Martin Scorsese es conocido por utilizar la música de manera magistral para dar profundidad y resonancia emocional a sus películas. A lo largo de su carrera, el director ha mostrado una relación cercana con el blues, particularmente con el legado de artistas como Howlin’ Wolf, uno de los íconos más importantes de este género. La música de Howlin’ Wolf no solo ha sido una influencia directa en la música de las películas de Scorsese, sino que también ha capturado la esencia de las emociones crudas y las luchas internas de sus personajes, dándoles una voz poderosa a través de su inconfundible estilo.

Desde sus primeros trabajos, la música ha sido un componente esencial en las películas de Scorsese, ayudando a establecer el tono emocional y el contexto de sus relatos. A menudo, su elección de canciones no solo refleja el período histórico o el entorno de la historia, sino que también está profundamente relacionada con la psicología de los personajes que dirige. El blues, con su mezcla de dolor, desesperación, y esperanza, es un género que ha encajado perfectamente en las narrativas de Scorsese, especialmente cuando aborda temas de lucha, redención, y alienación.

Uno de los elementos más destacados en la obra de Scorsese es cómo utiliza el blues para explorar las emociones más profundas de sus personajes. Por ejemplo, en «Taxi Driver» (1976), la música se convierte en una extensión del protagonista Travis Bickle, un hombre aislado y desconectado del mundo que lo rodea. Aunque el blues no ocupa el centro de la banda sonora, la atmósfera creada por la música de la época (incluyendo elementos de jazz y blues) ayuda a resaltar la desolación emocional que Bickle experimenta en su vida diaria.

Howlin’ Wolf, nacido Chester Arthur Burnett, es considerado una de las figuras más influyentes del blues, especialmente en su fase más eléctrica durante los años 50 y 60 en Chicago. Su potente voz y su estilo visceral lo convirtieron en un ícono de la música estadounidense, conocido por su capacidad de expresar las luchas de la vida a través de sus letras y su presencia en el escenario. Canciones como «Smokestack Lightnin'» y «Little Red Rooster» son clásicos que no solo definieron el sonido del blues, sino que también influyeron profundamente en el desarrollo del rock y otros géneros musicales.

Su música, caracterizada por una profunda carga emocional y una interpretación cruda, se alinea de manera notable con los temas recurrentes en las películas de Scorsese: la desesperación, la lucha, y la búsqueda de sentido en un mundo caótico. Howlin’ Wolf logró canalizar las emociones humanas más primarias a través de sus canciones, y esa misma fuerza emocional es la que Scorsese busca reflejar en los dilemas internos de sus personajes.

Aunque no siempre se ha asociado explícitamente a Howlin’ Wolf con la obra de Scorsese, la influencia del músico y su estilo es evidente en varias de las películas del director. Un ejemplo claro se encuentra en el documental «The Last Waltz» (1978), donde Scorsese captura la última actuación de la banda The Band. Aunque el foco está en The Band, Scorsese incluye a Howlin’ Wolf interpretando «Little Red Rooster», una de las canciones más emblemáticas del blues. La presencia de Wolf en este evento es una clara referencia a la conexión entre el blues clásico y el rock, un tema que ha sido central en el trabajo de Scorsese.

La conexión más profunda entre las bandas sonoras de Scorsese y Howlin’ Wolf no solo radica en la elección de su música, sino en cómo ambos, el director y el músico, exploran el sufrimiento humano. En las películas de Scorsese, los personajes suelen estar atrapados en mundos de violencia, crimen o desesperación, luchando por encontrar su lugar en la sociedad. Esta sensación de lucha constante es la misma que Howlin’ Wolf plasmó en sus canciones, convirtiéndolas en una forma de expresión universal.

La relación entre las bandas sonoras de Martin Scorsese y la música de Howlin’ Wolf es un ejemplo de cómo el cine puede capturar la esencia del blues como una expresión del alma humana. La conexión emocional entre el trabajo de Scorsese y el de Wolf radica en su capacidad para reflejar las luchas internas y la desesperación de los personajes. El blues de Howlin’ Wolf ha sido una influencia clave en la música de las películas de Scorsese, ayudando a crear una atmósfera única que resuena con la angustia y la energía de sus personajes.