The Quireboys + White Coast Rebels – 20 Octubre’16 Sala Lemon (Madrid)

Aunque algunas bandas nos visiten con cierta frecuencia, cosa que nos encanta, nunca está de más que nos ofrezcan su cara menos eléctrica y podamos disfrutarlos también en formato acústico. Los londinenses The Quireboys pasaron por nuestro país en esta tranquilita gira acompañados de sus medio paisanos afincados en Benidorm White Coast Rebels.

Texto y Fotos: Susana Manzanares

 

La noche era acústica. Como los anfitriones, White Coast Rebels también ofrecerían su show en este formato, que a pesar de lo que se pueda uno esperar, resultó que estos británicos afincados en ‘un pueblo inglés llamado Benidorm’ como el propio cantante y frontman Jonny Hellraizer dijo, ofrecieron uno de los acústicos más incendiarios que recuerdo, si no el que más.

Ya los habíamos visto en un par de ocasiones, incluso una de ellas también acústica acompañando hace un par de años a los suecos Bonafide, otra de las bandas gustosas de deleitarnos a menudo con su presencia. Pero lo de esta noche yo no sé si alguien se lo esperaba, diría que no a juzgar por las reacciones que iba viendo por la sala pillando por sorpresa a más de uno que se las prometía como algo tranquilito.

La banda se está ganando poco a poco muy buena aceptación entre el público y el nombre de White Coast Rebels ya empieza a ir sonando más familiar, esperemos que más aún con el nuevo material y que sea el que les dé el empujón definitivo para colocarse muy pronto en un buen puesto en la escena que ya se lo están mereciendo muy mucho.

Lejos de que puedan parecer una banda gamberra y rebelde como su nombre reza, son una auténtica bandaza de rock&roll que nadie en su sano juicio hardrockero debe perderse. White Coast Rebels brillaron contundentes, compactos y como absolutos dueños del escenario desde el minuto uno junto con su ex miembro Rob E. Wolf a la guitarra invitado para la ocasión, en una noche en la que ofrecieron un concierto con más fuerza y autenticidad que muchos eléctricos.

Los londinenses más fiesteros del hardrock ya son habituales en nuestros escenarios e incondicionalmente bien recibidos a pesar de que hubo una época en la que durante años no editaron material nuevo. Ahora que sí parece que van haciendo cosillas, pues venían con su más reciente trabajo ‘Twisted Love’, ya era hora de escuchar algunos de sus temas nuevos aunque fuera en acústico.

The Quireboys son siempre una apuesta segura ya sea en acústico como en eléctrico, por eso era de esperar que la sala alcanzara un aforo importante llegada la hora de comenzar aun siendo un martes en la capital, que ya sabemos lo que eso supone. A Spike nunca le ha achantado ni el día, ni la sala, ni el aforo, lo da todo igualmente sea delante de 50 personas como de 500 y como si tocan en un pajar con panderetas, la música son ellos.

¿Cuál es el secreto para que una banda como esta se mantenga durante décadas? Quizá no sea el hecho de sacar un disco de refritos cada año, publicar docenas de directos, hacer una maniobra de marketing de órdago y machacar las redes sociales ni tener una tonelada de merchan actualizada y disponible en 35 colores…

Puede que su secreto tan sólo sea algo tan simple como que siguen a pie de calle, mano a mano con la gente, en contacto directo mostrándose siempre humildes y auténticos tanto en el escenario como fuera de él y haciendo que sus conciertos de lo tan previsibles que son, resulten ser exactamente lo que la gente quiere, sin más.

Eléctricos o no, sentaditos en taburetes o recorriendo el escenario, da gusto comprobar el buen hacer de Guy Griffin, de Keith Weir pegadito a sus teclas y la siempre elegante maestría de Paul Guerin a la guitarra. Da igual cuantas veces hayamos escuchado ‘Mona Lisa Smiled’, ‘Whippin’ Boy’, ‘Roses & Rings’, ‘Sweet Mary Ann’ o las celebérrimas ‘7 O’Clock’ o ‘Sex Party’ , que cada vez que suenan y Spike abre sus brazos nos dejamos todos arrullar por ellos como si fuera la primera nana, y mira que los hemos oído veces aunque no siempre en las mismas condiciones…

Esta vez me pareció que el estado vocal de Spike era mejor que otras veces y eso también sumó puntos para que un concierto como el de esta noche que por su naturaleza de acústico va a estar siempre sometido a examen y a todo tipo de juicios y opiniones, cumpliera el expediente con creces y los británicos se fueran para casa con buenas notas y la promesa de volver pronto. No es sorpresa pero sí grata, que vengan cuanto quieran que aquí los esperamos.

Texto y fotos: Susana Manzanares.