Con la cantidad ingente de festivales que este año se desarrollan en nuestro territorio, la pregunta era clara y directa: ¿Cuál de todos se la pegará? Electric Festival, Kobetasonik, Lorca Rock, Leyendas del Rock… festivales todos ellos con grandísimos nombres pero que habrían de disputarse la confianza y sueldo de los españoles en temporadas vacacionales. El mencionado Electric Festival era uno de los primeros en entrar a escena, un festival de nueva creación que, avalado por los nombres de Metallica y Rage Against the Machine, entre muchos otros, tendría lugar en la madrileña localidad de Getafe el último fin de semana del mes de Mayo. Naturalmente, Metal Symphony estuvo en el festival, concretamente en el segundo de los días, en el que se desarrollarían prácticamente todas las actuaciones de bandas de metal, a excepción de Cavalera Conspiracy, que actuaron el primero de los días.

Bajo un sol de justicia que se mostraba entre las amenazantes nubes y un gran ambiente que daba pistas del gran espectáculo vivido el día anterior con los Rage Against the Machine, Millencollin, Iggy & the Stooges y cía, enfilamos hacia la zona de acreditaciones para recoger la nuestra y acceder, sin esperar grandes colas, a la zona de conciertos. Unos minutos de toma de contacto serían suficientes para caer en la cuenta del amplio despliegue: grandísimas barras, casetas para la recogida de tickets, muchos puestos de merchandising, pocas zonas de sombra y un largo trecho entre el Escenario 1 (principal) y el 2 (carpa), que nos haría presagiar la dificultad de recorrerlo a última hora de la tarde cuando la descarga de Metallica se aproximara. A nuestro paso por el escenario 2, los modernos From First to Last hacían todo el ruido que podían ante apenas 200 – 250 personas. Es lo que tiene actuar al filo de las 5 de la tarde de un sábado caluroso.

Poca gente aún entorno a las 5 de la tarde, momento perfecto para darse una vuelta tranquilamente o simplemente adquirir los tickets para bebida y comida con el fin de evitar futuras colas. Tras los primeros minutos, enfilábamos ya hacia el Escenario 1, donde tendría lugar la primera descarga de la que seríamos testigos (sin contar el reojo que le echamos a From First to Last y ETHS), la de los daneses Mnemic, quienes, confirmados a ultimísima hora, nos presentarían su reciente “Passenger”.

MNEMIC

Puntualmente salían a escena Guillaume y compañía arropados por una afluencia que difícilmente superaría las 400 personas. Expectación dominante la que reunía frente al escenario 1 a un público frío y conservador de unas fuerzas que buena falta les harían horas después. La primera toma de contacto del día con el escenario principal no fue muy satisfactoria, en la medida que el sonido, muy flojo, deslució en gran medida una actuación enérgica de una banda cuyo estilo es mayormente indescriptible. Tenía ganas de verles, y es que no obstante en su poder cuentan con varios discos que bien podrían contarse entre los mejores del género alternativo de los últimos años, batidores perfectos de melodías, riffs pesados y bases en constante variación. Aún así, el “metal futurista” que dicen practicar no lució en Getafe como debiera, como comentábamos fruto del pobre sonido del que dispusieron. La tempranera hora, la inmovilidad de la gente y las amenazantes gotas gordas que durante la parte final de su show cayeron, creando el miedo en los asistentes, tampoco ayudaron a que temas como “Deathbox”, “In the Nothingless Black” o “Liquid” encumbraran a una banda que, por calidad, lo hubiera merecido.

Por suerte para todos aseguramos que esta no será su última visita, ya que pese a todo los daneses disfrutaron del concierto y prometieron volver pronto. Afortunadamente también, las gotas que hicieron sacar a relucir los primeros chubasqueros no volvieron a hacer acto de presencia en todo el día, para regocijo de los que sufrieron las lluvias del día anterior y los que llevaban varios días mirando temerosos la sección del tiempo en los telediarios.

Texto: Raúl del Amo
Fotos: Stuart MacDonald

THE HAUNTED

Lo único que hacía que nuestro trayecto a pié entre el Escenario 1 y la carpa o Escenario 2 no fuera perfecto eran las escasas gotas que, tras la actuación de Mnemic, de unos 40 minutos de duración, aún caían. Atípico trayecto, teniendo en cuenta que ni después volvería a llover, ni mucho ni poco, ni posteriormente podríamos recorrerlo con la facilidad y premura con la que en esos momentos podíamos hacerlo Y es que poco a poco con el transcurso de los minutos el recinto se llenaba de más y más gente que, inevitablemente, encontraría en la actuación de Metallica su particular momento de éxtasis. Pero para eso aún quedaba un largo trecho, y antes tendrían lugar un buen puñado de actuaciones la mar de interesantes, como la de The Haunted, que tan solo 10 minutos después de la despedida de Mnemic, tendría lugar en la carpa.

Difícil, muy difícil acceder a las primeras filas. Este hecho dice mucho de la capacidad de atracción de una banda que, como todos sabemos, cuenta en sus filas con dos ex miembros de At the Gates, banda que por otra parte se encargaría de cerrar el festival mediante una gran actuación con su formación reunida para una exclusiva gira. Tan solo unos meses desde que nos visitaran junto a Municipal Waste y Lyzanxia, The Haunted protagonizaron la primera aglomeración de peso del día, amenizándola con un soberbio conciertazo de thrash metal con influencias modernas de los que solo ellos son capaces.

Temas nuevos y viejos contentaron a un público que, todo sea dicho, tenía predilección por los pertenecientes a sus primeras obras. Muy animoso, el respetable tan solo echó en falta más tiempo para una banda que, lejos de especular y considerar la del Electric una actuación más, salió a darlo todo desde el primer minuto y a satisfacer a propios y a extraños, algo que todos agradecimos mucho. Fans del grupo y curiosos salieron impresionados ante la rapidez y contundencia de temas como “The Premonition” o “The Flood”, que les aseguran un muy buen porvenir por nuestras tierras. Por su actitud y buena música, ejemplo a seguir para alguna de las bandas que después actuarían, merecido se lo tienen.

Texto: Raúl del Amo
Fotos: Stuart MacDonald

SOILWORK

Avanzaba la tarde y con ella el número de asistentes, que ya desde aquellos instantes previos a la actuación de los suecos Soilwork hacía del trayecto entre ambos escenarios una misión si no imposible, si largamente dificultosa. La torre de sonido es, definitivamente, uno de los mejores lugares para escuchar un concierto, lo que no garantiza en todos los casos una potencia, nitidez y calidad óptima. De hecho, la acústica en Soilwork, banda a la que nuevamente tenía muchas ganas y para la que me posicioné estratégicamente en el lugar mencionado, distó mucho de ser la apabullante de otras ocasiones, dejándonos así un sabor agridulce a los que hemos tenido la suerte de disfrutar de sus directos en mejores condiciones.

Desde hace 4 años aproximadamente, el contacto de los suecos Soilwork con el público español se ha limitado a citas puntuales y en cierto modo exclusivas, como la del Festimad 2006, el Eastpak Antidote Tour o el mismo Electric Festival getafense. Pese a eso, el público sigue con ellos, y aunque este ha ido cambiando a medida que se iban produciendo las variaciones en sus últimos LP’s, permanece numeroso a su lado, nostálgico e incondicional a partes iguales. Como decía los de Bjorn “Speed” no se mostraron tan fieros como mismamente el año pasado en Barcelona, pero es que las circunstancias tampoco ayudaban. El sonido, que como en Mnemic no favoreció en absoluto mientras que el corto espacio de tiempo del que dispusieron, hicieron de la de Soilwork una actuación transitoria y un poquito más, representado principalmente ese plus por lo infalible de temas como “Stabbing the Drama”, “Nerve”, “As We Speak” o “Follow the Hollow”, himnos inamovibles de su, por otra parte predecible repertorio.

Tampoco faltaron temas nuevos como “Sworn to a Great Divide” o “Exile”, de su último disco, que aunque en general gustaron, no lograron mejorar un show muy flojo, teniendo en cuenta de lo que son capaces Soilwork. Cervezas en mano, miembros de The Haunted y Mnemic dudo que suscribieran mis comentarios acerca de la actuación de los suecos, a juzgar por sus espoleos desde la torre de sonido. Ellos sí disfrutaron desde su posición privilegiada.

Texto: Raúl del Amo
Fotos: Stuart MacDonald