Desde que el mundo es mundo o, más recientemente, desde que el metal es metal, Grave Digger vienen haciendo lo mismo con escaso margen para la innovación. Cualquiera que haya seguido un poco la trayectoria de los germanos sabe esto y es razonable no esperar ninguna novedad en este Healed by Metal cuya carta de presentación es un tema homónimo que deja claro que aquí estamos para rememorar las viejas glorias de los 80.

Sara J. Trigueros

Las cartas de la baraja con la que juega la banda de Chris Boltendahl están, pues, descubiertas sobre la mesa desde el «Healed by Metal» inicial con el que se rompe el hielo. De un lado, encontramos una base rítmica sencilla pero potente, que sirve de metrónomo para bien delimitados riffs que únicamente en las antesalas de los solos dejan ver un lado más melódico. Del otro, relativamente jocosos estribillos que contrastan con el buen hacer de Alex Ritt. Nada nuevo bajo el sol, pero con clase.

En seguida, fieles a una vertiente de speed metal tan violento como veloz, «When Night Falls» apela a la hermandad tan manida de los temas épicos. Aquí lo más destacado es la versatilidad de la melodía del estribillo que funciona todavía mejor en la variación que se realiza desde las seis cuerdas. También a horcajadas entre la variación y el homenaje se encuentra «Lawbreaker», que recuerda a un punto intermedio entre Motorhead y Judas Priest en carácter e inflexiones vocálicas.

«Free Forever» vuelve a recoger algunos elementos del corte con el que se abría el disco. En este caso el oyente se encontrará con que lo que parecía un medio tiempo cercano al ¿hard rock? se transforma rápidamente en un himno que, de nuevo, encuentra su punto fuerte en el estribillo, tal y como le sucede a «Call for War» en la vertiente más agresiva del disco. La «llamada» de este tema parece querer conducir a una segunda mitad donde prima el reconocimiento y repetición de lo que les ha traído hasta aquí.

Como esos buenos discos que van de menos a más y acaban en un punto álgido, «Ten Commandments of Metal», «The Hangman’s Eye» y «Kill Ritual» forman un triplete en el que lo único que empaña el conjunto son unas letras algo repetitivas. Obviando esto, estamos ante tres piezas donde Stefan Arnold y Jens Becker juegan con cambios rítmicos («Ten Commandments of metal, «Kill Ritual»), Axel Ritt se luce como nunca en los solos («The Hangman’s Eye», «Kill Ritual») y donde por fin se aprecia que cuentan con un teclista («The Hangman’s Eye»).

La recta final es una recapitulación en toda regla, si acaso con una atmósfera ligeramente más oscura y la inspiración que exige pretender que el cierre de un álbum sea al mismo tiempo su cenit. Si bien «Hallelujah» no es lo mejor que tienen en este lanzamiento, cuenta con un solo que recuerda al Wolf Hoffmann de finales de los noventa. Y, como anticipaba al comienzo del párrafo, «Laughing with the Dead» tiene el mérito de ser uno de los temas más completos: a todo lo anterior se le suma que, desde una estructura absolutamente clásica, destacan los graves y se deja algo de espacio creativo al bajo.

Alejados de florituras y experimentos, Grave Digger una vez más firman un trabajo sólido y familiar. Quizá, en retrospectiva, un trabajo repetitivo y cómodo, pero que cumple con las expectativas (altas o bajas) que cualquiera pueda tener de antemano. Desde luego, después de más de treinta años, uno ya debería saber a qué atenerse.

Sara J. Trigueros

Temas

Healed by Metal
When Night Falls
Lawbreaker
Free Forever
Call For War
Ten Commandments of Metal
The Hangman’s Eye
Kill Ritual
Hallelujah
Laughing with the Dead