Mägo de Oz – 7 de Enero – Pabellón Príncipe Felipe ( Zaragoza )

A las 10 de la noche, con una puntualidad bastante inusual, salían a escena los teloneros Savia, a calentar el ambiente para un público que todavía no había llegado en su totalidad al pabellón. Hicieron su tarea muy bien, con un concierto de unos tres cuartos de hora, en el que musicalmente destacó por encima de todos, como siempre, su batería Alberto Madrid, y la voz de Carlos Escobedo, alma mater de la banda. Un concierto, como digo, muy correcto, aunque el grupo quizá se mantuviera muy estático en el escenario, con un sonido también muy correcto, y muy poquitos fallos, del cual destacaron las dos versiones de Sôber (Diez Años y Arrepentido), y el tema con el que cerraron su show, Insensible.

Tras una espera bastante larga mientras se montaba la catedral gótica que servía de escenario a Mägo de Oz, empezó a sonar «Volaverunt Opus 666», la intro de Gaia II, cayó el enorme telón que lo tapaba todo y unos juegos de pirotecnia nos anunciaban lo que iba a suceder, dando paso al primer corte de su último disco, «La voz dormida». El público entregado, José saliendo de una estatua, y el concierto había empezado. Algo que me gustó bastante fue que introdujeran cambios en las canciones, nuevos arreglos o partes modificadas, algo que se hizo patente especialmente en «La cruz de Santiago», el segundo tema de la descarga, que el público también se molestó en corear a pleno pulmón. Aquí se acabaron las fotos desde el foso, ya que el grupo, por razones que desconozco (aunque puedo imaginarme que los flashes molestan, amén de que con toda la pirotecnia no era muy seguro estar en el foso), sólo permitió hacer fotos allí durante las dos primeras canciones, así que espero que los lectores comprendan que no hay buenas fotos de las colaboraciones.

Tras una pausa para agradecer al público su asistencia, y el archiconocido grito de José, daba comienzo «Jesús de Chamberí», con el éxito de siempre, aunque ahí empezaron a notarse los fallos, supongo que achacables a los nervios de empezar semejante gira con semejante escenario. Una brillante Patricia Tapia (Nexx), que ejerció de corista durante todo el concierto junto a otro que, lamentándolo mucho, no sé cómo se llama, dio la introducción a «El poema de la lluvia triste», y le siguió el single de su anterior disco Gaia, «La costa del silencio», coreado y bailado, en el que hubo una pequeña descoordinación entre los músicos que el público perdonó sin pensárselo.» Hoy toca ser feliz» daba el toque de «buen rollo» al concierto, contrastado inmediatamente con «Aquelarre» y «El Pacto», la primera de las (sólo) dos canciones que tocaron de La leyenda de La Mancha.

Aquí llegó un punto en el que, a juicio del que escribe, el concierto perdió bastante intensidad (que no calidad), encadenando la instrumental «El callejón del infierno», el single «La posada de los muertos» y la balada «Desde mi cielo» (a destacar aquí la impresionante exhibición de mecheros en el público pese a las prohibiciones de fumar), esta última con Pepe Herrero de Stravaganzza haciendo una buena labor a las teclas.

La intensidad se recuperó rápidamente con otra canción, la cuarta seguida, de Gaia II, «Hazme un sitio entre tu piel», y la siempre aplaudida «Resacosix», con su eterno hombre-polla haciendo su aparición en el escenario, la fiesta comenzaba ya. Un solo de Jorge Salán, encadenado con una versión metal de un clásico de Beethoven, dejó claro que Jorge no es un guitarrista más, y dio paso al final del primer tramo del concierto, con «El paseo de los tristes», una versión metal de» La rosa de los vientos «y «El que quiera entender, que entienda» , las dos cantadas por Txus y José y con El Niño, una vez más, tras la batería.

Un pequeño descanso, y llegó el principio del fin, «Diabolus in musica» (quizá la canción que más me gusta de Gaia II) con la pertinente colaboración de Patricia Tapia, precediendo a los dos himnos de Finisterra, a saber: «La danza del fuego» y «Fiesta pagana». Llegó el momento que cualquier concierto de Mägo de Oz cumple: el discurso de Txus, esta vez agradeciendo su colaboración a todos los que han hecho posible el disco Gaia II y la gira Gaia la boca Tour, y pidiendo disculpas y comprensión por los numerosos fallos del grupo en el concierto. Tras una presentación de todos los componentes del grupo, arrancó el final con el eterno Molinos de viento. Cualquiera que haya visto a Mägo de Oz en directo puede imaginarse la reacción del público y la actitud del grupo, hay cosas que nunca cambian…

Ya parecía que el concierto había terminado, yo creo que llegaron a las tres horas de actuación, y parte del público ya se iba, cuando sonó la majestuosa intro de «La cantata del diablo». Veinte minutos más de concierto, esta vez las colaboraciones fueron casi las mismas que las del disco, faltando sólo Víctor García, sustituido por Carlos Escobedo (aunque por un fallo técnico no se le llegó a oír cantar, una verdadera pena). Leo Jiménez y Aurora Beltrán salieron a escena a cantar como en el disco, con un final espectacular viendo a Jose cantando colgado de una pira y vestido al estilo de los herejes condenados a morir quemados. Sonó por último, grabado,» El Salmo de los desheredados», saliendo de nuevo la banda a saludar al público con otra outro, esta vez una versión de «Over the rainbow», que dio el broche de oro a un concierto en el que, como el nombre de la gira indica, muchas bocas se han tenido que cerrar.

En resumen, un concierto con una escenografía digna del extranjero (¿Por qué no tendremos más grupos que puedan o quieran permitirse ese espectáculo en España?), espectáculo a raudales, bastantes fallos en la ejecución, eso sí, y sobretodo, un detalle que siempre fue la debilidad de Mägo de Oz: el sonido, que esta vez fue casi perfecto, de grupo profesional. Espero que los fallos del grupo sean corregidos en los próximos conciertos de la gira.