Con motivo de la publicación de “Elegía”, nos reunimos con Carlos Escobedo y Antonio Bernardini para repasar lo que ha supuesto la salida del disco, su vuelta a la actividad y sus planes más inmediatos como banda, entre los que se encuentra alguna que otra sorpresa. Esto es lo que dio de si la conversación.
Alberto López
Metal Symphony: Sin perder vuestra identidad, “Elegía” vuelve a dar otro giro a vuestra música. ¿Vais buscando esa innovación, ese cambio, o simplemente surge fruto de vuestras inquietudes o de lo que os influya en ese momento?
Carlos Escobedo: Bueno, tengo que decir que tampoco realmente llegas a pensarlo. Cuando estás componiendo y estás, digamos, metido un poco en el proceso, lo que buscas es ese momento de inspiración, ese momento que te llama la atención y que de alguna manera te fluyen las palabras y las notas.
Luego es un poco más tarde, cuando a nivel de producción, que si que es cierto que somos muy activos y estamos todo el día en el estudio, estamos todo el día viendo tipos de sonidos y demás… si que ahí trabajamos un poco más a fondo el tema de que suene actual dentro de nuestra esencia, nuestras melodías, nuestras letras… para que al final le demos rienda suelta a eso, al sonido.
Y creo que por eso a lo mejor sí que es cierto que este disco, aunque melódicamente y a nivel de ritmos y demás evoca un poco a los discos más antiguos, yo creo que el sonido es muy actual, es un sonido mucho más moderno, mucho más contundente y pienso que hemos dado ese giro, esa vuelta de tuerca que tú comentabas.
MS: Tengo entendido que teníais pensado publicarlo antes ¿Qué ha provocado ese retraso y cómo os ha afectado?
Antonio Bernardini: Hombre, la verdad es que nuestros planes eran que no hubiera una pandemia, ¿no? (risas) y grabar el disco un poquito antes, justo después del último concierto que dimos en Las Ventas el siete de marzo. Nuestros planes eran dejar una semana de descanso y meternos a grabar.
No pudo ser, nos dieron más de una semana de descanso (risas) y tuvimos que grabarlo durante el confinamiento. Los planes de sacar el disco después del verano se fueron al traste y se ha tenido que retrasar todo. Pero como todo en la industria.
También, como antes decía Carlos, nos ha venido bien. Dentro de lo malo que es todo, y de lo mal que se está pasando en la industria de la música y en la cultura en general, nos ha venido bien para hacer este disco, todos los detalles, el arte… todo. Si no, quizás no habría quedado una edición tan espectacular. De lo negativo hay que sacar siempre algo positivo.
MS: Ya que mencionas el arte del disco, ¿Cómo surge la participación de Diana?
C.E.: Ella pinta. Nunca ha querido dedicarse a ello de una manera oficial, siempre ha sido un hobby. Y bueno, uno de los dibujos que hizo, lo vi así como más oscuro, más lo que me mola a mí y le propuse hacer un cuervo para la portada.
Yo creo que “Elegía” si que tiene esa imagen del cuervo, que mitológicamente hablando es un poco la muerte, ese alma perdida y demás… Le dije de hacer una prueba y tengo que decir que me quedé alucinado. Además, lo que es el diseño de la portada creo que fueron tres horas de trabajo.
Cuando me lo enseñó estaba prácticamente acabado y me quedé alucinado, pensé: justo esto es lo que tenía en la cabeza. Y a partir de ahí fui liándola para hacer todos los interiores, las letras… la pobre estuvo todo el verano pasado funcionando a muerte, me decía: me tienes explotado (risas).
Y esto es lo bueno que nos da la pandemia, tener este tiempo para desarrollar cada canción, escucharla, ver la letra, ver que te evoca, a dónde te quiere llevar y que la ilustración vaya acorde con la canción. Ha sido muy fácil trabajar de esta manera y un orgullo, por supuesto.
Creo que a la gente, además, le está encantando. El formato vinilo deja patente esos detalles, esa acuarela, que casi parece más un libro de pintura, ¿no?. Mola mucho mezclar la música con todo tipo de arte.
MS: ¿Por qué Elegía como título?
C.E.: Sobre todo hay una de las canciones que lleva ese nombre y es un homenaje a nuestros dos compañeros perdidos, tanto a Alberto Madrid como Big Simon. Elegía no deja de ser un recurso poético que habla y evoca al lamento, a la pérdida de alguien querido, y yo creo que el disco tiene un poco ese carácter.
También hemos pasado por una pandemia, por unos momentos donde hemos perdido a seres queridos muchos de nosotros y de alguna manera es un poco homenaje a eso. Sin verlo de una manera muy negativa, pero si valorar la vida un poco más.
Creo que es un reflejo de los Sôber más oscuros, de esa parte un poco más melancólica y de ahí viene un poco el título y el concepto de todo el disco.
MS: En los créditos apareces (Carlos) como compositor de todos los temas, tanto letra como música. ¿Cómo ha sido el proceso de creación del álbum?
C.E.: Es fácil, tampoco tiene una complicación muy grande. Yo hago las canciones, les voy dando forma, por lo menos teniendo toda la idea clara y luego lo que hacemos es ir al local e ir viendo partes, momentos, donde los riffs se respetan o se modifican un poco.
Luego cuando ya está todo eso, se lo pasamos a Javier Blanco, que es el arreglista, y el le da otro toque. Hacemos toda la maqueta y luego va al estudio. Al final va pasado por muchos procesos donde se va puliendo ese diamante. Por eso hemos querido compartir con los fans esas demos, donde esta la canción y ves como se va desarrollando hasta que llega al disco.
Este disco ha sido más sencillo. Otras veces nos metemos en el local de ensayo y estamos ensayando las canciones nuevas mil años, y eso, a veces nos da pie a enriquecerlas más, pero otras perdemos la esencia de como surge la canción. Esta ve ha sido respetar la esencia y darle pinceladas.
A veces menos es más y en este caso creo que la contundencia que tiene este disco y los riffs tan claros creo que son consecuencia de eso, de haber trabajado de esta manera.
MS: Ya que hablamos de sonido. Antonio, ¿Cómo trabajas los efectos de la guitarra? Algo tan característico de la banda…
A.B.: Me suelo encargar de todo el tema de delays, de ambientes, de darle ese maquillaje, esa chispa para que la canción tenga otro tipo de atmósfera. A mí una de las bandas que más me gusta en U2, y el guitarrista The Edge es el perfecto ejemplo de lo que me estás preguntando.
Es un guitarrista que a lo mejor no es Yngwie Malmsteen, pero es un tío que es un arquitecto del sonido. Está todo el rato buscando el efecto que si lo complementas con el otro, o lo pones en una cadena o en otra te da diferentes cosas. Es cierto que hay muchos efectos, muchos pedales y muchas cosas que te evocan para hacer una canción.
Nos ha pasado con anterioridad muchas veces, que cierto efecto te saca una idea para hacer un riff.
Los sonidos de este disco son básicamente delays, reverbs muy largas en ciertas partes, jugando incluso a emular sintetizadores… mucho fuzz también, que la gente lo asocia un poco más al mundo del Indie o el Garage, y nosotros lo usamos muchísimo en el disco, para reforzar y dar esa presencia de guitarras que te da en la cara.
MS: El bajo está más presente que nunca, ¿Cómo lo has trabajado, Carlos?
C.E.: Eso está provocado porque por primera vez hemos grabado un disco con un bajo pasivo. Se tiene el concepto de que los bajos pasivos, que no tienen ese previo, son más del rock antiguo, un sonido más antiguo. Siempre solía utilizar bajos activos, con ese grave tan redondo, pero al final hay que ver la definición.
En este disco hemos apostado por bajos mucho más… casi más cercanos a las guitarras. Por eso tienen ese punto “medioso” que te da la definición y no lo pierdes en ningún momento del disco. Hay incluso en canciones como “Seda y plomo” que todavía tiene un punto extra de distorsión.
Al final se graban cinco pistas de bajo, donde una está por un amplificador de guitarra, donde está el sonido saturado, otra lleva un Ampeg, otra… al final es una especie de ir sumando todo aquello que te hace falta en el bajo.
Tengo que decir que íbamos construyendo como el que construye una casa, entonces la batería y el bajo ya tenían un 80% del sonido del disco y luego complementábamos con las guitarras y los detalles por encima.
De ahí viene que el disco lo pones y suena muy amplio, suena muy grande, y eso no ha llevado también a un trabajo importante a nivel de ingeniería de sonido, ir sumando, no nos gusta, cambiamos… Pero el sonido del bajo, es el sonido pasivo del bajo. Así pasa, que yo ya en directo solo llevo bajos pasivos porque creo que hemos dado con la tecla, ¿no?
MS: Desde luego. A mí, personalmente, como bajista, me ha flipado el sonido
C.E.: Pues es un bajo, que es un Music Man, pero al final es un concepto antiguo de bajo. Pastillas pasivas y sin previo activo, entonces al final lo que tienes es mucha definición y todo ese gordo, ese grave, lo sacas procesando.
El resultado es un timbre muy serio que además se une con las guitarras de tal manera que, si quitásemos el bajo, hasta sonarían más finas.
MS: A parte de los adelantos, me quedo con canciones como “Oasis”, “La máscara de hierro” o “Seda y plomo” ¿Cuál sería vuestra favorita del disco?
A.B.: Pues mira, yo coincido contigo en “Seda y plomo”. Me parece una canción contundente, con una letra también muy contundente y… el riff es que es… claro siendo guitarrista, cuando una canción empieza así… Para mí es de las que más me gusta. Me gustan todas, pero esa quizá es la que más me da de lleno en la cara.
C.E.: Como oyente yo me quedo con “Eclipse”. ¿Cuándo estás tocando? es otra cosa, claro. “La máscara de hierro” yo sé que en directo va a funcionar muy bien por todo el aire que tiene, el estribillo que tiene, la parte central que tiene… es una canción muy divertida, que va a ser muy divertida de tocar en directo. Pero como oyente le doy al play y “Eclipse” me transmite una serie de emociones que me siguen poniendo la piel de gallina.
MS: ¿Cómo surge la colaboración de La Bien Querida?
C.E.: Nunca hemos hecho ninguna colaboración en ningún disco y entonces, bueno, quería salir un poco de lo estipulado, que es… bueno, como eres un grupo de rock, buscamos una voz de rock y una parte muy cañera y que aporte.
Entonces dijimos: ya que hacemos una colaboración, será en una canción tranquila y será de una manera más sutil, mucho más sensible. Yo soy amigo de Ana y se lo propuse. Tengo que decir que fue muy sincera y me dijo: bueno, vamos a probar y si sale bien, pues perfecto, y si no pues no pasa nada.
Y la verdad es que fuimos al estudio y hubo una química brutal y creo que la canción ha quedado genial.
MS: Esta misma mañana hemos conocido que habéis entrado en la lista de los más vendidos en España, ¿qué se siente?
C.E.: De puta madre (risas)
A.B.: La verdad es que, joder, después de ver el panorama musical, y las listas los últimos meses, ver a dos grupos de rock o de metal, o como quieras llamarlo, en los dos primeros puestos me parece que es dar una bofetada de realidad a la gente que ha quedado por abajo.
Aunque duremos poquito, pero da a entender que el rock está lejos de morirse, que cuando se hacen proyectos buenos se ponen en los primeros puestos, que cuando vienen grandes grupos de rock a España se llenan estadios y se llenan festivales, pero también hay grupos y artistas en los primeros puestos que tocan en salas pequeñas.
Con esto quiero decir que el rock está muy lejos de morirse y el que lo piense que se tome dos tacitas (risas)
MS: Fuisteis de los últimos en parar y de los primeros en volver. ¿Cómo os sentisteis el otro día en el Madrid Escena, otra vez delante de vuestro público?
C.E.: Yo tengo que decir que me sentí súper a gusto, que de alguna manera parecía que te acababas de bajar el día anterior de otro escenario. Realmente la maquinaria está echada a andar y creo que incluso las canciones nuevas encajaron perfectas dentro del set-list.
Nosotros encima del escenario estábamos como un reloj y las nuevas incorporaciones, porque hemos cambiado el sistema de monitorado y hemos hecho una serie de cambios, funcionaron a la perfección. La sensación fue… yo no lo hubiese imaginado tan bien nunca.
Todo funcionó a la perfección, el equipo técnico, Rober que ya también está con nosotros, la portada justo detrás en la pantalla… todo encajó tan bien que no lo hubiésemos ni siquiera soñado.
MS: Fue un repertorio con únicamente “Verona” y “Mi heroína” como novedades. ¿Pensáis ir incluyendo más temas de “Elegía” más adelante?
C.E.: Si, la verdad es que lo que estamos dando es un poco de pie a que la gente vaya escuchando el disco. Tenemos alguna otra canción preparada, entonces, a medida que la gente vaya oyendo el disco y lo vaya asimilando iremos viendo.
Nos parecía un poco fuerte un primer concierto, a una semana prácticamente de haber salido el disco, con cinco o seis canciones nuevas. Pero nuestra intención, por supuesto, es presentar el disco metiendo gran cantidad de sus canciones en el set-list.
Además es un disco que nos va a mantener todo 2021 y 2022 presentándolo e intentando estar por todos los lugares de España y Latinoamérica.
MS: Has respondido en parte a mi siguiente pregunta (risas). ¿Qué planes tenéis en función de la evolución de la pandemia y las restricciones y medidas de seguridad?
A.B.: Tenemos esperanza que para primeros de año todo esto se calme un poco. Y aunque la gente tenga que ir con mascarilla, pero no haya distancia.
Que las salas puedan volver a abrir y hacer una gira de presentación en condiciones del disco, que además creo que es un disco que se merece una presentación bastante potente por toda España y Latinoamérica, pero haciéndolo como se hacía antes.
Yo creo que hasta que no se puedan abrir las salas con cierta normalidad, la presentación oficial no se va a dar. Haremos concierto, como estamos haciendo ahora, metiendo pinceladas del disco .
El disco se merece una presentación en condiciones, con una escenografía en concreto y que con la que está cayendo no se puede hacer al 100%. Y es un disco que se merece estar al 100%.
MS: Entrando en otros temas. ¿Qué hay de una posible reedición de “Superbia” por su décimo aniversario?
C.E.: Joder, ¿y quién te lo ha contado?
MS: Tu (risas)
C.E.: Si, si. La verdad es que lo teníamos pensado. Porque fue el disco de la vuelta de Sôber después de ese parón y es también un disco muy querido, con canciones muy importantes que siguen estando en nuestro repertorio. Creo que es un disco que se merece una reedición y poder hacer algo chulo.
Yo creo que cuando uno se siente orgulloso de un trabajo, aunque suene un poco pedante, hay que hacerlo en condiciones y hacerlo guay, y yo creo que si que merece la pena. Es un disco que se había quedado un poco obsoleto, porque es un disco que sacó Sony, y ya sabes que las multinacionales pasan un poco de todo, entonces hablamos con El Dromedario Records y les apetecía hacerlo.
Lo que pasa que no queremos, por supuesto, eclipsar la salida de este disco. Pero bueno, es una cosa que está en mente y no tardando mucho haremos algo bonito para esos diez años ya de “Superbia”.
MS: Ya para ir terminando, ¿qué sentís cuando otros artistas os piden usar vuestra música en sus proyectos, como el caso del escritor Blas Ruiz Grau, que utilizó “Náufrago” para su book-trailer?
C.E.: Hombre, es un orgullo. Tengo que decir que cuando alguien, para un libro, para un tráiler, para un documental… te dice: oye, ¿puedo utilizar tal canción? que, ¿sabes qué pasa? que define brutalmente lo que quiero contar en el libro.
Pues te hace sentir que dices, ostia, es que al final la trascendencia de las canciones… parece que tu las grabas, las dejas ahí… pero al final la gente las hace suyas, se casa poniendo “Náufrago”, hace un book-trailer poniendo “Náufrago”…
Al final se escapan, ya no son tuyas, son del resto y la verdad es que te sientes muy orgulloso de que canciones así formen parte de otro tipo de proyectos y otro tipo de arte.
MS: Por nuestra parte solo nos queda agradeceros este rato y desearos lo mejor.
C.E.: Muchísimas gracias a todos los lectores y a vosotros por apoyarnos. Estamos en contacto.