Nuevo supergrupo el que surge de la mano de Frontiers, en el que se han unido músicos de la talla de Matt Sinner, Alex Beyrodt, Roland Grapow, Russell Allen o el omnipresente Alessandro Del Vecchio, que está en todas partes, para dar forma a un buen disco de hard rock pero del que algunos esperábamos un poco más.
Con la calidad de los músicos que se han juntado, no puede salir un disco malo, eso es evidente, pero muchas veces estos supergrupos que aparecen de mano de discográficas y demás dejan sabor agridulce en el que se echa de menos algo más de química, de trabajo de grupo como tal. De hecho, a medida que vamos escuchando el trabajo, vemos que toma prestado de muchas bandas en las que militan sus componentes, faltando quizás un elemento común, una identidad que los diferencie.
Lo que es evidente es que lo mejor que tiene este Chapter One es la labor individual de cada uno, que en lo suyo son realmente muy buenos. Si no fuese por estas genialidades, el disco hubiera pasado sin pena ni gloria por la escena. Mención especial al señor Allen que consigue que luzcan temas más bien normalitos como si fueran temas mucho mejores, su labor a la voz es realmente sobresaliente.
Abren con uno de los grandes temas de este Chapter One como es Cry No More, con riff marca de la casa Beyrodt y sus Voodoo Circle y que los amantes de la banda alemana acogeremos con buenos ojos,y esperaremos que el resto de cortes vayan por el mismo camino, aunque pronto veremos que no. Solo tenemos que esperar a Soul of a Warrior, tema que le sigue para ver un cambio a toques más progresivos que cambian a ambientes más heavys con When the Nighttime Comes. Como ves una mezcolanza de estilos interesante pero sin una línea de identidad más allá de la voz de Allen. En esta última estaremos rememorando bandas como Masterplan del señor Grapow.
One Way Street nos lleva a pasajes más oscuros y siniestros y más en la onda progresiva de Allen en sus Symphony X. Es quizás de los temas más frescos y sorprendentes, en el sentido que no suena a temas de otras bandas y el estribillo es de los más adictivos de Chapter One.
Blasphemy por el contrario, nos presenta un corte muy épico y orquestal, con Allen cantado en modo ópera rock. Es quizás el corte más progresivo y el más difícil de asimilar coqueteando incluso con el Thrash Metal por momentos.
Last Man On the Earth nos devuelve a un hard rock más clásico, no tan directo como Cry No More, pero con un estribillo adictivo aunque repetitivo en exceso.
In for the kill por su parte suena a I Want Out de manera descarada, intentando aprovechar la fórmula del éxito que catapultó a los germanos pero acaba siendo un corte poco atrayente ya que el original ya existe y ya nos encantó a todos.
All Hope is Gone nos viene por duplicado, en versión normal y en acústico. Una gran balada sin duda, donde Allen la luce de manera sublime pero que resulta más bien poco original ni sorprendente.
Cuando no esperamos mayores cambios, aparece Demonized, un trayazo heavy directo con Allen dejándose la vida en cada frase. Corte de carretera y velocidad.
Para sorpresas dejar para el final uno de los mejores estribillos como es el que encontramos en Forevermore, que tras un riff extraño y descafeinado da lugar a un trallazo heavy de lo mejorcito del disco, con tintes oscuros y más noventeros que le dan un aire original e interesante al corte que nos despide.
En definitiva, muchos estilos se encuentran dentro de Chapter One, lo que consigue que no nos aburramos escuchándolo pero que tampoco nos enganche ni nos apasione. En general, un servidor esperaba algo más por el cartel y el nombre que traía la banda pero queda como un trabajo escuchable, interesante para pasar el rato o llevarte en el coche pero muy lejos de obras maestras. Ójala el Chapter Two o como lo quieran llamar si es que sacan una segunda entrega, corrija ciertos errores porque de estos músicos puede y debe salir algo grande.
Temas:
1. Cry No More
2. Soul of a Warrior
3. No Turning Back
4. One Way Street
5. Blasphemy
6. Last Man on Earth
7. Scream and Shout
8. Voice of the Wilderness
9. All Hope Is Gone
10. Demonized
11. The Soul is Eternal
12. Forevermore
Componentes:
Russell Allen – Lead Vocals
Mat Sinner – Bass, Vocals
Roland Grapow – Lead Guitars
Alex Beyrodt – Lead Guitars
Randy Black – Drums
Alessandro Del Vecchio – Keyboards