El teclista de Dream Theater nos presenta un nuevo trabajo. Y es que el teclista neoyorquino suma ya 20 lanzamientos a nivel individual, algunos de ellos de versiones, interpretaciones a grand piano, pero este nuevo lanzamiento está enfocado como una obra de perfil banda, con composiciones nuevas, multi-instrumetal y contando con colaboradores, fundamentalmente en el aspecto vocal, siguiendo la línea de su álbum “Wired for madness” de 2019.

Toni Marchante

Como no podía ser de otra forma, este trabajo lleva el sello exclusivo de Jordan Rudess, con un peso importante en cuanto a teclados, unas composiciones progresivas donde usa recursos de otros muchos estilos y la elegancia enrevesada que siempre desprenden sus composiciones.

Como hemos comentado, el álbum cuenta con la colaboración de varios músicos, desde el batería Darby Todd (Devin Townsend, Martin Barre), al cantante Joe Payne (anteriormente con The Enid) o los guitarristas Bastian Martinez y Steve Dadaian. Pero hay una colaboración que es muy especial y es la de su hija, ya que se ha ocupado de las letras del álbum.

Las formas en la que se grabó el disco dista mucho de las de antaño, pero que ya viene siendo muy habitual en los tiempos de hoy y más tras la pandemia. Rudess compuso por su cuenta el total de la música de todos los instrumentos del disco, incluyendo las melodías vocales, y solicitó a los colaboradores que grabaran sus partes con sus propios instrumentos. Luego Rudess trabajó con esos fragmentos para pulir lo que sería el disco final.

Jordan Rudess – Embers

n muchos momentos del álbum, el oyente identificará muchos sonidos y momentos que les recuerden a Dream Theater, pero no son influencias de esa banda, son elementos salidos de la mente de Jordan, que inculcó a Dream Theater tras su unión al grupo y que por lo tanto lo identifican.

Partiendo de ahí, en este trabajo no solo escucharemos melodías y filigranas, la aportación de Joe Payne en la voz, posiblemente cree debate sobre la idoneidad de su estilo vocal, pero en mi opinión, le da un toque de distinción y supone un aspecto diferencial respecto a los vocalistas de este género musical, una voz suave con tendencia a acabar en tonos agudos, que encaja perfectamente con el engranaje instrumental.

El álbum se compone de 9 canciones que nos hacen disfrutar durante 55 minutos. Comienza con «The Final Threshold» y la introducción ya es muy reconocible, recordando a sus tiempos de Dixie Dregs o a su proyecto con Morgenstein. Tras la intro, el corte muta radicalmente a un entorno más melódico y menos virtuoso, centrándose en arropar a la voz.

Jordan Rudess – Embers

 

La siguiente pista, «Into the Lair», tiene más arreglos técnicos, la batería se exhibe más, la voz sigue siendo la protagonista. La parte vocal se desarrolla en líneas melódicas tranquilas y las partes instrumentales nos muestran los desarrollos sonoros y técnicos a disposición para el disfrute, todo muy bien engranado y estructurado. En “Haunted Reverie” la parte vocal cobra el principal protagonismo, pero la cantidad de capas y arreglos dotan al corte de un aura especial; voz, teclados, batería, todo encaja perfectamente.

La intro inicial de “The Alchemy” se nos hace muy familiar, pues es puro Dream Theater, pero a partir de ahí, tenemos un claro homenaje sonoro a una banda amiga como es Haken. El enfoque de la canción y el tratamiento de las voces son un referente claro. La riqueza que nos ofrece ”The Alchemy” es ilimitada, cantidad de grandes momentos, con incansables repuntes de teclas, un trabajo a la batería muy bien trabajado, melodías preciosistas y un buen encaje de la voz que redondea los perfiles melódicos. En definitiva, un gran tema progresivo.

“Embers” es uno de los temas destacados del álbum, un claro ejemplo de lo que supone la simbiosis entre el piano de Jordan y la voz de Payne. Un tema sin complicaciones, lleno de belleza y con una buena melodía. “Shadow of the Moon” sigue la línea de los temas melódicos y menos complejos del álbum. En este caso se trabaja más en el estribillo en cuanto a los coros. Ambos cortes se postulan como los grandes singles de este trabajo.

Jordan Rudess – Embers

 

En “Eternal” hay más aproximación al metal progresivo, por lo que lo que podemos escuchar, está muy cercano a los Dream Theater en su faceta “The Astonishing”. “Footstep in the Snow” es un tema pausado donde la voz de Payne me recuerda mucho a la de Darren Wharton de Dare. El cierre bien de la mano de “Dreamer”, un corte hecho a base de capas de teclados, muy cinematográfico, de banda sonora; el típico contexto para enclavar las letras de créditos.

En resumen, «Permission to Fly» es un gran álbum que nos muestra la esencia creativa de Jordan Rudess, su arte para jugar con los sonidos, para ejecutar las canciones con su maravillosa técnica y destreza, crear sus orquestaciones espectaculares, a las que añade las letras de su hija y la aportación de sus ayudantes.

Jordan busca en este trabajo desmarcarse de la línea habitual de su banda principal, tal y como suele hacer también James LaBrie , para ofrecernos otros contextos sonoros, aunque sea inevitable que en algunos momentos hayan referencias sean reconocibles.

Toni Marchante

Temas:

1.The Final Threshold
2.Into the Lair
3.Haunted Reverie
4.The Alchemist
5.Embers
6.Shadow of the Moon
7.Eternal
8.Footstep in the Snow
9.Dreamer