Kvelertak año 0. Cuando en medio de la gira presentación de Nattesferd (2016) Erlend Hjelvik abandonó la banda por desavenencias con el rumbo que había tomado la banda en los últimos tiempos la nave zozobró, se abrieron vías de agua en la línea de flotación y parecía irremediable que se hundiera en el mar del fracaso. Tal era el carisma del Hombre Búho y su aportación al carácter e identificación de la banda. Pero nada de eso ocurrió: Ivar Nikolaisen (The Good, The Bad and The Zugly, SIlver) acudió al rescate, ya conocía la banda puesto que había sido invitado a cantar en Blodtørst. Håvard Takle Ohr también se unió a la banda en sustitución del batería Kjetil Gjermundrød y la verdad que su aportación es más que ilusionante.
La gira siguió, la banda teloneó a Mastodon (ofreciendo un bolazo memorable en Barcelona en una abarrotada Razz1) y anunciaron que un nuevo disco estaba al caer.
Aliento contenido.
Ivar posee un registro distinto al de Erlend, es evidente. Sus bandas supuran más Punk que Black, bastante más… Qué nos encontramos en el nuevo plástico? Discordia (esta sería la traducción del título) está servida. Sinceramente creo que este disco es un paso adelante, un empuje respecto del tercer disco de la banda. La senda ha virado, debía hacerlo. No hubiese entendido que simplemente se cambiara un cromo por otro. Kvelertak sigue siendo Kvelertak pero en su nueva versión.
Splid se publicó el 14 de febrero de este año 2020. Los focos estaban puestos en cómo sería la evolución de la banda después del pseudo paso en falso de Nattesferd y la influencia que pudiera tener el nuevo frontman en el sonido de Kvelertak. Digo pseudo paso en falso porqué contiene temazos: 1985 sin ir más lejos, pero perdieron algo de frescura buscando sonidos más densos y oscuros (la sombra de Black Sabbath es alargada).
Según palabras de la banda este álbum hace referencia a la estupidez humana, su inacabable voracidad… como leit motiv me encanta pero lo bueno, lo realmente bueno es lo que contiene: la música.
Siempre me ha parecido espectacular su nivel instrumental y esta nueva entrega reafirma esta percepción. Rogaland es el disparador, la chispa que prende la mecha de la carga explosiva que es este Splid. Queda claro y diáfano que las estructuras clásicas de la banda están ahí y este tema se encarga de demostrarlo aunque también se nota la esencia más punk de la que hablábamos.
Parece que la relación durante el tour con Mastodon fue más estrecha que simplemente acompañar a los gigantes de Atlanta. Troy Sanders aparece en la demoledora Crack Of Doom. El corte es sencillamente acojonante y el inicio del disco apabullante. Las dudas que podían quedar suspendidas se diluyen rápidamente. Este es el primer tema cantando íntegramente en inglés, la sonoridad Kvelertak sigue muy presente y la aparición de Troy le da una presencia exuberante. Mayúscula. Un rompecuellos asegurado. El video clip del tema lleva mensaje oculto: dejar atrás a Erlend. Ivar se encasqueta la totémica máscara de búho. Su cuerpo dado vuelta arde. Toda una declaración de intenciones…
Los cimientos de esta nueva época se van destilando poco a poco aunque no se reniega del Black imperante en los primeros discos: Necrosoft nos lleva a las épocas de Meir o Kvelertak. Si por aquí va a seguir el curso de la banda, apostamos todo! Como balanza el punk más desatado de Discord y esas guitarras más cortantes ya presentes en 1985 o Bruane Brenn y tantas otras. Encima, si tienes a Nate Newton (Converge) dándote una mano en este temón, nada puede salir mal. Nada puede salir mal y nada lo hace, menos si el guitarrista de esta bandaza llamada Converge, Kurt Ballou, produce de manera magistral el álbum, como ya hizo con los dos primeros discos: Kvelertak y Meir.
Este disco está inspiradísimo: Bråtebrann es otra muestra de ello. La introducción es espídica, maravillosa, para reducir la velocidad en el estribillo llenando el tema con coros cuasi-Queenescos para remontar de nuevo el vuelo y llevarnos muy, muy arriba.
Uglas Hemoni da otro golpe de timón adentrándose en terrenos Punk Rock, los pies se te van a ir solos a sacar el polvo del suelo con esto. Un riff puramente Kvelertak, rabioso y enérgico, otro gran tema.
Y aún queda el rush final que, lejos de bajar la calidad e intensidad, potencia el lado más creativo del grupo. Faden ta dette hull! Es inmensa, una combinación cuasi imposible entre Thin Lizzy y los primeros Slayer, quizás sea una obra más cercana a Nattesferd pero infinitamente más redonda, elaborada e inspirada. Con Tevling llegamos a momentos post-punk (rallando el shoe gazing) un medio tiempo que va avanzando y acelerando hasta que detona en el momento justo, cuando debe. Y entonces aparece Stevnemøte Med Satan la puerta de entrada a los dos últimos temas del álbum. La artillería pesada. Pero antes, este Stevnemøte Med Satan, reposado como un buen tequila, reposado a la manera de Kvelertak, claro.
Entramos directos al tramo final: Delirium Tremens. Y aquí ya salta todo por los aires. Con una intro que me recuerda a Refused, el tema se va encabronando, retorciendo, tomando aire como un animal sediento de sangre y hambriento de carne. A mi modo de ver la banda supo empaparse de todo lo bueno que es Mastodon. La progresión del corte es abrumadora, muy a la manera de los de Brann Dailor. Como reinterpretación de Acqua Dementia… una verdadera locura, un Groove arrollador, 8 minutos que te borran de la faz de la tierra para transportarte a otro lugar, dentro de ti o muy fuera… pero absolutamente en otra esfera. Soberbia. Solo por este tema el álbum es imprescindible. Math metal, doom, prog, todo esto se da la mano aquí. Casi nada.
Ved Bredden av Nihil podría quedarse simplemente como el último tema de este discarral. Después del corte anterior es difícil llegar a llenar el espacio sonoro con algo que te atrape. Bien, esperad a que arranque este último corte y me diréis. La sonoridad más blackie vuelve para quemarte vivo en esta locura final. Tras un arpeggio descomunal, la locura, de nuevo.
La banda está que se sale en todo el disco, suenan más que contundentes, suenan como una banda empapada de creatividad, renovada y con el hambre de comerse el mundo tan necesario. Ivar escupe con rabia cada estrofa, blast beats de locura (ojo con la batería de Håvard). Estos tipos son capaces de llevarte desde la desgarrada visceralidad del black a sonoridades más elaboradas, inmersivas con una facilidad pasmosa y así como una vela que brilla más que nunca antes de apagarse, Splid se desvanece antes tus ojos: Como una aparición, como agua escapando entre los dedos, como un sueño al despertar.
Kvelertak siempre ha sido difícilmente clasificable y lo siguen siendo. Han tomado un nuevo camino sin perder su esencia, con cambios de formación, un disco anterior titubeante: Nada de eso importa ya. Splid es tremendo, contiene tanto, tan variado y tan bien parido que es difícil decantarse per algún tema en particular, lo mejor, sumergirse en él con toda la atención de la que seas capaz. Han sabido evolucionar, pasar página y renacer cómo la nueva banda que deben ser. Cuando se pierde una pieza nada que igual, saber verlo y modificarse ante lo nuevo es un acierto. Kvelertak lo ha hecho.
Marcel Palagós
Temas:
1. Rogaland
2. Crack of Doom (feat. Troy Sanders – Mastodon)
3. Necrosoft
4. Discord (feat. Nate Newton – Converge)
5. Bråtebrann
6. Uglas Hegemoni
7. Fanden ta Dette Hull!
8. Tevling
9. Stevnemøte med Satan
10. Delirium Tremens
11. Ved Bredden av Nihil