Dios Salve a la Reina – 2 de Noviembre’18 – Sala La Riviera (Madrid)
No hace ni un año que nos emocionábamos con “Dios salve a la reina” en el Palau de la Música en su anterior gira, que ya estaban de vuelta por España aunque esta vez en recintos más pequeños (algunos), celebrando su 20 aniversario.
David Aresté
Fotos: Susana Manzanares
Por toda su carrera y trayectoria no les hacía falta venir el mismo fin de semana que salía “Bohemian Rhapsody” (de la cual han estado haciendo promoción bajo la aceptación de May y Taylor, en vez de ellos) , pero suponemos que la promotora si que lo agradeció teniendo prácticamente llenos todos los locales donde han ido. Como siempre hemos dicho, DsR van más allá que un grupo tributo ya que llevan 20 años con ello y un nivel de profesionalización fuera de todo grupo tributo al uso, siendo reconocidos como el mejor tributo a Queen, y siendo sinceros lo hemos podido comprobar cada vez que los vemos en directo.
Caía el soldout en Madrid a los pocos días del concierto, ya que el recinto era más pequeño… pasando de la mitad de la arena del Wizink a la Riviera. En cambio en las otras fechas eran teatros o pabellones, que sin duda es el terreno por donde se mueve el grupo. Para la ocasión, venían anunciando que iban a basar su repertorio en el concierto que dio Queen en Wembley durante su Magic Tour el año 86, pero al final solo se limitaron a seguir el mismo orden en el inicio y al final. Quizá incluir temas como "Seven Seas of Rhye","Impromptu" o "Tear it up" era para neófitos de la banda, y demasiado largo… para los cools que estaban allí por ir a un concierto de rock y por los curiosos traídos por el oleaje de la película.
Así que cayeron como tres ases “One Vision”, “Tie your mother down” y “A kind of Magic”; como decimos el mismo inicio rockero del concierto, casaca amarilla y delirio colectivo. No importaba que no siguieran nada, la gente caía rendidos a sus pies con: “Spread your wings”, la emocionante “Who wants to live forever” , la curiosa “Millionaire Waltz” o momentos mágicos con “Love of my life” o el solo de May en “Brighton rock”. Hubiese estado gracioso que hubieran añadido el medley acústico de versiones de "Baby I don’t care", "Hello mary Lou" y "Tutti Frutti" acabando con el "Gimme Some Lovin".Llegaba la parte final antes de los bises y había que despegar hacia el éxtasis, así que a excepción de “Don’t fool me” que cortó un poco el ambiente levantaron hasta el último de la sala con “Hammer to fall”, “I want to break free”, “Radio gaga” y nos emocionamos todos con “Bohemian Rhapsody”.
Los bises no iban a dejar momento que se nos quitara el nudo del estómago con “The Show must go on”, “Big Spender” lo disovlió un poco, pero volvió con “We will rock you”, “Friends will be friends” y “Watc”.A modo de saciar la sed de subidón de la gente pusieron con calzador el “Don’t stop me now”, la canción más feliz del mundo (según un estudio) y que quizá por temas publicitarios pueda levantar más el ánimo a día de hoy, quizá no lo hiciesen si supieran su verdadero significado.
Concierto impecable como siempre el de los argentinos, que hicieron vibrar a una Riviera hasta los topes. Como era de esperar todas las miradas se centraban en Pablo Padín, fantástico frontman que no para un segundo y que hace de todo, canta, toca el piano, se cambia de ropa, se disfraza… Le sigue Francisco Calgaro como Brian May, cumpliendo de forma más que notable su trabajo a las seis cuerdas dotando del sonido característico del grupo a las canciones, que junto Ezequiel como John Deacon forman la base y Matías a la batería pegando fuerte a los timbales.
Sensacionales como siempre, vale que no es el grupo original, que esas canciones no son suyas, y demás quejas de tiquismiquis musical… que más da? Lo hacen muuuy bien, y te lo pasarás aún mejor, que necesitas más? Los esperamos pronto, todo el mundo debería verlos.
David Aresté
Fotos: Susana Manzanares