Dry River – 26 de Enero ’19 – Sala Copérnico (Madrid)
El trabajo bien hecho tiene su recompensa, como todo en esta vida, y eso se lo pueden decir a “Dry River” con su último “2038”.
Texto y fotos: David Aresté
Arriesgaron, apostaron todo al negro y ganaron, han ganado… y ganarán. El año pasado editaron su disco más arriesgado y ambicioso de su carrera teniendo unas críticas fantásticas por parte de medios especializados y público, que se tradujeron en los primeros sold out’s de la gira y las confirmaciones de varios de los festivales españoles para este verano. Ahora en el segundo tramo de la gira sin tantas fechas, volvían a Madrid a una sala con 200 personas más que la Sound Stage que ya llenaron.
El propio Ángel nos decía que no tenían ningún tipo de reto por llegar a otro sold out, pero estaba cantado que lo iban a conseguir… vale que tenían confirmados a tres invitados, pero no era un motivo concluyente, sino uno más de todo lo que rodea al grupo. La agenda cultural de la capital siempre es frenética, y se debería tener mucho más en cuenta que con toda la oferta cultural que había ese fin de semana (como casi todos) llenasen la sala.
El galeón de la Copérnico se fue llenando de manera escalonada viendo un espacio en la primera fila para dos cámaras además de tener varias repartidas por toda la sala. El hecho de pasar por tres conciertos con unas condiciones bastante pésimas en la sala nos hacían dudar si Dry River iban a conseguir sacarle partido a la sala para poder grabar un concierto, así que aún más riesgo si cabe. Con Dream Theater de fondo y con la típica previa de los conciertos y reunión entre amigos y conocidos se apagaron las luces para recibir a Fanfi que una vez más iba a presentar a la banda.
Como ya sabíamos íbamos a tener dos partes en el concierto, la primera iba a ser la interpretación de 2038 en su integridad y la otra que aún seguía siendo incógnita. Una intro orquestal dio pie a la salida de los músicos con el consiguiente griterío del respetable para que toda la banda atacase con “Perder el norte”, “Fundido a negro” y “Rómpelo”; tres con buen sonido y sin tenerlos en la penuria que nos tenía acostumbrado la sala y sin máquina de humo que era lo más importante de todo, parecía que iban a ganar la batalla de la logística gracias a todo el equipo que llevaban detrás.
Lo que no nos dijeron es que no iban a seguir el orden del disco y además era muy pronto para que cayese “Me va a faltar el aire”, así que saltaron “Con la música a otra parte” con un público más que entregado desde el primer minuto cantando, coreando, interactuando con Carlos y Ángel y dejándose llevar en esa noche tan especial. Para el final del tema apareció el primer invitado de la noche, Jorge Melero para marcarse con Matías y Carlos el solo final y aumentar así el éxtasis guitarrero entre los tres. Momento para el descanso con “Me pone a cien” y su ritmo chisposo con nueva salida de Fanfi para marcarse un baile con el solo de Matías. Subíamos de intensidad con “Camino”, rebautizada por parte del club de fans del grupo con otro nombre, que comenzó a dar la parte más técnica y rápida a los allí presentes. Más intensidad pero esta vez lenta con “Al otro lado” con una gran interpretación de Ángel y toda la banda que acompañó a esta balada que remató Carlos con un gran solo.
“Cautivos” con Fanfi de nuevo en escena fue puente entre emociones , su corte festivo y acústico (con parte eléctrica al final) nos hizo respirar un poco para prepararnos a lo que venía. Siempre acostumbrados a ver “Peán” cortada en el medley que hacían en su repertorio habitual, esta vez la íbamos a ver entera y disfrutarla en otro alarde técnico de todo el grupo. Salió Ronnie Romero a cantarse una parte con Ángel para darle mucho más empaque al tema y subir más aún si cabe el nivel de la canción. Se acabó el disco así que era el momento del tema con el comenzó toda esta locura de 2038, “Me va a faltar el aire” sonó elegante, con señorío y muy emocionante tanto por la banda y por la gente sabiendo lo que estábamos viviendo.
Se acabó la primera parte e íbamos a por la segunda por no decir unos bises más largos de lo normal. Salía la banda agradecida y emocionada como decía aquella, y comenzaban la intro de “Traspasa mi piel”, era quizá demasiado pronto para otro himno del grupo y acto seguido le siguió “Bajo control” emulando el inicio de su “Quien tenga algo que decir…”, otro tema rápido, coreable y de buen rollo que fue recibido por los asistentes con los brazos abiertos, querían más y aún quedaban varias joyas por descubrir.
Volvía Ronnie Romero, esta vez con Francisco Mazuecos de A.R.E y Solid Relax Project a la batería para interpretar Bohemian Rhapsody. Gran parte de Dry River forman Fat Bottomed Boys, un tributo a Queen, y que mejor voz que la de Ronnie para interpretar semejante joya, con el público ayudando y el gran solo de Carlos que se lo sabe al dedillo. Más bises, más invitados, más sorpresas…. Subió el maestro Julio Castejón para interpretar “Melani” junto al grupo y Roberto Bravo también de SRP, un tema elegante, intimista y personal… destilando la clase de Asfalto y que sus grandes admiradores como son Dry River sabieron interpretar. Más emoción con “La llave del sol”, del primer disco de los driris, con la cálida voz de Julio y el carácter intimista del tema, un fantástico cierre, previo al fin de fiesta. “Irresistible” con Fanfi bailón y Ángel con su keytar comenzaban el gran final del buen rollo y la fiesta, coronando una gran noche que “Traspasa mi piel” hizo que todos dieran el resto, el ya clásico directo en facebook de Carlos, todo salió a pedir de boca para un grandísimo final.
Una gran noche en la que Dry River se coronó en la capital gracias a su trabajo constante como decíamos al principio del artículo, y gracias a todo su equipo como también hemos dicho vencieron a la logística rudimentaria de la sala ofreciendo un gran juego de luces y sin ningún tipo de humo que nos gaseara durante todo el concierto. Además cuentan con un componente en la sombra, o no tan sombra como son sus seguidores… gran parte del club de fans de la banda se reunieron en las primeras filas para cantar, corear y bromear con la banda apoyándolos en una noche tan especial.
Es muy fácil hacer un concierto así, por las condiciones, el público, la fecha, los invitados… pero el grupo no se conformó a que se lo dieran hecho y salió a ganar desde el primer tema. Carlos y Ángel como focos principales donde se fija la gente, por su técnica el primero y la voz y el desparpajo del segundo hacen un fantástico equipo y complemento a las bases de sintetizadores de Martí, a la clase de Matías a la pegada de Pedro y el ritmo marcado de David. Un engranaje que funciona desde hace muchos años y encima del escenario se nota, elegantes, divertidos, sinfónicos, un gran trabajo para aportar cada uno de los detalles que forman Dry River.
Han dado con la tecla para tener un gran reconocimiento por parte de todos, esperamos que sigan evolucionando por ahí y que sigan aumentando su repercusión y popularidad dentro de la escena. Como siempre decimos, se merecen eso y mucho más. Es un placer ver la evolución del grupo, donde hace unos años llegaban justos a las 100 personas en la We Rock y ahora éramos 600. Esperaremos sus próximos pasos.
Texto y fotos: David Aresté