Una de las bandas más auténticas y sinceras que salieron del movimiento hardrockero angelino de finales de los ochenta, Junkyard, vuelven con nuevo disco de estudio 26 años después (!) de su último trabajo, aquél maravilloso "Sixes, Sevens and Nines" (1991). El motivo de tal salto temporal no es otro que Junkyard nunca se comieron una rosca. Así de claro. Durante muchísimos años fueron una banda totalmente ignorada excepto por algunos sibaritas del género que conocían el nombre de la banda porque Axl Rose lucía una de sus camisetas en fotos de la primera épooca de GN’R.
Edko Fuzz
Sin embargo, esas fotos precisamente hicieron que, poco a poco, más y más gente se fuera interesando por Junkyard y acabaron descubriendo una banda que había sacados dos solidísimos discos finales de los noventa y que habían sido injustamente ninguneados por industria, crítica y público a partes iguales. Ese creciente interés hizo que Junkyard se reunieran a principios de los 2000 para hacer unos pocos conciertos y, desde entonces, se han ido manteniendo más o menos en activo a pesar de los cambios en la formación.
Así llegamos hasta 2017 en que este nuevo trabajo, "High Water" ve la luz. Y la verdad es que el resultado es más que notable. Junkyard han vuelto por todo lo alto haciendo lo que mejor saben: puro hard rock con esencia punk. Este disco es un explosivo cocktail de guitarrazos e improperios soltados por el carismático David Roach que le alegran el día a uno. Sin ir más lejos, tenemos los arrebatos AC/DC de "Faded" (que ya apareció en un single hace un par de años), que se combinan perfectamente con unos aromas más sureños (otra seña de identidad en los primeros discos de la banda) como los de la fantástica "’Til The Wheels Fall Off" o "Hell or High Water".
El único pero que se le puede poner a este disco es su producción de bajo presupuesto, muy lejos de la excelencia sónica de su inolvidable debut de 1989, pero eso no hace si no añadirle un punto más de autenticidad al disco. Es gracias a este sonido que cosas como "Cut From the Same Cloth" o "Hellbound" suenan más creíbles que cualquier cosa que haya sido editada en estos últimos tiempos. Y es esa autenticidad y sinceridad de la banda que hace que temas como "Styrofoam Cup" o "Don’t Give a Damn" puedan ser apreciadas por el público hard rockero a pesar de no ser precisamente ejemplos claros del género.
La verdad es que se alegra mucho uno de que Junkyard sigan vivos en un mundo de mierda como este. El Rock ‘N’ Roll necesita más bandas de este tipo activas todo el tiempo. Los de Hollywood siguen teniendo un directo arrollador, y acaban de añadir un montón de buenos cartuchos al saco de munición para poder renovar el set de directo. Esperemos poder disfrutarlos con una cerveza fría en una mano mientras levantamos la otra y nos desgañitamos con el estribillo de "W.F.L.W.F.". Larga vida a Junkyard.