Como teloneros a la actuación de los cabezas de cartel se presentaban por primera
vez ante el público catalán unos jovencísimos AVATAR que nos traían su nuevo
trabajo «Thoughts Of No Tomorrow» death metal melódico al más puro estilo de
Gothenburg. Guitarras realmente potentes acompañadas de una desbocada batería
y una no menos agónica voz por parte del cantante que contrastaba toscamente
con la aparentemente delgada complexión de la banda. Pudimos observarlo curiosos
tras su actuación ya que majamente se mezclaron con el público mientras intentaban
echarse algo digno a la boca para cenar algunos, y otros iban en busca de nuestras
direcciones de correo electrónico para enviarnos información sobre la banda,
imagino. En definitiva resultó una combinación de melodía, rapidez y brutalidad
bastante recurrente para una banda que se mostró muy agradecida.

El espectáculo dio paso a los más esperados de aquella auténtica noche nórdica;
EVERGREY, que también nos venían presentando su último trabajo en estudio «Monday
Morning Apocalypse».

Tomas S. Englund y los suyos fueron apareciendo poco a poco convirtiendo el
escenario en algo visiblemente más pequeño de lo que era debido a la enorme
dimensión de los suecos.

Uno de los detalles inesperados de la noche fue no encontrar en las filas de
la actual formación a su bajista Michael Hakansson, aunque teniendo en cuenta
la seria actitud de los músicos sobre el escenario no resultó un detalle estrictamente
relevante -por muy frío que suene-. No pueden presumir Evergrey de poseer un
sonido totalmente nítido en sus actuaciones una vez que se hayan todos sus instrumentos
en ejecución, aunque es el precio que han de pagar por esa maravilla de melodías,
voces y detalles instrumentales tan cristalinos en sus discos.

El show se abrió sorprendiendo a muchos con «Solitude Within», el primer corte
de su álbum ‘Solitude+Dominance+Tragedy’ del ’99. Esta pincelada ofreció verdadera
confianza acerca de las múltiples sorpresas que podían estar escondidas en ese
set list que anunciaba ser un buen repaso a toda la carrera de la banda. Unos
teclados un tanto psicodélicos anunciaban «End Of Your Days» con la contundencia
que representan sus guitarras rítmicas realmente poderosas.

Tal y como continúa su álbum ‘Recreation Day’ siguieron con «As I Lie Here
Bleeding» con un público eufórico que no dejaba de alzar sus brazos coreando
ese: "falling…"

En la siguiente fueron los golpes de batería y el teclado de Rickard Zander
los que nos anunciaban uno de los mejores cortes de su nuevo ‘Monday Morning
Apocalypse’ «Obedience» un tema al más puro estilo ‘gothenburg’ cuyo comienzo
llega a recordar incluso a Dark Tranquillity. Este corte representó una buena
prueba hacia el nuevo bajista ya que el instrumento en cuestión se sale. El
duelo de solos entre Englund y Danhage fueron de lo mejor de la noche con un
sonido especialmente afilado.

Sin apenas dejar tregua la banda interrumpió nuestros aplausos y alaridos con
«The Great Deceiver» y ese bestial juego de guitarras que quien más quien menos
se ha tirado sus horas delante del disco para aprender a seguir ese diabíloco
ritmo.

Continuaron con una buena porción de su último trabajo ‘In Remembrance’, «Till
Dagmar» -bellísima intro de piano- + «Still In The Water» con unos solos de
guitarra realmente electrizantes y «Monday Morning Apocalypse» un tema con una
contundencia brutal que demostró claramente que el nuevo álbum está hecho para
el directo.

La banda entre tema y tema se fue mostrando más carismática a medida que avanzaba
el concierto contrastando quizás esa seria interpretación de los temas con los
momentitos sociables entre Englund y el público, eso sí, aprovechando cada pausa
para dar unos nobles tragos a sus botellas.

Con «Mark Of The Triangle» llegó mi momento de gloria, un tema de su álbum
‘In Search Of Truth’ cargado de buenísimos detalles rítmicos que no dejan de
alternarse con unas guitarras aplastantes totalmente contrarias a la delicadeza
de los teclados. El espectáculo de sus melenas haciendo de molinos de viento
puso la guinda a este corte que para mi representa la esencia de lo que llega
a albergar esta banda.

Continuaron con «Blinded», otro de sus mejores y más potentes temas. «More
Than Ever» siguió demostrando el amplio repertorio del que dispone la banda,
un tema muy convincente para la banda también, ya que pudo observar lo mucho
que el público se había empapado de sus letras. Lo mismo pudieron comprobar
con «I´m Sorry» aquella deliciosa balada de piano del ‘Recreation Dy’ que poco
a poco va ‘in crescendo’ hasta llegar al momento orgasmatrónico de su solo de
guitarra. Un tema ideal para acabar fumándose un cigarrillo pasando de las normas
del estilizado lugar y dar paso a lo que sería un fugaz descanso previo al bis.

R. Zander tomaba posición tras sus teclados para hacer sonar la notas que entablarían
la espectacular instrumental «When The Walls Go Down» y esa genial batería que
delicadamente le va aportando más cuerpo hasta acabar en esa bestial explosión
de guitarras acompañadas de una peluda coreografía perfectamente sincronizada.
Un espectáculo digno de presenciar, si es que puedes dejar quieta tu cabeza.

«Recreation Day» y «A Touch Of Blessing» ueron las siguientes en caer para
cerrar finalmente con unos teclados un tanto psicodélicos y un furioso solo
de guitarra que desenvocaron ante la slicitada «The Masterplan» un tema que
fue apoyada adictamente por un público más que satisfecho y es que la actuación
había sido más que excelente. La banda hizo un hueco en el escenario para subir
a uno de los jóvenes del público que lucía un enorme tatuaje con el logo de
la banda, y quisiera destacar su momento de gloria porque me pareció una actuación
realmente correcta, tal y como había sido la de la banda hasta el momento. Allí
estuvo ese chico bebiendo ese refresco de naranja que le pasó la banda, apoyando
el estribillo del tema, con una alegría que se le salía del alma y cuando consideró
que ya estaba bien, sin más, se bajó del escenario. Duele que a veces prejuzguen
al público heavy de violento cuando somos unas personas tan majetas.

En fin, tan sólo me cabe destacar la entrega y la sutil complicidad de los
músicos con el público que hacen de Evergrey uno de los directos más atractivos
de la escena nórdica cuyo carisma está fuera de dudas.

Texto: Angi Reyes
Fotos: Vicente Ramírez

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