Tras más de 4 años sin disco con el nombre de Jorn, el cantante escandinavo presenta este Life on Death Road, con la intención de mejorar y relanzar su carrera en solitario que durante los últimos años ha vagado un tanto a la deriva. Y el problema es que este trabajo tampoco es una maravilla, ni creo que vaya a servir como trampolín para devolverle a la cumbre, ni mucho menos.
Belch
Es un disco de aprobado raspón y más por su voz es increíble, y la banda que lleva es de auténtico lujo que por las canciones en sí. El problema principal es que un gran, magnífico cantante, de los mejores en la actualidad sin duda, no es tiene el mismo nivel como compositor. Muchos ejemplos a lo largo de la historia de grandes cantantes en buenas bandas que han fracasado y patinado estrepitosamente cuando se escapaban del abrigo de la banda madre. El ejemplo más claro lo tenemos en su anterior trabajo junto a Trond Holter (Dracula – Swing of the Dead), en el que se nota la mano en las composiciones del guitarrista creando un magnífico trabajo, y ya si nos remontamos años atrás, todos nos acordaremos de lo buenos que eran Masterplan. Sin embargo, cuando se queda en solitario al mando el frontman en la composición, a menudo acaba decepcionando, como es este caso. Y es que me deja un regustillo a más de los mismo que en anteriores ocasiones, solo que relativamente mejorado.
Las canciones quedan faltas de magia, deslavazadas, sin pulir y sobre todo sin gancho. Y resulta más sangrante con la gran banda que lleva a sus espaldas, con Alex Beyrodt a las Guitarras (Primal Fear y Voodoo Circle), Mat Sinner (Primal Fear) al bajo, Alessandro Del Vecchio en los teclados y producción, Francesco Iovino a la batería. En definitiva una banda de auténtico lujo que ni tan siquiera destacan individualmente salvo pinceladas del guitarrista de Primal Fear. Me queda la duda de si contará con este equipo en su gira, lo cual sería un aliciente muy importante para ir a verle cuando se acerque por nuestras tierras.
Para poder disfrutar algo del trabajo, lo he tenido que reproducir bastantes ocasiones ya que la primera sensación es realmente muy negativa, sin una canción que enganche o te haga flipar. Con las escuchas acabas destacando algún que otro estribillo, alguna melodía más inspirada. Si bien las canciones no son redondas, sí que tienen partes, cachos interesantes cada una. También destacar que tampoco hay una canción que destaque especialmente en negativo, no hay una canción que llame la atención por ser relleno en absoluto. Dicho lo cual, tampoco ayuda que sea un disco largo ya que, se acaba haciendo algo largo de escuchar.
Como notas positivas la producción que ralla a un nivel muy alto y el nivel vocal que exhibe el cantante noruego. No es noticia, esto último, pero no por conocido hay que olvidarlo, ya que realmente tiene una fuerza que mezcla de manera magistral con los toques melódicos. De temas interesantes destacaría I Walked Away, un blues rock muy a lo whitesnake, The Optimist una balada curiosa con un solazo del señor Beirodt o el trallazo con las mejores melodías de todo el disco como es Fire To The Sun.
En definitiva, un servidor esperaba bastante más de este trabajo que requiere tiempo de escucha para poder disfrutarlo y que en ningún caso pasará a la posteridad. Sin embargo, haciendo un poco memoria, quizás sea de lo mejorcito que tenga, a mi parecer, pero aun así no le llega y no le vale para destacar como se esperaba.
Belch
Temas:
1. Life On Death Road
2. Hammered To The Cross (The Business)
3. Love Is The Remedy
4. Dreamwalker
5. Fire To The Sun
6. Insoluble Maze (Dreams In The Blindness)
7. I Walked Away
8. The Slippery Slope (Hangman’s Rope)
9. Devil You Can Drive
10. The Optimist
11. Man Of The 80’s
12. Blackbirds