Cuando hablamos de música en general a parte de las canciones, nos centramos en un mayor porcentaje fundamentalmente en lo humano, en el músico, en el protagonista. Opinamos fundamentalmente sobre sus cualidades como músicos. Si además hablamos de libros, todos nos cuentan biografías, anécdotas, historias de un artista o una banda, pero en general es difícil encontrar libros que hablen de algo tan importante como los instrumentos, algo indispensable y transcendental cuando hablamos de música. Para abordar este tema ya habría que irse más bien a revistas especializadas, más orientadas hacia los músicos, que son los que viven intensamente y disfrutan de los instrumentos, sus novedades y en muchos casos de su desarrollo y evolución.
Toni Marchante
“Los Instrumentos musicales del Rock Progresivo” es un libro absolutamente asombroso que me ha sorprendido sobremanera. Principalmente por su originalidad y por cómo se ha concebido. En lo que yo conozco, no había visto nunca un libro con esta perspectiva, un libro de música donde los protagonistas son los instrumentos y los músicos son actores secundarios. Un libro de 286 páginas, con la calidad de papel que siempre ofrece Círculo Rojo Editorial y que viene ilustrado con más de 500 fotos. El autor de esta obra es Gerard Bassols Teixidó, multi-instrumentista aficionado y amante del rock progresivo que observó la inexistencia tanto en España como fuera de nuestras fronteras de un libro que tratara los instrumentos musicales destacados de este género. Esta inquietud le animó a crear un blog sobre el tema que ha acabado en convertirse en este libro, que incluso ya tiene su versión en inglés.
Desde los 60 hasta nuestros días los instrumentos musicales han cambiado drásticamente. Pasamos de lo analógico a lo digital, de las prestaciones que nos daba unos instrumentos determinados a interfaces controladores que se nutren de bibliotecas de sonido ilimitadas. Pero en ese camino, el viaje ha sido mágico y eso es lo que nos cuenta este fantástico libro, repasando de forma amena los instrumentos más relevantes en ese trayecto, contándonos cómo funcionan los más emblemáticos y dejándonos anécdotas de las vivencias de los músicos con los mismos.
El libro en concreto se centra en los instrumentos que han formado parte de la historia viva del rock progresivo, un estilo de música que ha tenido sus altibajos desde los 60 hasta nuestros días, viviendo una época dorada en los años setenta para caer en picado, mantenerse con una pequeña llama hasta resucitar en este siglo XXI y mantener su cuota de seguidores, sin llegar para nada a la popularidad de los setenta. Y es en el progresivo donde se ha gestado siempre los laboratorios de I+D de los instrumentos musicales, porque es en este estilo donde más variedad de artefactos se han utilizado y donde los músicos han experimentado con más énfasis ya que la experimentación, la búsqueda de cosas nuevas, la técnica y el virtuosismo han sido siempre una característica del género y un reto que les ha llevado a optimizarlos. Por eso, este libro aunque repase los instrumentos de rock progresivo, repasa al mismo tiempo los instrumentos de muchos estilos musicales en general, ya que los músicos independientemente de la música que hagan, siempre han tratado de buscar la excelencia y eso es algo común en todos los estilos.
La estructura del libro es sencilla, ya que divide sus partes en grupos de instrumentos. Los separa en teclados, guitarras y bajos, percusión y baterías para terminar con otros instrumentos y efectos de sonido. Casi la mitad del libro está dedicada a los teclados, cosa más que lógica, ya que es el tipo de instrumento que más evolución y variedad ha presentado a lo largo de los últimos 60 años. Desde el Chamberlin hasta los actuales teclados Nord van pasando por los emblemáticos mellotrones, moog en sus múltiples variedades , Hammond, ARP, Farfisa, Fairlight, Fender Rhodes, Yamaha DX7 y muchísimos otros más, algunos de ellos prototipos, keytars (que son los teclados portátiles sujetados por correas colgados al hombro) y secuenciadores debidamente analizados; percibiendo durante el transcurso de las páginas el cambio de la monofonía a la polifonía, el descubrimiento del MIDI… en un viaje temporal donde puedes descubrir artefactos curiosos y donde intercalan comentarios y fotos relativas a los músicos. Gente como Tony Banks, Rick Wright, John Lord, Jordan Rudess, Geoff Downes, Pete Bardens, Edgar Froese, Jean Michel Jarre o como Rick Wakeman y Keith Emerson quienes adquieren mayor protagonismo, ya que contribuyeron de forma determinante en los desarrollos de este tipo de instrumentos. Historias tan interesantes como la de Keith Emerson, a quien le gustaba clavar cuchillos entre las teclas para mantener la tecla pulsada y donde el primer cuchillo que utilizó para ello, se lo dio un icono del Heavy Metal que evidentemente en esta reseña no vamos a desvelar.
En el apartado de guitarras obviamente las Fender y las Gibson son las más conocidas, con especial atención a la Stratocaster, la Telecaster y las Gibson ES y SG. Pero también hay espacio para las Ibanez, las Rickenbacker, las guitarras acústicas, las de 7 cuerdas, las guitarras controladoras, dispositivos como el E-bow, guitarras Lap Steel y muchas más. En cuanto a los bajos, los Fender evidentemente, los Rickenbacker , bajos sin trastes, bajos con 5 o más cuerdas, así como los pedales de bajo Moog o los bajos y guitarras sin cabeza tan de moda en los 80. También hay apartado para las guitarras y bajos de varios mástiles. Se para en detalle en algunas guitarras famosas como la Red Special de Brian May (Queen), pero evidentemente con estos instrumentos en este apartado se comentan detalles de Jimi Hendrix, Steve Hackett, Robert Fripp, David Gilmour, Steve Howe, Alex Lifeson, Frank Zappa, Pat Metheny, John Petrucci, Steve Vai, Greg Lake, Roger Hodgson, Mike Oldfield, Chris Squire, Geddy Lee, Tosin Abasi, John Myung, Phil Manzanera, Jaco Pastorius, Guthrie Govan, Billy Sheehan, John Paul Jones, Mike Rutherford, Tony Levin, Steven Wilson, Alan Holdsworth, entre muchos otros.
En cuanto a las baterías le dedica menos espacio definiendo inicialmente sus componentes y se para en algunas percusiones especiales, como los rototoms, los octabans, las baterías electrónicas muy de moda en los 80, los platos de colores Paiste y otras baterías y percusiones curiosas. Nombres como Alan White, John Bonham, Neal Peart, Mike Portnoy, Keith Moon, Stewart Copeland, Terry Bozzio, Mike Mangini, Phil Collins o Carl Palmer a cuya batería dedica un apartado especial, son algunos de los nombres que aparecen en esta zona del libro. Para finalizar, un apartado de otros instrumentos y efectos de sonido nos hace visitar el arpa, el violín, la flauta (por supuesto, con foto de Ian Anderson en su postura icónica), el saxofón donde no puede faltar Mel Collins, la armónica que ya nos recuerda a “School” de Supertramp, la gaita, el talk box y el vocoder. Los efectos de sonido vienen de la mano de los pedales y pedaleras, en una visión general, ya que es un apartado muy personalizado para cada músico. El libro concluye con el Frippertronics desarrollado por Robert Fripp y desarrollado también por Brian Eno.
El libro se centra en el rock progresivo, bandas como Yes, EL&P, Genesis, Rush, Dream Theater, Pink Floyd, Supertramp, Jethro Tull, King Crimson, Marilion, Camel, Big Big Train, etc… son las protagonistas, pero encontraremos multitud de referencias de grupos que, aunque hayan hecho algún tema progresivo, no se encasillan dentro del estilo propiamente dicho. Hablamos de gente como Queen, Roxy Music, Deep Purple, The Police, Uriah Heep, Elton John, Tangerine Dream, The Who, Jimi Hendrix, Pat Metheny, Jean Michel Jarre, Steve Vai, etc… por ello, como he dicho antes, este libro satisfará incluso a los amantes del pop, el rock, el jazz, etc…He disfrutado mucho leyendo este libro escuchando al mismo tiempo las canciones que se iban mencionando, prestando atención a los instrumentos que se utilizan en las mismas.
“Los Instrumentos del Rock Progresivo” es un libro obligado para todo amante de este género musical y muy recomendable también para cualquier amante de la música. Pese que hablar de instrumentos pudiera parecer algo excesivamente técnico y aburrido, el autor explica de forma clara y sencilla cada uno de ellos, de tal forma que satisface tanto al músico como al que no lo es. En algunos instrumentos más complejos, entra de una forma fácil a explicar técnicamente cómo funciona, remarcando estas partes en un recuadro por si alguien no quiere entrar al detalle. Cualquier seguidor de la música en los últimos 60 años y cualquier músico debería tener esta magnífica obra. Este libro no es un catálogo de instrumentos ni pretende serlo, sino que es una enciclopedia de estos instrumentos, donde evidentemente no están todos, ya que eso haría el libro interminable tal y como menciona el autor en su Prólogo, pero podemos decir que se recogen muchísimos donde están entre ellos los más relevantes. Si amas la música, te gustan los instrumentos o quieres hacerle un regalo a un amigo melómano o músico, este libro es una garantía de acierto. Altamente recomendable.
Toni Marchante