Gansos Rosas – 14 de Abril’18 – Sala Zero (Tarragona)

Salieron tan sorprendidos de su primera visita a Tarragona el año pasado, que muchos de los integrantes de la banda decían “vamos a coger ya fecha para el año que viene”, y así fue… Gansos Rosas repitieron fecha en Tarragona con tan solo un año de diferencia.

David Aresté

Lejos de acordarte de ellos como una banda tributo, los madrileños Gansos Rosas son como la Nocilla, que siempre están ahí… pasando ya los 10 años de actividad aquí siguen, rememorando el amplío abanico de temas de Rose y sus secuaces, haciéndolo con actitud y una demostrada experiencia encima de las tablas añadiendo los conciertos de otros proyectos o bandas principales en las que estén.

  

El año pasado centraron su repertorio en el Appetite for Destruction pero esta vez no había nada que celebrar, así que tirando de repertorio básico nos ofrecieron los mejores temas de los americanos, así… a quemarropa. Puede parecer un partido ganado el hecho de montar un set de versiones ya que todo el mundo se intuye que se tiene que saber las canciones… pero obviamente no es siempre así, y aquí pasó algo por el estilo.

La experiencia es un grado, y los Gansos tienen ya una poca como decíamos y se arriesgan a añadir algunos temas más desconocidos en el set como "New Rose" o "Attitude"que cantaba Duff (Alber Solo), "Right next door to hell" o "Dust’n’bones" que cantaba Izzy (Txarly), cosa que les honra tener ese punto diferente lejos de cualquier banda que va a lo seguro. Para compensar eso si, sacaron a la Santísima Trinidad a la mitad del concierto: “November Rain”, “Sweet Child O’mine” y “Welcome to the jungle” y aquello se caía como es normal, parecía el final del concierto… Pero no fue así, después de este subidón el grupo volvió a arriesgar enseñando más joyas de la banda y siguió con “Estranged” (cosa que nos encanta, ya que no vimos el anterior concierto) pero parece ser que a la mayoría de la sala no tanto, y todo aquel ambiente se rebajó a algo más insulso.

   

Aún había esperanza ya que quedaba la parte final del show, pero un solemne “Knockin’ on heaven’s door” no consiguió levantar aquello antes de los bises. Volvieron pero como hemos dicho ya estaba todo encima de la mesa, y por si fuera poco los amigos Rosas sacan a relucir un "Reckless Life" dentro de esta vertiente de riesgo que no enciende a la gente. Kalen, al igual que la anterior vez mandó apagar las luces y que la gente alumbrara el escenario con las linternas de su teléfono para ambientar “Don’t you cry”, balada de baladas… Acabaron como no puede ser de otra forma con “Paradise City”, fiesta, diversión y otro momento potente que intentó que la noche quedase en alto.

Para nada queremos dar a entender que fue un concierto malo, simplemente vimos que no eligieron bien el orden de temas y no provocaron la misma reacción final en el público, que por cierto volvió a llenar la sala. La banda lo bordó como siempre, con Txarly y Jorge a las guitarras repartiéndose la labor solista, Alber solo contundente al bajo junto a Johnny Biscuit creando la base rítmica, y Vic Alonso al teclado aportando ese sabor clásico y añejo de algunos temas. Lo que si nos sorprendió es el gran nivel que rayó en toda la noche Kalen a las voces, preguntándonos si no hay alguna posibilidad de que Hard Wires (si todavía siguen, hace mucho que no se sabe nada de ellos) saquen disco o que se vaya con alguien y que lo muestre al mundo, que puede hacer mucho más que cantar “Welcome to the jungle” durante todo el año.

  

Arriesgaron pero no ganaron (del todo), gran concierto de una banda que va más allá de ser una “copia de…”, arriesgan, se implican, lo viven, transmiten que es lo importante y tocan más que bien, es un placer verlos. No os los perdáis.

David Aresté