Nos encontramos ante uno de los mejores discos de la década. Esta afirmación puede parecer exagerada, pero cualquiera que se tome la molestia de escuchar el primer tema (Send a message from the heart) de esta colosal obra maestra entenderá a qué me refiero. El grupo, en el que milita el genial vocalista Goran Edman (Y. Malmsteen rising force entre otros proyectos) ha sabido combinar la fuente de la música progresiva, el jazz, y el rock más atrevido en su trabajo. Este disco suena añejo, pero a la vez suena como algo moderno, un soplo de aire fresco en el aburrido panorama actual. Este disco tiene Pink Floyd, Yes, Asia, Genesis, Marillion, Jehtro Tull…
Abre el disco «Send a message from the heart», en un inicio lento y pausado, en el que la tensión va creciendo poco a poco con la voz suave del señor Edman, en un homenaje a Pink Floyd y otros grupos de la época dorada del rock (que no metal) progresivo. Los teclados y la ambientación musical acompañan perfectamente a una voz que transmite optimismo y alegría. El climax aumenta hasta llegar a un punto álgido, donde el tema toma tintes más progresivos, muy parecidos en estilo a la fascinante banda «Marillion». Posteriormente, un puente más lento, con un sonido muy añejo, y unos toques de guitarra que nos traen de nuevo a los años dorados de Pink Floyd, con voces muy del estilo de Supertramp y con un cierto sabor a musical. Después encontramos con un pasaje progresivo que va creciendo en intensidad, completamente instrumental. El teclado y el piano son de gran importancia aquí, haciendo melodías que cambian, y la batería demuestra un saber hacer impresionante; casi dan ganas de bailar. Las guitarras tienen un tinte de jazz que encandilará a los amantes de la fusión. Este pasaje me recuerda mucho a los mejores temas de Yes; es absolutamente fabuloso, casi un primor. Les sigue un solo de teclado, también con un estilo muy de jazz, en el que el resto de los músicos se conjugan en un transfondo con sabor funky, hasta que finalmente viene una sección con una melodía de guitarra, algo que media entre la tristeza y el optimismo; todo un colofón para hacer sentir que nos introducimos en el corazón del compositor.
Si me explayo tanto con este tema es porque representa el espíritu de un disco, y es fabuloso. Dura unos 20 minutos pero no cansa en ningún momento, es increíble lo que esta gente es capaz de componer. Tras el susodicho solo viene una sección más blusera, seguida de más voces, todo sin decaer ni un solo instante en composición; tan pronto suena a Jehtro Tull, como a Yes, Pink Floyd… Pero también suena al año 2008. Ciertas reminiscencias de Pain of Salvation, y una calidad vocal y musical al alcance de un puñado escaso de bandas. A quienes les aburran los pasajes instrumentales de Dream Theater (no es mi caso) seguramente les fascine este grupo, puesto que tienen más melodía y una composición muy elaborada.
Después entra «Let in hollywood», un tema con un sonido más actual, pero que mantiene la tónica. Es un tema animado, con una instrumentación y un colchón musical buenísimo, interesantes y bien escogidas lineas de voz… A ratos suena como podrían haber sonado los Genesis más clásicos hoy en día. Tiene un aplastante patrón de guitarra que recuerda a los mejores SoundGarden, y de nuevo podemos saborear toques de jazz y funk por todas partes. La batería hace un trabajo soberbio, aunque sería un pecado destacar un elemento de esta genial banda por encima de otro. Es un tema más comercial, más rockero y directo, con bastante predominio de las melodías de voz; a destacar un buen solo de teclado y una sección acústica que hace que el tema gane interés.
Después tenemos otro tema largo, el homónimo del disco, «Who’s the boss in the factory?». Un tema que roza la balada, muy sensible. Se mueve entre la balada y el medio tiempo. Definiría este tema como melancólico. La instrumentación es una maravilla, como todo el disco. El piano rellena un trasfondo que se mueve entre el recuerdo nostálgico y la tristeza. De nuevo, un tema que dura casi 15 minutos y no decae en ningún momento. Es casi un musical; Edman interpreta con tal sentimiento que podemos imaginarlo a solas consigo mismo en un cuarto en penumbra. Después, un cambio que recuerda mucho a los Asia de la segunda mitad de su carrera, y una sección que media entre Pink Floyd y el rock más actual. ¿Hay algo que esta gente no sepa hacer? Nos encontramos conque casi todos los temas del disco repiten las melodías,variándolas sutilmente, de forma que hay un hilo conductor a lo largo de cada tema, pero sin aburrir en ningún momento. Este tema en concreto vuelve en cada cambio a una melodía solapada, pero hay que prestar atención para advertirlo. Tras la sección más alegre vuelve la calma, en una larga y agradable sección instrumental con tintes de música clásica. El solo de guitarra es precioso, a la altura de los grandes, con gusto y calidad a raudales, al igual que el solo de teclado.. El final, una apoteosis que estalla en los oídos, fabuloso.
Finalmente uno de mis temas favoritos, «Two blocks from the edge». Este tema mantiene el espíritu general del disco, y es más audible para los que no estén acostumbrados al progresivo (aunque al que no le gusten grupos como Pink Floyd seguirá sin gustarle). Una intro acústica y una voz con retazos de Leonard Cohen que se desliza con suavidad hasta alcanzar su plenitud a la vez que lo hace la música. Simplemente perfecto. Un riff genial, un sonido aplastante, saxos clásicos… Temas como este hablan por si solos, un sonido de guitarra claro, guerreando con el saxo, sin dejarse ir, un bajo que aplasta, que recuerda tiempos en que la música de masas fue mejor… Los solos de este tema son, simplemente, de otro planeta.
Para rematar, un tema dividido en dos partes, «Eternally». Una intro con sabor a música clásica, un piano triste, y de nuevo una fusión, una melodía que hace de hilo conductor con el resto del disco y nos transporta a otros mundos, incluyendo instrumentos poco usuales del rock. En este tema si que predomina un cierto ambiente trágico, y de nuevo es loable el trabajo de Edman. Es el final de un disco, el final de una historia. Solo espero que Karmakanic siga por este camino.
En resumen; un disco fabuloso, de principio a fin, que debería entrar en la historia por la puerta grande. Un trabajo difícil de superar, magnífico, estupendo, grandioso… Me quedo sin palabras para definir lo que ha sido una de las mejores experiencias musicales de mi vida…
Belial Báez
Temas:
01. Send A Message From The Heart
02. Let In Hollywood
03. Who’s The Boss In The Factory
04. Two Blocks From The Edge
05. Eternally Pt: 1
06. Eternally Pt: 2