos encontramos con un disco en el que se intuyen muchas horas de trabajo, no solo por la duración (prácticamente una hora) sino también por la mejora que se observa tanto a nivel instrumental como literario de todos los temas que forman el grueso del Cd. A lo largo del disco disfrutamos de las influencias de la banda donde resuenan grupos como Judas Priest o Iron Maiden, apreciando el que suscribe ciertos retazos de bandas como Gamma Ray o Hellowen.
Temas como la apertura del disco, “Life Lesson”, describen a la perfección a Drueida y nos sirven de aperitivo a lo que nos encontraremos durante todo el Cd, heavy metal old school donde las guitarras llevan la dirección de la banda con J. Campayo alcanzando tonos altísimos y es que canta a un nivel excepcional. Mismo guión sigue “The Gift” que arranca con ciertos tintes hardroqueros pero que pronto nos sitúan en la onda de la banda, que no quiere apartarse de ella en ningún caso; continuos cambios de ritmo nos mantienen en constante atención. Dos pepinazos para abrir boca.
“Back from the underworld” arranca más lentita y pesada para pronto coger el caballo y ponerse a cabalgar a lomos de unas guitarras poderosísimas que prevalecen durante todo el disco con la dirección de un excelente trabajo vocal; se aprecia un sabor a los reaparecidos “Easy Rider” que a mi, personalmente, me ha molado mucho. Igual ocurre con “Forgotten Race” donde ese toque heavy nacional es palpable. Un auténtico cañón este “Collateral Damage”. Estoy disfrutando.
Muy contundente es “Scala Dei”, donde la base rítmica del grupo vuelve a pisar el acelerador. El tema cuenta con unas partes en acústico cantadas en latín que sirve para darle una parada al tema antes de volver a la cañuza. Prueba del excelente trabajo a nivel literario durante todo el disco son las rapidísimas “Seven deadly Sins”, “Influenza Pandemic” y “Sweet Death”, temas muy pegadizos que entran muy fácil y con un estribillo muy épico que queda de lujo, todo ello aderezado con excelsos punteos de guitarra.
No podía faltar la balada de rigor, “March 28th”, que nos sirve de relax tras tanta brutalidad. Muy curiosos son los dos siguientes temas, “The omen part I (Hell is your ally)” y “The omen part II (Was it real?)”, ambos muy oscuros y tétricos, con ciertos toques progresivos donde las guitarras rezuman gusto por Tommy Iommi e incluso la tonalidad vocal de Campayo es inferior al resto del disco, dándole un matiz mucho más lóbrego a lo Ronnie James Dio. En mi humilde opinión, dos temas que le vienen como añillo al dedo al disco, pues cambia un poco el tercio tras “March 28th” y nos permite disfrutar como merecen ambos temas que, para mi gusto, son de lo mejor del disco, antes de atacar al final “Too bad for heaven, too good for hell”, claro guiño al “too old to rock and roll, too Young too die” de Jethro tull, donde se aprecia un instrumental homenaje a bandas como Deep Purple, Black Sabbath o Iron Maiden. Un regalo para finalizar este trabajo redondo.
“Collateral Damage” es puro heavy metal, rápido, técnico y directo sin más ambages. No descubrimos nada si decimos que es unos de los discos del año desde luego nosotros lo hemos disfrutado de principio a fin y desde aquí les deseamos suerte a Drueida, porque condiciones y actitud las tienen todas para dar guerra en la difícil escena metálica de este país. ¡Discazo!
Luis de Juan// @SentenciadeJuan
Temas:
Life lesson
The Gift
Back from the underworld
Forgotten Race
Scala dei
Seven deadly sins
Influenzia Pandemic
Sweet death
March 28th
The Omen part I (Hell is your ally).
The Omen Part II (Was it Real?).
Toobad for heaven, too god for hell.